Las galletas de arroz se han vuelto un «clásico» de las personas a dieta ya que no contienen grasas ni cantidades significativas de azúcar.
Si leemos debidamente la lista de ingredientes del paquete
de galletas de arroz, observamos que éstas sólo se componen de arroz y sal.
Entonces, nos preguntamos —con todo derecho— cómo hacen los fabricantes de
galletas de arroz para mantener unido lo que aparenta ser tan sólo arroz. Sin duda, los fabricantes
de galletas de arroz responderían que el ingrediente secreto es el “amor”, pero
los sentimientos no tienen nada que ver con ese fenómeno.
¡El proceso es similar al de hacer pochoclo!
Muchos fabricantes de
galletas de arroz consultados dieron la misma explicación sobre el proceso de
elaboración de las galletas. Primero, el arroz crudo se sumerge en agua y luego
se lo mezcla con un poco de sal (y, en algunos casos, con un poco de aceite).
El proceso de remojo es importante porque la humedad del arroz va a contribuir a
que éste se infle cuando se lo caliente en la máquina para inflar arroz, como
explica la empresa Quaker: Las galletas de arroz se elaboran sometiendo los
granos de arroz a calor y presión, lo que hace que éstos se expandan
abruptamente. Se coloca una porción de granos sobre una sartén metálica de
forma redonda (una especie de sartén diminuta). Luego, un cilindro caliente
ejerce presión sobre la sartén, lo que provoca la liberación de presión.
El
calor es tan intenso que, después de unos pocos segundos, los granos hacen un
ruido estridente a medida que estallan. Este proceso genera una especie de
“entramado” de los granos. En la elaboración no se utilizan aceites, aditivos
ni sustancias para ligar los ingredientes. Si a las galletas de arroz se
agregan ingredientes para obtener distintos sabores, éstos se incorporan
después de que revientan los granos para impedir que se unan entre sí.
La elaboración artesanal
Las galletas de arroz se remontan al 3000 a. C. en el sudeste de Asia, y los cocineros domésticos nunca tuvieron conocimiento del moderno equipo especializado del que gozan los fabricantes actuales. En los hogares asiáticos, elaboran las galletas de arroz de la siguiente manera: dejan arroz glutinoso (pegajoso) en remojo toda la noche. Luego lo hierven hasta que esté blando, lo muelen en un mortero hasta más no poder y por último machacan la pasta con una maza. Después la amasan como si fuera masa de pan y la cocinan. Así obtienen galletas (o bolas) de arroz con una consistencia más homogénea que las galletas occidentales. Ya sea que los cocineros utilicen el método tradicional o los moldes metálicos especialmente diseñados, los granos de las galletas de arroz nunca se separan. Ahora bien, ¡podrían tratar de darles un poco de sabor!