Mediante estafas, se obtienen grandes sumas de dinero mediante mentiras acerca de supuestas emergencias. Aquí algunas recomendaciones para estar protegido.
Son las once de la mañana del 15 de marzo del año pasado cuando suena el teléfono en la casa de Erika Schneider* en Stuttgart, Alemania. La anciana contesta la llamada. Primero oye fuertes sollozos y luego la voz de una mujer desesperada: “¿Mamá? ¡Por favor ayúdame, me sucedió algo terrible!”. Schneider, quien vive sola, se queda pasmada: ¿Es su hija? ¿Qué le ha pasado?
Llorando y con la voz entrecortada, la mujer del otro lado de la línea explica que ha causado un accidente de tránsito fatal y que la van a detener. Solo una altísima fianza y un costoso abogado podrían salvarla: “¿Tienes algo de dinero en casa, mamá? ¡Por favor, por favor, no quiero ir a la cárcel! ¡Oh por Dios, estoy tan asustada, eres mi única esperanza!”.
Un hombre se suma a la conversación. Es policía, explica. La situación es muy grave, cada minuto cuenta: “¿Puede reunir una gran suma de dinero rápidamente?“, pregunta. Tomada por sorpresa, Erika le dice que tiene relojes y joyas de oro en su casa. El hombre le pide que describa dichos objetos de valor y anuncia: “De acuerdo, enviaré a alguien a buscar todo lo antes posible. Asegúrese de quedarse en su casa.” Antes de cortar, le advierte: “No le cuente a nadie sobre el accidente, de lo contrario, podría perjudicar a su hija”.
La madre está fuera de sí y sigue las instrucciones. A las 13:30, el mensajero golpea la puerta de entrada. Schneider le entrega las joyas y los relojes. La buena noticia: la hija de Erika Schneider no provocó un accidente. La mala noticia es que esta mujer ha sido engañada mediante lo que se conoce como “llamada sorpresa”.
Los delincuentes usan con frecuencia este tipo de estafa para robar grandes sumas de dinero. A veces se hacen pasar por familiares en apuros, otras veces por oficiales de policía que advierten sobre un supuesto robo inminente, o por empleados de banco que dicen haber detectado actividad sospechosa en la cuenta.
Con mucha habilidad ejercen presión psicológica y persuaden a sus víctimas de que les entreguen dinero, objetos de valor, números de cuenta y tarjetas de crédito con sus códigos de identificación o revelen los datos para acceder a sus cuentas.
Según el informe policial, las joyas y relojes que entregó Erika Schneider a un hombre de 20 a 25 años en la puerta de su casa aquel miércoles de marzo valían varios cientos de miles de euros. Reliquias familiares valiosas que ahora probablemente se hayan perdido para siempre.
Estafadores con operaciones internacionales
Stuttgart, Estocolmo, Buenos Aires, México: miles de intentos de estafas telefónicas se registran todos los días en distintos puntos del mundo. Muchas bandas organizadas operan más allá de las fronteras: “Las redes delictivas dedicadas a montar fraudes de identidad representan una amenaza significativa”, confirma la autoridad policial europea Europol.
Particularmente para los jefes de estas organizaciones, este es un negocio muy lucrativo con bajo riesgo comercial: “empleados” calificados realizan llamadas masivas a potenciales víctimas en otros países desde oficinas o establecimientos privados.
Con ayuda de guías telefónicas o listas de direcciones, suelen explorar en forma sistemática una calle tras otra. Por ejemplo, al igual que Erika Schneider, muchos otros hogares en su barrio recibieron este tipo de llamadas al mismo tiempo. Una vez que los estafadores han engañado a su víctima por teléfono, sus cómplices recogen el botín de inmediato. Dinero, objetos de valor o tarjetas de crédito pasan por varias manos hasta llegar a un tercer país, donde los cabecillas coordinan la estafa desde una distancia segura.
El alcance del daño mediante estafas
Las bandas delictivas obtienen millones de esta manera antes de que la policía pueda poner fin a sus estafas. A comienzos de noviembre del año pasado, la policía libanesa en Beirut desbarató un call center de este tipo y arrestó a nueve individuos a partir de datos provistos por el Departamento de Investigaciones Delictivas de Munich.
Es bastante baja la probabilidad de que las víctimas de las estafas recuperen su dinero. El siguiente caso ilustra precisamente cuán difícil puede ser: unos tres años atrás, luego de mucho tiempo de trabajo, la policía de Turquía logró arrestar al líder de una banda de delincuentes que operaba en toda Europa y a muchos de sus ayudantes. Se cree que habían robado alrededor de 120 millones de euros mediante fraudes telefónicos.
Si bien los investigadores pudieron confiscar la mitad del botín, las chances de compensación para las víctimas eran limitadas. Por un lado, muchos casos ya no podían ser inequívocamente atribuidos a esta organización. En segundo lugar, cualquiera que creyera que había sido estafado por este grupo y buscara recuperar su dinero debía contactar a las autoridades turcas o contratar a un abogado.
Cualquiera es blanco de una estafa
Muchas víctimas prefieren mantenerse al margen de este tipo de trabas y dificultades, especialmente porque suelen ser personas mayores. Según indican las estadísticas, las víctimas suelen tener más de 70 años, y más mujeres que hombres suelen ser blanco de estafas de esta naturaleza.
Esto es lo que señalan las evaluaciones de las unidades especiales de la policía, como la unidad especializada en delitos contra la propiedad relacionados con bandas del Departamento de Investigaciones Delictivas de Munich o la unidad especial antifraude de Londres. También han aumentado significativamente los fraudes en servicios de mensajería en el Reino Unido en los últimos años.
“Quienes llevan a cabo estafas vinculadas con servicios de mensajería son casi siempre parte de organizaciones criminales más grandes. Son persuasivos y pueden ser agresivos e intimidantes, especialmente cuando aparecen de repente en su puerta”, comenta Karen Baxter, quien se desempeñó durante varios años como coordinadora nacional de Monitoreo de Delitos Económicos en el Reino Unido.
Los criminólogos lo saben: todos tienen un punto vulnerable y los estafadores telefónicos son muy hábiles para detectarlo. En Holanda, se han registrado casos donde los delincuentes se aprovechan de la preocupación de muchos inmigrantes por padres o abuelos que viven en sus lejanos países natales. Persuaden a sus víctimas de que entreguen grandes sumas de dinero para una supuesta operación que salvará la vida del familiar.
De acuerdo con estimaciones policiales, más del 90 por ciento de todas las estafas telefónicas fracasan, pero el daño emocional en las víctimas suele ser muy hondo. Particularmente las personas mayores que viven solas, después de recibir estas llamadas suelen sentir miedo de atender el teléfono, lo que las lleva a replegarse y correr el riesgo de volverse solitarias.
Cómo resguardarse de una estafa telefónica
Si lo que busca es resguardarse, proteger a sus padres o abuelos, existe una medida simple e inmediata que puede poner en práctica: los estafadores buscan en las guías telefónicas nombres típicos de generaciones mayores. Por lo tanto, procure no usar su primer nombre o bien emplee abreviaturas. Puede presentar una solicitud de este tipo ante la compañía telefónica sin cargo en cualquier momento.
La siguiente aclaración aplica a nivel mundial: “Nunca la policía ni los empleados de un banco le pedirán telefónicamente datos de acceso confidenciales como un PIN para operaciones bancarias online o números de transacciones”, explica Tanja Beller de la Asociación Alemana de Bancos.
La experta recomienda una dosis saludable de desconfianza cuando se trata de supuestas alertas de seguridad o solicitudes telefónicas inusuales. Incluso si en la pantalla del teléfono aparece un número que le resulta familiar como el de su banco, puede haber estafadores al acecho del otro lado de la línea.
También se puede utilizar software para manipular la pantalla digital en la que se muestran los números sin demasiado esfuerzo. Si bien en muchos países está prohibido alterar el número de identificación de llamada es muy sencillo para los estafadores hacerlo. El consejo de Beller: “Corte de inmediato y llame al banco para verificar si realmente existe un problema de seguridad”.
El descaro supera todos los límites: algunos estafadores incluso usan el número de emergencia de la policía y el número telefónico de Europol para engañar a sus víctimas y que así crean que quienes llaman son investigadores de esta institución. Luego los sorprenden al informarles que han quedado involucrados en delitos graves o han sido objeto de un delito como robo de identidad.
Algunas víctimas de este tipo de estafa incluso han recibido una carta o mensaje de texto donde se les pedía que contactaran a la supuesta autoridad lo antes posible. Según Europol, dichos mensajes son siempre fraudulentos: “Nunca lo llamaremos a su domicilio privado, exigiremos un pago ni lo amenazaremos con una multa o una investigación”, aclaran desde la institución. Su consejo: toda vez que reciba una llamada de este estilo debe contactarse de inmediato con la policía local y presentar una denuncia penal.
Una mujer mayor de Esbjerg, Dinamarca, perdió alrededor de 47.000 euros en 2021 por una llamada sorpresa de un supuesto oficial de seguridad. Un interlocutor que sonaba realmente legítimo se hizo pasar por oficial de policía de Fredericia, una localidad ubicada a cien kilómetros de distancia: su cuenta Nem había sido hackeada y su dinero estaba en grave peligro.
La cuenta Nem es una cuenta online particularmente segura utilizada en Dinamarca para procesar pagos entre ciudadanos y el estado, como devolución de impuestos o pagos jubilatorios. La persona del otro lado de la línea pidió su PIN personal y los códigos de uso único para autorizar transferencias, supuestamente para evitar el uso indebido de la cuenta. La anciana asustada reveló los datos confidenciales y así otorgó al desconocido acceso completo a su cuenta.
Por suerte para esta mujer, el banco advirtió actividad sospechosa e impidió el intento del estafador de trasferir todos sus fondos al exterior.
WhatsApp de hijos falsos para estafar
Las personas mayores ya hace tiempo comenzaron a usar también servicios de mensajería como WhatsApp o redes como Facebook e Instagram para intercambiar mensajes y mantenerse en contacto con sus familias. Y los delincuentes saben cómo explotar esto.
Desde hace un año, la policía en Europa está registrando una creciente cantidad de casos de fraude por WhatsApp. Primero, los estafadores contactan a sus víctimas a sus celulares con mensajes de texto breves.
Simulan ser una hija, un sobrino o un nieto que se comunica para avisar que cambió su celular y llama desde un número nuevo. Estos supuestos familiares luego piden que les transfieran dinero a la cuenta de otra persona.
Debido al cambio de teléfono, ellos no tienen acceso a sus propias cuentas por el momento, pero necesitan con urgencia pagar una suma de dinero importante, por ejemplo, para gastos vinculados con su educación o impuestos. De acuerdo con WhatsApp, más de la mitad de los usuarios del mundo han recibido un mensaje fraudulento en algún momento.
Si alguien le pide dinero o datos de acceso, el servicio de mensajería recomienda: “Haga una pregunta que solo alguien que lo conoce pueda responder. También puede proponer una llamada de voz o video para confirmar la identidad de la persona”.
Los estafadores ahora incluso emplean herramientas de inteligencia artificial. Por ejemplo, usan voces hackeadas, archivos de audio subidos a internet o mensajes de contestadores automáticos para imitar una voz específica y hacer “hablar” cualquier texto que deseen. Esto vuelve aún más difícil la tarea de reconocer llamadas fraudulentas.
“Todas las víctimas más tarde dicen que desde afuera podría haber sido posible advertir la jugada”, explica el Inspector en Jefe Hans-Peter Chloupek, jefe interino de la unidad de Delitos Económicos Relacionados con Organizaciones Delictivas del Departamento de Investigaciones Penales de Múnich.
Durante muchos años, este departamento ha perseguido estafadores que simulan ser otras personas en llamadas telefónicas. No hay motivo para vergüenza, reproches ni críticas por parte de la familia, dice.
Si una supuesta hija llama presuntamente en apuros no hay tiempo para pensar con claridad. Solo hay una manera de detener a los estafadores: “Avise a sus familiares y denuncie el hecho de inmediato a la policía”, afirma el experto. Y recuerde: existen alternativas de asistencia y apoyo psicológico para víctimas de estos episodios. Un día, hasta puede ser posible atrapar a los responsables y así proteger a otras personas de convertirse en víctimas de estafas.
CÓMO PROTEGERSE DE ESTAFAS TELEFÓNICAS
Procure tener a mano la siguiente lista de verificación en caso de emergencia para poder reaccionar adecuadamente ante una situación estresante:
•No conteste personalmente llamadas que provengan de números desconocidos u ocultos y deje que la llamada pase al contestador automático.
•Nunca se involucre en el juego de “adivine quién está llamando”. Pida a quien llama que indique su nombre y nunca proporcione palabras clave.
•Acuerde una contraseña con sus familiares.
•Si tiene dudas sobre la identidad de quien llama, corte y devuelva la llamada a un número que usted conozca.
•Corte si quien llama lo presiona, grita, llora o lo amenaza.
•No se involucre en discusiones. Los estafadores telefónicos tienen muchísima experiencia en manipular a sus víctimas.
•Nunca proporcione telefónicamente datos sensibles como números de cuentas, tarjetas de crédito o identificaciones, PIN, códigos de acceso o contraseñas.
•¡Corte de inmediato si quien llama le pide dinero, joyas u objetos de valor!
•No permita que lo presionen con cuestiones de tiempo. Los mensajes importantes le serán enviados por correo. En emergencias genuinas, la policía le pedirá que concurra a la estación.
•Ni la policía ni las autoridades impositivas le pedirán que realice pagos telefónicos; tampoco enviarán personal a cobrar personalmente dinero ni objetos de valor a la puerta de su casa ni le pedirán que entregue valores en ningún otro punto.
•Si fuera posible, anote cualquier número telefónico que le resulte sospechoso y presente la denuncia ante la policía.
SI HA SIDO VÍCTIMA DE UNA ESTAFA TELEFÓNICA:
• ¡No se culpe, no está solo en esto!
•Denuncie el delito ante la policía. Esta es la única forma de que exista alguna posibilidad de atrapar a los responsables y advertir a otras personas a tiempo.
•Si ha transferido dinero: contáctese de inmediato con su banco. Aún puede ser posible detener la transferencia.
•Hable con alguien en quien confíe sobre el incidente. Busque ayuda psicológica si fuera necesario. La policía puede proporcionarle información sobre centros de orientación.
• Solicite un nuevo número telefónico a su proveedor de telefonía y evite publicar sus datos en la guía.