Preparar, decorar… amar. Convertí el desayuno en una ocasión ideal.
El desayuno no suele considerarse el mejor momento para el romanticismo, pero, con un poco de ingenio, el músico neoyorquino de jazz Bill Wurtzel lo ha convertido en la ocasión ideal.
Un día creó una ingeniosa obra de arte para su esposa, la maestra Claire Wurtzel: huevos fritos en forma de caritas felices. Ella quedó tan fascinada, que Bill empezó a sorprenderla con otras creaciones: dibujos divertidos hechos con hojuelas de avena, huevos, panes, frutas, verduras y, lo más importante de todo, con amor. “Las figuras son muy graciosas”, dice Claire respecto a las creaciones de su esposo. “Además, me estimula para comer de modo más saludable”.
En 50 años de casados, Bill no ha repetido ningún dibujo. “Estoy decidido a llegar a nuestro aniversario número 51 —dice en son de broma—, ¡y esta es una manera de lograrlo!”