En caso de que aparezcan bichitos nocivos en su jardín, pruebe de eliminarlos con estas alternativas naturales antes de aplicar herbicidas.
Investigue antes de atacar
Beth Smerek, una especialista en transplantar plantas en un vivero en Boulder, Colorado, considera que la mayoría de los insectos son benéficos o, cuando menos, inofensivos, y que eliminarlos favorece la dependencia a sustancias químicas por parte de las plantas. Por ende, antes de exterminar cualquier cosa que se mueva y deje pequeños agujeros en las hojas, corte una de muestra (o tómele una fotografía) y llévela a un vivero o con un especialista para averiguar cuál es su situación real. Entonces tendrá elementos para elegir el tratamiento adecuado según el problema específico. Smerek agrega que es más seguro utilizar tratamientos químicos en las plantas de interiores, debido a que se encuentran en un ambiente completamente artificial y aislado, donde los insecticidas no afectarán a otras criaturas más que a las plagas.
Extermine a las babosas con cerveza o café
¿Para qué comprar repelentes de babosas tóxicos y caros cuando los remedios naturales son más baratos y, al mismo tiempo, económicos? Las babosas tienen un vicio que las lleva a la perdición: adoran la cerveza. Llene una lata de atún o de alimento para gatos con cerveza y entiérrela hasta la tapa. por la noche, las babosas se sumergirán en la bebida y morirán ahogadas. En la mañana tire la lata y reemplácela por una nueva. ¿no tiene cerveza en casa? Las babosas odian el café —o por lo menos la cafeína— tanto como les gusta la cerveza. Los investigadores descubrieron que también las mata una solución de cafeína al 1 o 2%, lo que representa una concentración mayor a la de una taza de café promedio; ésta, de todas formas, servirá como efecto disuasivo. Rocíe sus plantas con esta infusión o esparza granos de café por todo el jardín (algunos bares los regalan cuando están rancios); son benéficos para la tierra y las plantas a las que les gustan los suelos ácidos.
Mate a las babosas con sal
Si no es muy impresionable, puede luchar cuerpo a cuerpo con las babosas. Para matarlas, espolvoréeles sal y, una vez muertas, tírelas a la basura. Otro remedio consiste en colocar una o dos tablas en el jardín para que las babosas y los caracoles se refugien debajo, en busca de la sombra y la humedad. Recoja las tablas, con los bichos pegados, arránquelos y tírelos a la basura. Para que el jardín sea menos atractivo para las babosas y los caracoles, riéguelo siempre en la mañana. Si el suelo está seco de noche, los bichos estarán menos activos.
Use papel de diario para controlar los escarabajos
En vez de comprar insecticidas costosos, utilice esta solución fácil de preparar, no tóxica, para controlar las plagas escarabajos. En la noche, coloque hojas de diario mojadas alrededor del jardín. Al amanecer, los escarabajos se refugiarán en el diario, como si quisieran enterarse de las últimas noticias. Recoja las hojas de de diario cuando todavía estén mojadas, con todo y los insectos. No los tire a la basura, pues en un santiamén se las arreglarán para regresar al jardín. Quémelos, métalos en bolsas de plástico herméticas y tírelas a la basura o dentro de un inodoro o en el lavatorio, de forma que los insectos se vayan literalmente por el caño.
No confíe en las margaritas para evitar las plagas
Los viveros suelen vender estas encantadoras flores amarillas y anaranjadas con la promesa de que alejarán las plagas, pero su efectividad en este sentido es bastante limitada. Sólo funcionan bien contra ciertos parásitos como los nematodes, afirma Beth Smerek, un jardinero experimentado. De todas formas, las flores son hermosas, así que ¡plántelas!
Repela los áfidos con un rociador de cáscaras de cítricos
Generalmente se recomienda combatir los áfidos con detergente. Pero los fabricantes de estas sustancias no advierten que sus productos pueden lastimar a las plantas de igual forma, o incluso más, que estos bichitos. Mejor aproveche el hecho de que, paradójicamente, aunque los áfidos adoran los limoneros, no toleran las cáscaras de cítricos molidas. Triture la cáscara de un limón o de una naranja y revuélvala con 500 ml de agua hirviendo. Deje reposar la mezcla toda la noche y cuélela con un filtro para café. Llene un rociador con ella y aplique en las plantas con áfidos. No olvide rociar debajo de las hojas —donde se suelen esconder— de 4 a 7 días, hasta que la plaga desaparezca.
Elabore su propio insecticida en base a detergente
Si el rociador de cáscara de limón no funciona, pruebe con un insecticida de detergente, pero no compre uno comercial. Mezcle 2 cucharaditas de detergente en 500 ml de agua para crear su propia solución. Antes de aplicarla en todo el jardín, pruébela; rocíe algunas hojas de cada especie de planta que vaya a tratar para verificar que no se manchen ni retuerzan. Si no pasa nada, coloque en todas las plantas afectadas. Al igual que con la solución de limón, rocíe de 4 a 7 días.
Deshágase de los escarabajos japoneses y sus larvas
Si decenas de molestas larvas se están comiendo sus plantas, lo mas probable es que éstas sean del problemático escarabajo japonés. Elimínelas para evitar que más tarde se transformen en escarabajos. Aunque hay muchos productos comerciales tóxicos para matar a las larvas (y a numerosos bichos menos dañinos), existe un remedio completamente natural con el que se va a olvidar de ellas durante varios años. Se trata de la espora lechosa, la cual, cuando es ingerida por el insecto, le provoca una enfermedad que lo extermina, sin producir ningún daño en los organismos benéficos. El único inconveniente es que debe usted tener mucha paciencia, pues la espora lechosa actúa lentamente, y, a partir del momento en que los gránulos se esparcen en la tierra, tardan un año o más en establecerse. Pero una vez que lo hacen, funcionan por una década o más; existen reportes de un solo tratamiento que funcionó durante 40 años. Esta espora se compra en latas o bolsas de gránulos y no es económica, aunque, tomando en cuenta lo que duran sus efectos, es una verdadera ganga.