¿Por qué ningún científico se anima a confirmar alguna de esas posibles teorías? Enterate sobre las contradicciones que rodean a este mito.
Ante la pregunta sobre si tenían información sobre los perros y los hocicos húmedos, unos amigos, Tom y Leslie Rugg, que poseen una extensa biblioteca de consulta sobre perros, respondieron: “Claro”. Encontraron varios libros que mencionaban el tema de las glándulas sudoríparas que segregan fluido en los hocicos de los perros. La humedad del hocico se evapora mientras el aire se exhala por los orificios nasales, lo que refresca al perro.
Sonaba bien. Esta pregunta insólita podía responderse. Sin embargo, se planteaba un dilema ético. Llamamos preguntas insólitas a aquellas cuyas respuestas no pueden encontrarse con facilidad en los libros. Y son los expertos quienes develan esos misterios. ¿Cómo permitir que la solución a esta pregunta insólita se encontrara en otros libros? Había que confirmar las respuestas que aparecían en los libros de los Rugg.
A veces, es mejor dejar las cosas como están. Durante el mes siguiente, se consultó a numerosos veterinarios, anatomistas de perros, zoólogos, histólogos e incluso a especialistas en respiración canina. Todos fueron muy gentiles, entendidos e interesantes. No obstante, el único problema con los expertos en perros, y los científicos en general, es que se niegan a decir algo que no esté científicamente demostrado.
¡Qué diferencia con los expertos en humanidades y en ciencias sociales que tienen teorías respecto de todo y nunca permiten que la falta de evidencia se interponga en sus declaraciones! Sin embargo, los investigadores de perros insistieron en que estamos más próximos a clonar seres humanos que a tener una respuesta definitiva a este misterio.
Esto es lo que sí se sabe: la mayoría de los perros sanos tiene el hocico húmedo casi todo el tiempo. Si un perro tiene el hocico seco, podría significar que ha dormido en una habitación calefaccionada o que ha puesto el hocico entre las patas un largo período. No obstante, también puede querer decir que el perro está deshidratado, lo que suele ser una señal de alerta sobre una posible enfermedad.
En primer lugar, ¿qué es lo que causa la humedad?
Existen tres teorías principales:
- Las glándulas nasales a los costados del hocico del perro segregan un fluido. Algunas de estas glándulas están cerca de la abertura de la fosa nasal y pueden ser las responsables de la mayor parte de la humedad, pero nadie ha demostrado cómo estas secreciones llegan a la punta del hocico del perro porque en realidad, no hay ninguna glándula en el exterior del hocico.
- El doctor Howard Evans, de la Universidad de Cornell, cree que es probable que la humedad sea una combinación de secreciones de las glándulas nasales laterales y las glándulas (nasales) vestibulares.
- El doctor Adams, especialista en el sistema respiratorio de los caninos, de la Universidad Estatal de Iowa, agrega que los perros se lamen el hocico con frecuencia. Gran parte de lo que percibimos como secreción en el hocico del perro puede ser, en realidad, saliva.
Entonces, ¿qué función cumple un hocico húmedo?
- Lo más probable es que las secreciones de las glándulas nasales ayuden al perro a disipar el calor. Ellos no transpiran como lo hacen los seres humanos. Disipan la mayor parte del calor jadeando con la lengua afuera y, de ese modo, se evapora el calor de la superficie húmeda de la lengua. Mientras jadean, gran parte del aire ingresa a través del hocico, que es mucho más eficiente que la boca para disipar el vapor de agua. En el libro How Animals Work (Cómo funcionan los animales), el zoólogo Knut Schmidt-Nielsen explica lo siguiente: “En las pruebas que realizamos, pudimos determinar que un cuarto del aire inhalado por el hocico era exhalado otra vez por el hocico, mientras que los tres cuartos restantes eran exhalados por la boca. Sin embargo, las cantidades pueden variar bastante. Incluso los perros pueden, en cualquier momento, exhalar por el hocico del 0 al 100 % del aire que inhalan”. El estudio de Schmidt-Nielsen indicó que exhalar por la boca duplicaba la pérdida de calor del perro; sin embargo, cuando estaban apenas acalorados, algunos perros no jadeaban en absoluto. Schmidt-Nielsen señaló que la única función de las glándulas nasales podría ser la de generar humedad para el intercambio de calor.
- Las glándulas nasales laterales contienen partículas que retienen los olores y ayudan a los perros a olfatear. El doctor Dieter Dellman, de la Universidad de Cornell, afirma que todos los animales pueden olfatear mejor cuando huelen una superficie húmeda. No obstante, no se ha determinado aún si la humedad en la parte externa del hocico del perro contribuye a la función olfativa o no.
- El doctor Adams cree que las glándulas nasales laterales podrían estar conectadas con las funciones salivales. Esto se deriva de una experiencia personal. Un día Adams estaba midiendo las secreciones de la glándula nasal lateral y sintió pena por el pobre perro al que le había puesto el collar isabelino. Las secreciones se producían de manera constante y en forma de goteo hasta que Adams decidió darle un pedazo de salchicha. De repente, la secreción aumentó. Adams no puede asegurar cuál es la conexión, pero estos descubrimientos accidentales explican por qué los científicos no están en condiciones de dar respuestas definitivas hasta que comprueban la veracidad de la teoría.
- La humedad es una broma cósmica cuyo único propósito es arruinarle la vida a quien escriba sobre ello. Ésta, por supuesto, es una buena teoría. Si alguna vez escuchan alguna respuesta breve, simplista y aparentemente sencilla para este misterio irresuelto, desconfíen. Aunque adoremos las respuestas simples para los interrogantes complejos, a veces su resolución arroja más de una hipótesis y nos hace tomar conciencia de que, a veces, nos apresuramos con la elección de las preguntas.
