Como cualquier cambio grande, mudarse es movilizador y la gran organización que conlleva puede generarte cierto estrés. Por eso te dejamos algunos secretos para poner en práctica previamente a la mudanza para llegar más tranquilo a ese día.
Tres semanas antes de mudarte
- Si hacés la mudanza vos mismo, conseguí cajas y comenzá a empacar artículos no esenciales, como libros, cuadros y ornamentos.
- Obtené por lo menos tres cotizaciones para el transporte.
- Si recurrís a una empresa de mudanzas (una opción mucho menos estresante), solicitá que vayan a tu hogar a cotizar el trabajo. Asegurate de discutir cuestiones como los problemas para estacionar y los artículos que necesitan un manejo especial, como un piano o una pecera.
- Hacé los trámites para redirigir el correo al nuevo domicilio.
Una semana antes de mudarte
- Ya sea que recurras o no a una empresa de mudanzas, prepará una caja con los artículos de valor –joyas, reliquias, ornamentos– listos para llevar en el auto con vos.
- Si la mudanza está a tu cargo, considerá la posibilidad de contratar un seguro de bienes en tránsito.
El día de la mudanza
- Comenzá temprano: lleva más tiempo de lo que supone.
- Asegurate de que todas las cajas estén etiquetadas.
- Hablá con la persona a cargo de retirar tus pertenencias cuando llegue y dale instrucciones únicamente a ella. Tené café y galletitas para los trabajadores.
- Prepará una pequeña caja con artículos esenciales, como vasos, saquitos de té y papel higiénico, que puedas ubicar de inmediato cuando te hayas mudado.
- Llamá a las compañías de servicio para establecer las mediciones pertinentes.
Antes de irte
- Trabá todas las puertas y ventanas antes de entregar las llaves.
- Comprobá que se ha hecho todo según lo acordado con los nuevos propietarios.
- Dejá anotada tu nueva dirección para que puedan reenviarte el correo.