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Especialistas: 7 claves necesarias para vivir en plenitud

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Expertos en felicidad y médicos de cuidados paliativos comparten sus estrategias.

Cuando John Helliwell se casó con su esposa Millie hace 52 años, los dos ya eran bastante cercanos. “Ella quizá era mi mejor amiga entonces, pero no era algo en lo que pensara”, explica Helliwell sobre su noviazgo, que dio paso a una relación divertida y agradable que hasta la fecha se mantiene fuerte.

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Décadas después de su matrimonio, Helliwell, profesor emérito de economía en la Universidad de Columbia Británica en Vancouver, Canadá, no solo comenzó a pensar más en la felicidad, sino que también se interesó de manera profesional en los factores que influyen en nuestro bienestar.

En 2017, la investigación de Helliwell confirmó que el matrimonio aumenta la felicidad y las personas que piensan en sus cónyuges como sus mejores amigos experimentan el doble de felicidad que otras personas casadas. Debido a que Helliwell considera a Millie su amiga más cercana, se concluye que su relación impulsó el buen ánimo del hombre durante el último medio siglo. Pero él no es el único académico que recopila enseñanzas significativas de sus propios hallazgos para vivir la vida con mayor plenitud. Diversas investigaciones también muestran que la felicidad no se trata solo de un matrimonio satisfactorio.

Reader’s Digest habló con diversos expertos en felicidad para saber qué han aplicado de su trabajo para llevar vidas más satisfactorias. Médicos de cuidados paliativos también compartieron los conocimientos obtenidos al ayudar a sus pacientes a planificar el futuro, reforzar las relaciones importantes y apreciar el día a día, antes de que sea demasiado tarde. Estos son algunos de sus consejos que puede incorporar a su propia vida.

  • Acepte que la edad  es solo un número

Entre 2002 y 2017, investigadores alemanes pidieron a adultos mayores de 40 años que compartieran su edad cronológica y que luego describieran la edad con la que se perciben. Las personas que se sentían más jóvenes que su edad real experimentaron mayor satisfacción con la vida, con menos emociones negativas como la culpa y la ira, lo que conducía a un incremento general de su sensación de bienestar. Para quienes se sentían mayores el resultado era el opuesto.

Los factores relacionados con la salud también afectaron: la mala salud percibida, las enfermedades crónicas y las limitaciones físicas se asociaron con sentirse más viejos y con un menor nivel de estabilidad.

“Una persona con problemas de salud crónicos puede llegar a sentir una mayor discrepancia entre la edad percibida y la cronológica a lo largo del tiempo”, dice el autor del estudio André Hajek, profesor de epidemiología interdisciplinaria de atención médica en la Universidad de Hamburgo. “Al mismo tiempo, este individuo puede tener menores expectativas de longevidad y, por lo tanto,  sentir mayores dificultades para disfrutar su vida. Esto puede convertirse en una profecía autocumplida y llegar a conducirlo a un significativo deterioro en la salud futura debido a malos hábitos en su rutina”.

Hajek, de 38 años, asegura que se identifica con su edad cronológica porque tiene dos hijos pequeños y hace poco se convirtió en profesor, ya que se encuentra en la edad común para un nombramiento de este tipo en Alemania. “Esta percepción podría cambiar en la segunda mitad de mi vida, cuando las obligaciones familiares con mis hijos disminuyan”, explica el especialista.

“Factores como la autoeficacia general, el optimismo o, en particular, la pasión por la vida —por su trabajo, por ejemplo—, pueden afectar de manera muy positiva su percepción de la edad”, asegura. “Trato de vivir con verdadera pasión por la ciencia lo cual, con suerte, me ayudará a mantenerme joven y satisfecho”.

  • Abrace la incertidumbre

Los médicos de cuidados paliativos suelen atender a pacientes con diagnósticos que limitan la vida y que no saben cuánto tiempo les queda. El hecho de que estas personas acepten la incertidumbre y luego planifiquen los posibles escenarios mientras aún viven el presente, ayuda a mejorar su salud mental y su calidad de vida en general, según un estudio escocés de 2016.

Scott Murray, autor del estudio y profesor emérito del grupo de cuidados paliativos primarios de la Universidad de Edimburgo, dice: “Muchos preguntan: ‘¿Cuál es el pronóstico?’, aunque su duda es ‘¿cuánto tiempo me queda?’. Pero en realidad es algo más profundo: ‘¿Cómo será esta experiencia para mí?’”.

Él dice que una forma en que los pacientes pueden enfrentar su nueva realidad es verificar elementos de su “lista de deseos”. Esto puede ayudarlos a enfocarse en las prioridades e ir tras objetivos realizables durante el tiempo que les queda. 

La familiaridad de Murray con este tipo de conversaciones lo ayudó cuando le diagnosticaron cáncer de pulmón hace siete años. “Una vez que uno se enfrenta cara a cara con el hecho de que tal vez se muera, y luego se encuentra en la frontera final y se retira, comenzará a vivir”, asegura el experto.

Aunque los resultados de Murray terminaron por ser claros y tratar su enfermedad era posible, enfrentó altos niveles de estrés mientras esperaba ese diagnóstico. Su estudio ha demostrado que las personas a menudo se sienten más ansiosas en esta etapa del proceso y saber eso le proporcionó algo de alivio.

Su experiencia en investigación, así como su familiaridad con los cuidados paliativos y los diagnósticos de cáncer lo ayudaron a abordar su situación de manera diferente a como lo hacen muchas personas, y esto a su vez puede ser útil para otros. “Durante los últimos 20 años, he reflexionado sobre la idea de la ‘trayectoria de la enfermedad’”, dice Murray. “Las personas no solo mueren; existe una trayectoria progresiva de eventos. Y la gente debería preguntar sobre eso en lugar de solo enfocarse en la palabra ‘pronóstico’”.

  • Exprese gratitud

Conforme las personas envejecen, es más probable que experimenten problemas de salud, deterioro cognitivo y la pérdida de seres queridos, lo que puede agravar los sentimientos de depresión y soledad. Pero los adultos de mediana edad en adelante que expresan agradecimiento tienen menos probabilidades de sentirse solos, según un estudio holandés de 2019.

“Los sentimientos de gratitud pueden llevar a una perspectiva de vida más amplia, un comportamiento más social y una mayor conexión”, dice la autora del estudio Jennifer Reijnders, profesora asistente de psicología de la vida en la Open University de Heerlen, Países Bajos.

Reijnders ha comenzado a expresar más gratitud en su propia vida desde que comenzó a investigar estos beneficios. “Hacerlo incrementó la conexión y las emociones positivas que experimento con ciertas personas, disminuyendo sensaciones como la soledad”, asegura. 

La investigadora notó este poder por primera vez luego de expresar su gratitud hacia una amiga en una tarjeta de cumpleaños. “Ella apreció mucho el detalle, se emocionó y comenzó a hacer lo mismo en sus tarjetas. En verdad intensificó la conexión y el vínculo entre nosotras. Ahora escribo este tipo de notas a la gente con regularidad”.

  • Fomente conexiones virtuales

Si no puede reunirse con amigos porque vive lejos, se le complica transportarse o desconfía de socializar a raíz de la pandemia, conectarse en línea para mantener relaciones importantes puede ayudarlo a permanecer cerca y mejorar su calidad de vida.

Un estudio británico de 2021 descubrió que los adultos mayores que usaron Internet para comunicarse durante la pandemia tenían una mejor calidad de vida, así como un menor riesgo de mal humor o depresión, en comparación con las personas de la misma edad que no se comunicaban de esta manera.

“Según nuestro estudio, el mejor tipo de contacto social por Internet es a través de correo electrónico o videollamadas”, dice el autor de la investigación, Simon Evans, profesor de neurociencia en la escuela de psicología de la Universidad de Surrey, Inglaterra. “Esta es una excelente forma de ayudar a los adultos mayores a sentirse más conectados e incluidos en sociedad”. (Sin embargo, las redes sociales no son ideales, ya que pueden provocar ansiedad o sentimientos de estarse perdiendo de algo.)

Durante los últimos años, Evans decidió de forma consciente socializar con amigos cercanos a través de videollamadas y correos electrónicos, en parte debido a sus hallazgos. “La comunicación en línea ha sido de gran ayuda para sentirme más conectado con las personas que son importantes para mi vida”, dice el especialista, quien se mantuvo en contacto de esta manera tanto antes de la pandemia como durante ella, cuando verse en persona se volvió complicado. “No cabe duda que comunicarme por Internet durante los períodos de confinamiento permitió que me sintiera menos aislado y más positivo en los momentos difíciles”.

  • Documente sus deseos de atención médica

En 2009, Alemania promulgó una legislación que fortaleció el poder de las directrices anticipadas. Se trata de documentos legales que permiten a las personas especificar el tipo de atención médica que desearían, o la que rechazarían, si, por alguna razón, no son capaces de tomar decisiones por su cuenta.

En la década posterior a dichas acciones, esta previsión creció en popularidad y uso: un estudio alemán de 2021, realizado en Berlín, sugirió que la cantidad de personas con diagnósticos que limitan la vida que usaron directrices anticipadas casi se triplicó entre 2009 y 2019. 

Los mencionados documentos ayudan a comunicar sus deseos a los médicos, demás de aliviar la carga que supone tomar decisiones por parte de los familiares. Saber que evitará que sus seres queridos adivinen sus deseos de atención médica durante un momento estresante, puede afectar de forma positiva su bienestar actual, especula el autor del estudio, el doctor Jan Graw, médico del departamento de anestesiología y medicina de cuidados intensivos en el hospital público universitario Charité-University Medicine Berlín.

El trabajo del doctor Graw lo llevó a analizar distintos escenarios en los que las personas pueden perder su capacidad para tomar decisiones sobre el cuidado de su salud. También lo inspiró a pensar más allá de las directrices anticipadas.

“Consideraría hablar con las personas cercanas a usted acerca de sus creencias personales —sus actitudes relacionadas con la vida y la muerte— e identificar quiénes podrían sustituirlo en la toma de decisiones futuras”, dice. Prepararse para posibles situaciones de estrés, añade, puede contribuir a sentirse mejor.

  • Perdone a otros

Los adultos mayores que son más indulgentes tienen menos probabilidades de experimentar depresión, según una investigación publicada en 2019. Esto quizá se deba a que el perdón les ayuda a experimentar un mayor bienestar emocional y físico, además de mejorar su nivel de satisfacción con la vida.

“Cuando lleva cierto camino recorrido, uno tiende a recordar lo que le sucedió: las acciones que realizó, las decisiones que tomó, las relaciones rotas, el dolor que sufrió”, dice la autora del estudio, Jessie Dezutter, profesora titular de psicología y ciencias de la educación en KU Leuven en Bélgica.

“El perdón es una herramienta de gran importancia para encontrar un poco de tranquilidad, de modo que concluya las cosas de una manera constructiva y positiva y se sienta bien con los errores o faltas específicas que cometió o que otros cometieron con usted”.

El perdón no necesita reconciliación. Puede perdonar en su corazón sin necesidad de decírselo a quien esté implicado. Esto es útil si alguien ha muerto, si la persona a la que está perdonando fue abusiva o si una relación ya concluyó.

Dezutter aplicó este método con un viejo amigo. “Las situaciones dolorosas se volvieron tan extremas que decidí que el perdón era necesario, pero que seguir invirtiendo en la relación no era prudente”, cuenta.

“No se trata tanto de olvidarse de sus conexiones con otros, sino de tomar una posición más distante”, añade la especialista. “Aceptar que todos somos humanos con nuestras propias fallas y errores puede brindar una sensación de alivio. También nos ayuda a abrir nuevas oportunidades para involucrarnos más en relaciones y amistades”.

  • Ate cabos sueltos

Como médico de cuidados paliativos, el doctor Ira Byock ayuda a las personas con diagnósticos que limitan la vida a encontrar un cierre a través de una conversación significativa. Y sus enseñanzas se pueden aplicar a cualquier persona que quiera vivir una vida más feliz, comenzando ahora mismo.

Imagine, dice, que tuviera un accidente automovilístico y supiera que está a punto de morir. ¿Cuáles serían las cosas que desearía haber dicho a sus seres queridos mientras tuvo la oportunidad? “Solo existen cuatro cosas que en verdad necesitamos decirle a la gente: ‘Por favor, perdóname. Te perdono. Gracias. Y te amo’”, asegura Byock, autor de Decir lo que importa (The Four Things That Matter Most), . “Entonces, ¿por qué esperar para decir estas cosas?”.

Por su parte, el experto disfruta de cómo se siente después de disculparse, al perdonar y compartir su gratitud o expresar sentimientos de amor hacia la gente. “Cuando no se dejan de lado las palabras de importancia crítica entre dos personas que se preocupan una por la otra, la calidad de la relación cambia”, dice Byock. “Eres más consciente del valor de la relación, lo que, para mí, implica una celebración”.

Reparar y nutrir los lazos con otros ayuda a aumentar la felicidad porque se valoran más a los amigos y familiares. “Esto es lo más cercano a una verdad universal que casi todo lo que sé sobre los seres humanos: cuando uno se concentra en lo que más importa, no son las cosas, siempre son las otras personas”, asegura el autor. “El ejercicio aquí, a medida que envejecemos, es mantener la pregunta presente: ‘¿Qué tiene mayor importancia?’”.

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