Dígale adiós a los conservantes con esta receta de mayonesa casera que puede preparar en un santiamén y con pocos ingredientes.
Es fácil de preparar y puede agregarle sus propios sabores. La mejor base es con un aceite de oliva liviano, o puede usar una mezcla de aceites vegetales. El aceite extravirgen le da un sabor verdaderamente fuerte.
Para 300 ml necesita:
- 2 yemas de huevo o 1 huevo entero
- ½ cdita. de mostaza Dijon
- ½ cdita. de sal
- 300 ml de aceite de oliva
- 1-2 cdas. de vinagre de vino blanco o jugo de limón
En una licuadora:
Licúe las yemas o el huevo entero con la mostaza, la sal y el vinagre o el jugo de limón durante algunos segundos. Con el motor en movimiento, agregue el aceite, primero de a gotas y después con una línea constante.
Recuperar una mayonesa cortada:
Si la mezcla comienza a separarse, agregue una cucharada de agua tibia. O comience de nuevo con una yema y agregue de forma gradual la mezcla cortada.
Cómo agregar sabores:
Realce una mayonesa básica con ajo o hierbas picadas bien finas: la albahaca, los cebollines, el perejil y el tomillo son buenos por sí solos o mezclados. Pruebe con una cucharada de mostaza Dijon y una de miel, o prepare una pasta de tomate y ajo disecados en una licuadora e incorpórela a la mayonesa terminada.
Opción «a mano»:
Bata las yemas, la mostaza y la sal en un tazón manualmente o con batidora eléctrica. Agregue la mitad del aceite, gota a gota, batiendo de manera continua hasta que la mezcla comience a espesarse. Agregue el vinagre o el jugo de limón; luego, agregue de a chorritos el resto del aceite, batiendo todo el tiempo.