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Historia de vida: un diario no tan privado

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Una mujer envió su diario por correo a una extraña, esta escribió en él, y luego lo fueron pasando de una en otra.

Kyra Peralte, generadora del diario

Kyra Peralte pensó que escribir un diario durante la pandemia podría ayudarla a poner en orden sus sentimientos confusos. En abril de 2020, Kyra, madre de dos hijos, originaria de Montclair, Nueva Jersey, Estados Unidos, comenzó a escribir sobre los desafíos que planteaba conciliar el trabajo, con el matrimonio y la maternidad durante una crisis global.
Escribir era liberador, pero además Peralte, que tenía cuarenta y tantos años, quería saber cómo se las arreglaban otras mujeres. Así que hizo una oferta inusual. Invitó a mujeres de aquí y allí a llenar las páginas restantes de su cuaderno de tapas marmóreas blancas y negras con sus propias historias de la pandemia. Al proyecto lo llamó el Diario Viajero.
“Quería una interacción que se sintiera muy humana”, dice Peralte, “y se produce un sentimiento muy humano cuando lees el diario de otra persona”.
Encontró a su primera colaboradora durante una conferencia para emprendedores a través de Zoom. Cuando Peralte mencionó el diario, una mujer en Carolina del Norte respondió inmediatamente, diciendo que le gustaría escribir en él.
A partir de ahí, Peralte publicó un artículo en el sitio web Medium explicando su idea en un esfuerzo por involucrar a más mujeres. Había tantas que querían participar que Peralte creó un sitio web (thetravelingdiarytour.com) para que se apuntaran en una lista las que quisieran escribir. Cada persona puede conservar el diario durante tres días y rellenar tantas páginas como desee. Después, es responsable de enviarlo a la siguiente persona, a la dirección que le facilite Peralte.
Hasta el momento, han participado más de 2.000 mujeres de 30 países. Por supuesto, todas esas entradas no caben en un solo diario. En la actualidad, hay más de 50 cuadernos en circulación, y Peralte ya tiene cerca de 20 completados, incluyendo el diario original con su primera entrada, sobre cómo afrontar la vida en pandemia y reconectarse con la familia.
“Fue hermoso recuperarlo de nuevo y leerlo”, dice. “Llevo esas historias conmigo a diario”.
Cada participante llena las páginas con su propia escritura de puño y letra, y a veces incluso incluyen su propia obra de arte, narrando sus experiencias, contando los obstáculos a los que se han enfrentado, compartiendo las lecciones que han aprendido.
Kirsty Nicol, que vive en Londres, oyó hablar del Diario Viajero a través de un amigo. Recibió el diario en marzo de 2021.
“Me llegó en un momento difícil, durante el confinamiento”, dice. Leer las diferentes historias le permitió evadirse, transportarse a la vida de los demás y asimilar parte de la sabiduría que dejaron.

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Una de esas perlas procedía de una mujer en Australia que había escrito: “Trabajar con los contratiempos. No contra ellos. Paciencia y gratitud. Es un baile. La vida está en constante movimiento y podemos patalear en señal de rechazo, o abrazar con gracia el desorden, arreglando las cosas a medida que avanzamos”.
El diario llegó a la puerta de Colleen Martin en Florham Park, Nueva Jersey, en noviembre de 2020. Aunque se había inscripto en el Diario Viajero meses antes, llegó en el momento adecuado.
“Acababa de perder a mi hermano. Cuando me llegó el diario y lo escribí, se convirtió realmente en un alivio terapéutico”, dice, explicando que escribió acerca de sus sentimientos de dolor. Dice que escribir una parte del diario la ayudó a encontrar el significado “del crecimiento y desarrollo que se producen en tiempos terribles”.
Dior Sarr recibió el diario en su casa de Toronto justo antes del comienzo de 2021. “Escribí sobre mis ambiciones, mis metas y cómo quería entrar en el nuevo año”, dice. Era muy elocuente “transmitir algo tan personal. Era como si conociera a esas mujeres a pesar de que no las conocía en absoluto”.
Sarr llegó a conocer a algunas de las mujeres protagonistas de las historias que leyó a través de una reunión virtual organizada por Peralte.
“Realmente nos hemos convertido en una comunidad”, dice Peralte. Ella envía a los participantes un boletín semanal y a menudo organiza eventos de Zoom para que las mujeres puedan conocerse más, compartir historias y conectarse más íntimamente. Afirma que algunas de las mujeres incluso se han convertido en amigas íntimas.
Nan Seymour, de cincuenta años, afirmó que conocer a otros participantes del Diario Viajero había sido una especie de experiencia “milagrosa”. Seymour, que vive en Salt Lake City, Utah, recibió el diario en abril de 2021. “Sentí que estaba leyendo algo sagrado”, dice.

Seymour escribió sobre su hija adulta, que es transgénero. “Quería reflejar esa parte de mi vida, y pensé que podría beneficiar a otros”, dice.
“Todos nos sentimos atraídos por este proyecto desde un mismo propósito basado en el corazón. Una vez que entras por esa puerta, estás conociendo a personas con valores similares”. Como muchas de las mujeres que escribieron en su diario, Peralte siente un fuerte vínculo con las personas que llenaron sus páginas, a las que no habría conocido de otra manera.
Su idea espontánea, dice, ha tenido un profundo efecto en ella y, espera que también en las otras mujeres que han formado parte de la misma.
Afirma que “el diario de viaje”, “está convirtiendo a desconocidas en hermanas”.

Sydney Page, DEL THE WASHINGTON POST

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