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El ladrido salvador

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Un pequeño chihuahua fue el artífica del rescate de dos señoras del mar.

Vocación de guardavidas

Con poco menos de seis kilos de peso, ChiChi bien podría caber en el bolso de su dueña, Mary Lane. “Es tan pequeño, que puedo levantarlo con una sola mano”, dice ella de su mascota. “La mayoría de la gente lo ve y piensa que no sirve para nada”.

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Pero una tarde de octubre de 2008, este perrito cruza de chihuahua demostró de lo que es capaz. Mary y su esposo, Rick, estaban descansando en la playa durante sus vacaciones en las islas Outer Banks, Carolina del Norte, y ChiChi, como de costumbre, estaba acurrucado en su manta, en su propia sillita de playa.

“Estábamos absortos en los libros cuando de repente el perro se puso sumamente inquieto”, recuerda Rick. “Empezó a ladrar de una manera que nunca habíamos oído, y quería a toda costa que le hiciéramos caso”.

ChiChi se movía de un lado a otro frente a su silla, y tiraba de su correa como si quisiera correr por la playa. Entonces los Lane se incorporaron y vieron a dos mujeres mayores en el mar, a unos 90 metros de donde ellos estaban y a tres de la arena. Una de las mujeres estaba de espaldas, y por momentos la cubrían las olas; la otra trataba desesperadamente de mantenerle la cabeza a flote.

Los Lane corrieron hacia ellas. Rick vadeó hasta alcanzar a la que estaba en peligro de ahogarse, y Mary sujetó con fuerza a la otra y la sacó del agua. “Luego volví para ayudar a mi esposo”, refiere. “La arena tenía un declive profundo, y la resaca tiraba hacia abajo a la mujer. La pobre estaba completamente desorientada”.

Como la señora se estaba recuperando de una reciente operación de rodilla, no había podido darse vuelta ni incorporarse. “Su amiga también había corrido peligro”, comenta Mary. “Las olas la empujaban para todos lados. No habría podido mantenerse a flote mucho tiempo más”.

Las mujeres no habían pedido auxilio. “Era tanto su esfuerzo, que no tuvieron tiempo de gritar”, recuerda Mary. Sin embargo, ChiChi percibió el peligro. “El perro lo supo, y yo no dejo de preguntarme cómo”.

Luego de cumplir con su deber, el perrito regresó a su silla, y se quedó dormido cuando las dos señoras ya se encontraban a salvo en tierra firme. Estaban muy asustadas, pero ilesas, y cuando los Lane las acompañaron de vuelta a su condominio, convinieron en verse nuevamente durante la semana. La pareja nunca les preguntó cómo se llamaban.

ChiChi ahora es una celebridad en Greensboro, Carolina del Norte, donde vive con sus dueños. Su veterinario colgó en una pared de su consultorio una nota de diario sobre él, y los Lane le mandaron a hacer un collar especial con estas palabras bordadas: “Perro heroico”. Esperan que esto les proporcione un merecido reconocimiento a los chihuahuas en todas partes.

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