Las claves para no ordenar de más ni quedarse con hambre. Haga de su salida una buena experiencia sabiendo qué pedir en un restaurante.
En los últimos tiempos, y con el afán de ganar clientes, los restaurantes y locales de comida rápida han incrementado de manera exagerada el tamaño de las porciones y de los menús que sirven.
12 consejos para saber qué pedir cuando vaya a un restaurante
1. Revise bien el menú: chequee de antemano en la página web del restaurante para conocer qué tipo de platos se sirven y elegir la opción más saludable. Si el lugar no cuenta con página de Internet, entonces tómese un tiempo al revisar el menú. Si tiene alguna duda de cómo está preparado algún plato, pregunte al encargado.
2. Pida una entrada como plato principal: se la puede acompañar con una ensalada verde la cual, gracias a la fibra que aportan las verduras, otorga saciedad. Las sopas son una excelente entrada para disminuir la ansiedad con la que uno suele sentarse a la mesa.
3. Atención con las palabras que pueden estar indicando grasa: salsa cremosa, fritos, cremas, manteca, gratinado, empanado, aderezo César, escalope, son indicadores de calorías extra debido al porcentaje de grasa que proporcionan.
4. Haga su propio menú: ordene las ensaladas con el aderezo a un costado, cambie las guarniciones si éstas son papas fritas, vegetales gratinados o papas rellenas por una colorida ensalada o una parrillada de verduras.
5. Cuide el tamaño de las porciones: ¡no siempre hay que dejar el plato vacío! De hecho -si el plato es demasiado grande aparte, antes de empezar, lo que va a comer y luego solicite que le envuelvan el sobrante para llevárselo.
6. Carnes: que estas sean grilladas, a la parrilla o rostizadas en lugar de fritas, en escalopes, a la milanesa o a la napolitana (con jamón, queso y tomate). Tenga en cuenta que un bife sin hueso promedio puede pesar entre 400 a 500 gramos excediendo en más del doble lo que una persona debería consumir. El tamaño de porción de carnes debería ser como la palma de su mano y el grosor del dedo pulgar.
7. Pastas: pídalas con salsas sobre la base de tomates frescos o incluso con vegetales salteados como brócoli, champiñones o espárragos. Evite las salsas más cremosas o calóricas como la boloñesa (carne picada) o a los cuatro quesos.
8. Cuidado con los restuarantes “tenedor libre”: son un atentado contra la fuerza de voluntad hasta del más fuerte, ya que el control de porción es algo extremadamente difícil de lograr. Cuanto mayor variedad de platos haya, mayor será la tentación. Una buena opción es servirse primero los platos que contienen verduras, y luego elegir un solo plato principal.
9. No llegue con hambre: un error muy común pero habitual es saltearse comidas reservándose “hambre” para la cena en el restaurante. Lo único que conseguirá es comer con mayor voracidad, rendirse a la tentación de la panera y de un plato principal copioso. Por lo tanto, intente realizar comidas más pequeñas pero frecuentes a lo largo del día. Si el encuentro es a altas horas de la noche, coma una fruta o un yogur, antes de salir.
10. Bebidas alcohólicas: el alcohol puede estimular el apetito además de subir rápidamente las calorías. Pida sólo una copa de vino y bébala en pequeños sorbos durante la comida; tome abundante agua para saciar la sed.
11. Postres: espere unos minutos antes de pedir un postre. El cerebro necesita tiempo para procesar la señal de saciedad del organismo. Si todavía quiere algo dulce, entonces comparta el postre con otro comensal.
12. Coma despacio: disfrute de cada bocado pero, en especial, de la conversación y la compañía. Deje los cubiertos apoyados en el plato entre bocado y bocado.