Próximo al estreno de su nueva película, el actor nos cuenta cómo además de abocarse a la carrera de actor y guionista de cine, vive para su esposa y sus hijas.
Son las 10 de la noche en Cancún y los turistas que pasean por la playa frente al lujoso hotel Ritz-Carlton se sorprenden al ver sobre una plataforma nada menos que al actor Jamie Foxx, acompañado de un par de disc-jockey; sin embargo, quien elige la música es él, y con micrófono en mano ameniza lo que a todas luces es una gran fiesta. Lo que los turistas no saben es que detrás de la plataforma hay muchas otras estrellas del cine divirtiéndose. Se han reunido aquí para tener un inusual encuentro con la prensa, y promover sus películas más recientes o en rodaje. Todos bailan con alegría, sin importar quiénes son los famosos y quiénes los periodistas. Channing Tatum se mueve con esa destreza hipnótica que ha mostrado en sus películas, junto a él lo hacen Chloe Moretz y Maggie Gyllenhaal. Un poco más allá, Denzel Washington y Mark Whalberg comparten una cerveza y observan divertidos lo que ocurre en la pista.
En medio del gentío, una pareja baila mirándose a los ojos, evidentemente enamorados. Pero no son recién casados, ni se acaban de conocer; llevan juntos el tiempo suficiente como para haberse convertido en padres de tres hijas y compartir la crianza de una más. Él es Matt Damon, que llegó aquí a promover Elysium, una película de ciencia ficción filmada parcialmente en México. La película presenta un futuro en el que los ricos abandonan la Tierra para habitar un paraíso propio, Elysium, y dejan a los pobres en lo que queda del planeta para que sobrevivan como puedan. Ella es Luciana Bozán, la argentina que Matt conoció en Miami hace 10 años mientras filmaba Pegado a ti.
Para el actor, este año ha sido excepcional. Fue nominado a un premio Emmy por su trabajo en Behind the Candelabra, y termina de filmar The Monuments Men, la nueva película como director de su viejo amigo George Clooney.
P: ¿Cómo fue filmar en México?
R: Maravilloso. La pasé muy bien. Hay una gran comunidad fílmica en México. Contamos con excelentes equipos de rodaje, eso siempre facilita mucho las cosas. Tuve personal de seguridad que me protegía mientras filmábamos, lo cual me causó tristeza porque yo crecí viajando a México todo el tiempo. Entre otras cosas, tomé clases en una escuela de idiomas en Guadalajara, y solía viajar por el país en ómnibus con mi mamá cuando era adolescente. Tengo recuerdos muy bonitos de esa época.
P: O sea que te une una larga relación con México…
R: Si, aquello fue hace 25 años. Desde entonces he regresado en ocasiones a promover películas por unos cuantos días. Pero en el caso de la filmación de Elysium, estuvimos ocho semanas en México, lo cual me pareció estupendo. Pasé la mayor parte del tiempo trabajando y no salimos de la Ciudad de México, así que me quedé con ganas de recorrer un poco el país. Sin embargo, ir a México a filmar me trajo un montón de recuerdos muy gratos.
P: Mientras filmaban, estabas en tu propio Elysium, porque me imagino que te habrás alojado en un hotel de cinco estrellas, y al mismo tiempo tenías que rodar en las zonas más pobres de la Ciudad de México.
R: Es cierto. Eso es algo de lo que hablaba a menudo con los demás integrantes del elenco y con el equipo técnico. Cuando regresábamos al hotel decíamos que habíamos vuelto a Elysium. Durante el día filmábamos en un basurero, y cuando llegaba la noche nos subíamos al auto para regresar a Elysium. Esa parte del rodaje fue muy extraña, sobre todo porque Diego Luna es de allí, y como adora su ciudad, todo el tiempo nos llevaba a los mejores restaurantes y nos mostraba los sitios más lindos de la ciudad. La dicotomía es muy parecida a la que muestra la película pero es igual en casi todos los países. Siempre hay dicotomía, división, y ese es un tema del que habla la película. Como cualquiera de ciencia ficción, no trata del futuro, sino que habla del presente.
P: En la película hablas bastante en español. ¿Te ayudó Luciana a pronunciar bien las palabras?
R: Ella siempre me ayuda. Sobre este tema hablaba mucho con Neill [Blomkamp, el director y guionista de Elysium]. Él quería mostrar que, en el futuro, quienes se quedan en la Tierra —hablen inglés, portugués o español— logran entenderse porque los idiomas han empezado a mezclarse. En ese futuro la gente todo el tiempo pasa del inglés al español, y viceversa, por eso Neill quería un Diego, que hablara español con fluidez, y también a Wagner [Moura] y Alice [Braga], que son brasileños y hablan portugués. Quería presentar el mundo como un crisol en el que se han fusionado todas las culturas, y también los idiomas. Los personajes estamos mezclados en ese crisol gigante, tratando de sobrevivir.
P: Supongo que el director contrató al protagonista adecuado, porque no creo que en la casa de ningún otro actor estadounidense se hable tanto español como en la tuya…
R: Es cierto. En casa estamos aprendiendo sobre la marcha el mejor método para criar niñas bilingües. Lo único que puedo decirte es que nuestras hijas van a hablar español con fluidez cuando asistan a la universidad. La más pequeña [Stella] es totalmente bilingüe, y las otras dos hablan “espanglish”. La mayor [Isabella] quiere aprender bien el español, por suerte tiene abuelos que le hablan solo en ese idioma; su mamá le habla tanto en español como en inglés. Es muy difícil lograr la inmersión total que se necesita para aprender un segundo idioma en un país en el que no se usa esa lengua. En realidad, lo que quiero decir es que yo arruino todo en casa con mi inglés…
P: ¿Eres hoy más argentino que cuando conociste a Luciana?
R: Supongo que ahora se habla mucho más español en mi casa que antes, y comemos mucho más dulce de leche, un gusto que he adoptado decididamente en mi vida. También he comido muchas más empanadas de lo que jamás hubiera imaginado.
P: Es evidente que en estos días te están ofreciendo las mejores películas, pero eres un hombre casado y tienes cuatro hijas. ¿Te resulta difícil aceptar propuestas con el cansancio que, supongo, llevas encima?
R: Sí, cada vez me cuesta más trabajo, aunque trato de encontrar la manera de hacer las cosas. Ahora que las niñas están creciendo, tienen amigos y se sienten conectadas con el lugar donde viven, nos resulta mucho más difícil trasladarnos a otro sitio. Antes, simplemente nos íbamos todos a recorrer el mundo, y yo podía hacer la película que quisiera. Mi esposa y yo terminamos de encontrar una forma de hacer que las cosas funcionen, pero no sabemos cómo será de aquí en adelante. Tenemos que encontrar una buena estrategia porque a mí me encanta trabajar, pero también debemos darles a nuestras hijas cierta estabilidad en la vida. Es algo en lo que trabajamos todos los días. Ya te contaré cómo nos va.
P: ¿Eso significa que en el futuro vas a trabajar menos?
R: Es posible. A decir verdad, todavía no sabemos cómo vamos a resolver ese problema.
P: ¿Te sorprende que, 25 años después de filmar tu primera película, tu carrera siga marchando tan bien?
R: Por supuesto que me sorprende, sobre todo porque jamás imaginé adónde me iba a llevar la vida. Los sueños que tenía de niño respecto al éxito se hicieron realidad muy pronto. Lo que ocurrió con En busca del destino me parecía un sueño imposible, pero no podía imaginar lo que vendría después. Y es que no hacía falta imaginar más, porque el hecho de haber ganado un Oscar por ese filme superaba todas mis expectativas. Después de eso vinieron muchas cosas más, y todas me parecieron increíbles. Recuerdo que hace unos 12 años George Clooney y yo hablamos de nuestro futuro, y a los dos nos pareció que si lográbamos sobrevivir una década en Hollywood, sería grandioso. Es que es algo muy difícil de lograr. Haber podido mantenerme tantos años en esta profesión en ver- dad es asombroso.