Diferentes formas de comenzar de manera más activa su mañana.
Después de servirse un café, charlar con sus compañeros y ojear el correo, se esfumó la primera hora de trabajo. A continuación, la receta para empezar mejor el día.
Desayune antes de ir a trabajar
No espere a llegar a la oficina para servirse su yogur. Sentarse frente a la computadora con comida y café lo hace más proclive a navegar por blogs y revisar las redes sociales, en vez de arrancar con las tareas más importantes, afirma Laura Stack, conferencista sobre productividad y autora de un libro que aborda la efectividad y eficiencia laboral. “En realidad, no puede trabajar si tiene una cuchara en la mano y se estira constantemente para tomar algo —dice—. Siente cierta despreocupación y no es tan productivo como cuando tiene toda su atención puesta en lo que hace”.
Haga una lista de pendientes adecuada
La mayoría de las personas elabora estas listas con las tareas fáciles al principio a fin de sentirse muy bien al ir tachándolas, afirma Charles Duhigg, autor de un libro sobre eficiencia laboral. Dicho sistema ayuda a la autoestima, no a la productividad. En vez de eso, realice su lista con las metas a largo plazo al inicio, para que no olvide qué es lo más importante; seguidas de las metas diarias que lo ayudarán a alcanzar las primeras. Las tareas diarias deben ser realistas, alcanzables, específicas, medibles y ajustarse a un calendario. Tener bien claro el tiempo del que dispone y cuánto le tomará cada tarea lo ayuda a lograr tus objetivos.
Use un reloj
Oblíguese a mantenerse concentrado estableciendo estrictos lapsos de trabajo ininterrumpido, explica Kevin Kruse, autor de un exitoso libro sobre administración de tiempo. Fijar un intervalo de 50 minutos será suficiente para entrar en materia y adelantar un buen trecho antes de tomarse un descanso de 10 minutos. “Si siente la necesidad de levantarse o buscar algo en Internet, el reloj le recordará que necesita esperar 20 minutos más”, sostiene Kruse. La mayoría de los celulares cuenta con cronómetros, pero Kevin recomienda optar por un reloj de cocina o de arena como recordatorio visual que, además, lo mantenga alejado de las notificaciones del teléfono.
Empiece con la tarea que más le preocupa
En vez de echarle un vistazo a su correo o a las redes sociales, piense en lo que lo tiene con más pendiente. “Lo ideal es lidiar con lo que más lo agobia”, sugiere David Allen, autor de un libro sobre el tema. Resolver esa tarea estresante le quitará presión de encima y le permitirá estar más relajado el resto del día.
Apague las notificaciones
Cuando se revisa las redes sociales, el cerebro libera dopamina y estimula el sistema de recompensas, aun cuando la notificación no contenga nada interesante, explica Kruse. ¿El truco para evitar de manera consciente estos pequeños estímulos que tanto distraen? Desactive todas las notificaciones por completo; no solo lo ponga en vibrador. “Está bien usar el correo y las redes sociales, pero debe ser usted quien imponga las condiciones —según Kruse—. No deje que otras personas y empresas interrumpan la hora más importante del día: la mañana”.
No tome café (tan pronto)
La cafeína es una gran herramienta que le dará energía para afrontar las tareas importantes, pero podría desgastarse a medida que el efecto desaparece, dice Chris Bailey, autor de un libro sobre productividad laboral. En lugar de servirse un café a primera hora, en automático, guarde esa carta para cuando más la necesite. Es mejor retrasar su consumo para cuando trabaje en un proyecto de suma importancia —dice Bailey—. Piense en las labores preponderantes de su lista y bébalo cuando considere que lo aprovechará más”.
Escuche ruido blanco
Usar auriculares podría ayudar a no distraerse. Pero no elija música popular con tonadas y letras que le gusten, advierte Kruse. Más bien escuche los tipos de sonidos que oiría en un spa: cantos de aves, lluvia o ruido blanco. “Hay listas de reproducción con algo que se llaman pulsos binaurales, patrones raros de sonido que podrían enloquecerlo, pero que, en realidad, ayudan a mantener las ondas cerebrales en sintonía”, detalla Kruse.
No pierda de vista sus objetivos de vida
Antes de entrar en ritmo, puede ser difícil animarse a empezar proyectos aburridos. Sentir que tiene el control podría fortalecer la motivación, dice Duhigg, así que comience con un trabajo que considere significativo. Vincule sus responsabilidades diarias con la razón principal por la que está en su empleo. “Algunas personas son más productivas que otras porque se obligan a pensar más profundamente en lo que están haciendo y por qué”, puntualiza Duhigg. “Una vez que realiza esa conexión, es
mucho más fácil motivarse.
Trabaje en algo creativo
En la mañana, la corteza prefrontal, la parte del cerebro que se encarga del pensamiento lógico, se encuentra menos inhibida, explica Bailey. Significa que le importará menos lo que la gente opine sobre sus ideas, por lo que estará más dispuesto a exponerlas. “Aunque tenga menos energía, tiene más capacidad creativa por la mañana”, dice Bailey.