¿Por qué se ve la Luna de día? La respuesta simple y rápida, incluso para niños, a este interrogante.
Este misterio sería muy fácil de responder si el Sol, la Luna y la Tierra se unieran y se pusieran de acuerdo con el mismo calendario. Pero se rehúsan, lo que mantiene a los astrónomos y a los astrólogos ocupados, y dificulta dar una respuesta sencilla.
La Luna no brilla con luz propia. Cuando vemos la Luna, lo que percibimos es el reflejo de la luz del Sol contra su superficie. La Luna se puede ver durante el día cuando se alinea con el Sol en la misma dirección. Cuando la Luna viaja por su órbita de 29 días (aproximados) alrededor de la Tierra, en algunas ocasiones, se encuentra en el lado opuesto de la Tierra con respecto al Sol.
La Tierra también gira alrededor de su eje cada 24 horas, un tiempo mucho más corto que el que le lleva a la Luna girar en torno de nosotros o a la Tierra y a la Luna girar alrededor del Sol (un año). A pesar de que percibimos que la Luna sale y se esconde mientras se “mueve” en el cielo, lo que provoca este efecto es que la Tierra está rotando sobre su eje (“por debajo” de la Luna). En un día, la Luna no se mueve mucho con respecto al Sol o a la Tierra, aunque durante esas 24 horas, veamos un ciclo completo de día y noche porque nuestro planeta está girando.
La luna de día
La vista que tenemos de la Luna depende también del estado de la atmósfera de la Tierra. Durante el día, las estrellas no se ven y eso sucede porque la luz dispersa que llega desde el Sol es lo bastante brillante como para ahogar la luz relativamente apagada de las estrellas. No obstante, la Luna es el segundo astro más brillante que observamos en el cielo después del Sol; por lo tanto, aunque parezca pálida, podemos verla durante el día si está próxima a la dirección del Sol. De cualquier manera, en los días nublados o de mucha resolana, la Luna no se ve, sobre todo, antes o después de que haya habido luna nueva.
Si bien es verdad que el Sol y la Luna parecen estar próximos entre sí, el Sol siempre está 400 veces más lejos de la Tierra que la Luna. Podemos divisar la Luna durante el día cuando se acerca al Sol relativamente en la misma dirección, ¡pero no mucho! Cuando los astros se alinean demasiado cerca, no podemos ver la Luna porque el Sol está directamente detrás de ella y no puede iluminar la cara de la Luna que siempre vemos. Cuando están en direcciones opuestas, durante el día, el Sol alcanza su punto más alto, pero la Luna se encuentra al otro lado de la Tierra.
Si la Luna se encuentra en su punto más alto, podemos verla, pero es de noche porque el Sol está al otro lado de la Tierra. El momento del día en el que mejor podemos ver a la Luna ocurre cuando la Luna y el Sol están en ángulo recto, o cercanos a esa posición: el Sol, la Luna y la Tierra forman un gran triángulo y el Sol está “frente” a la Luna para alumbrar su cara visible; y es de día porque el Sol está en el cielo sobre nosotros.
¿Todavía te cuesta comprenderlo? Quizás la analogía de Tim Kallman, antropofísico del Laboratorio de Astrofísica de Altas Energías de la NASA, sirva. Puede resultar útil pensar que el Sol es un gran foco eléctrico, y la Luna, un gran espejo. En algunas ocasiones no podemos ver el foco, pero vemos la luz que proviene de él reflejada en el espejo.
Esa es la situación en la que vemos la Luna de noche. Al Sol no podemos verlo directamente porque la Tierra se le interpone, pero vemos su luz reflejada en la Luna. Sin embargo, también existen situaciones en las que vemos el foco eléctrico y el espejo, y eso es lo que sucede cuando la luna se ve durante el día.