La misteriosa fauna en las profundidades del mar tiene como protagonista al plancton.
El plancton, elemento vital
¿Permanece el plancton siempre cerca de la superficie del mar?
Durante la Segunda Guerra Mundial, los marinos de los buques de guerra estadounidenses se veían confundidos cuando su sonar indicaba bancos peligrosos en lugares donde los mapas señalaban aguas profundas. Más extraño aún era que otros barcos que pasaban sobre estas zonas no encontraran señal alguna de tales bajíos.
Los oceanógrafos a los que se pidió ayuda para resolver el misterio descubrieron que lo que causaba las falsas señales del sonar era un «estrato de profundidad variable» que se encontraba cerca de la superficie por la noche y descendía a aguas más profundas durante el día.
Los investigadores descubrieron más tarde que ese estrato se componía realmente de animales planctónicos y de otros más grandes que hacen presa en ellos. Al ponerse el sol, todos ellos emprenden un viaje nocturno a la superficie para alimentarse de los vegetales planctónicos y de día regresan a profundidades de 600 metros o más.
Las ondas del sonar, al reflejarse en esta masa flotante de seres vivos, parecían indicar aguas poco profundas.
¿Dónde es más abundante la vida oceánica?
Las algas, de las que dependen todos los seres vivos del océano, prosperan sobre todo en los mares costeros donde el agua es muy rica en elementos nutritivos minerales disueltos, fertilizantes naturales que favorecen el exuberante crecimiento de las plantas marinas. Muchos de estos minerales llegan al mar arrastrados por los ríos, otros alcanzan la superficie transportados por las corrientes verticales desde las profundidades del océano.
A lo largo de la costa occidental de Sudamérica, por ejemplo, estas corrientes verticales mantienen una de las zonas pesqueras más ricas del mundo. Todos los años se capturan allí millones de toneladas de anchoas que comen plancton, junto con atunes y otros peces que se alimentan de anchoas. Ante tal abundancia de peces, también prosperan enormes colonias de aves marinas que, a su vez, forman con sus deyecciones gruesos depósitos de guano que se acumulan en las islas y en lo alto de los acantilados y se recogen para emplearse como fertilizante. De vez en cuando las corrientes horizontales cambian y hacen que las ascendentes se debiliten o se detengan temporalmente; es entonces cuando se pone de manifiesto su importancia, ya, que la generosa cosecha del mar se reduce considerablemente hasta que se normaliza el flujo de las corrientes ascendentes y las materias nutritivas vuelven otra vez a fomentar el desarrollo del plancton.