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Keops y la Gran Pirámide

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Cuando Keops murió, los sacerdotes depositaron el cadáver dentro de un sarcófago de piedra

Keops y la Gran Pirámide

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Cuando Keops murió, en 2567 a.C. su cadáver fue embalsamado y amortajado con vendas, y al cabo de numerosas ceremonias rituales que se celebraron durante varias semanas, fue sepultado en la Gran Pirámide.

Los sacerdotes subieron el ataúd de madera por el estrecho pasadizo que conduce a la Gran Galería hasta la cámara funeraria, y luego depositaron el cadáver dentro del sarcófago de piedra.

Más tarde los propios sacerdotes, o varios trabajadores bajo su supervisión, comenzaron a cerrar la tumba para impedir que los saqueadores hicieran de las suyas.

Primero quitaron los puntales que sostenían tres grandes cercos levadizos de piedra en la entrada de la cámara funeraria, y así la dejaron sellada, después desmantelaron las plataformas de la Gran Galería y otros tres enormes bloques de piedra se deslizaron por el pasadizo de ascenso hasta que se detuvieron y bloquearon la entrada.

Los sacerdotes y los obreros posiblemente bajaron por un angosto tiro vertical que conduce de la Gran Galería hasta el pasadizo que desemboca en la primera cámara funeraria. Después de cerrar la entrada del tiro con una laja de piedra ascendieron por dicho pasaje hasta la única entrada de la pirámide, que cerraron herméticamente con una puerta de piedra que embonaba con tal precisión que era casi imposible descubrirla. Como última protección contra los saqueadores de tumbas revistieron la entrada con piedra caliza al igual que el resto de la pirámide.

Pero el afán de enriquecerse de los saqueadores de tumbas no tiene límite: en algún momento, quizá no mucho tiempo después del funeral de Keops, los ladrones consiguieron abrirse paso hasta el interior de la pirámide. Cuando los exploradores europeos entraron en ella en el siglo XVI, solo encontraron el sarcófago vacío; todo lo demás había desaparecido, incluso la momia real y la tapa del ataúd de piedra. Ciertos relatos árabes hablan de valiosas reliquias halladas alguna vez en la Cámara de la Reina, pero es muy probable que hayan pertenecido a sepulturas posteriores.

Las otras dos pirámides también fueron saqueadas en la Antigüedad. Los exploradores del siglo XIX encontraron un sarcófago en la tumba de Micerino, nieto de Keops, así como algunos huesos; cerca estaba parte de la tapa de un ataúd con una inscripción que identificaba a dicho faraón. El sarcófago se perdió en el mar mientras era trasladado por barco a Inglaterra; la tapa y los huesos actualmente se exhiben en el Museo Británico.

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