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El cerebro que aprende

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A cada instante nuestro cerebro está recibiendo innumerables mensajes de todas las partes del cuerpo y del mundo exterior a los que casi no prestamos atención.

¿Qué parte del cerebro es la que aprende?

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La mayor parte de los especialistas están de acuerdo en que la memoria se almacena al mismo tiempo en diferentes partes del cerebro; no hay un centro de aprendizaje. Esta teoría está apoyada por estudios hechos en personas que han perdido tejido cerebral como consecuencia de una lesión o una enfermedad. En esos casos se pueden olvidar algunos detalles, pero la mayor parte de lo que se aprendió antes todavía se puede recordar.

¿Notamos todo lo que ocurre a nuestro alrededor?

A cada instante nuestro cerebro está recibiendo innumerables mensajes de todas las partes del cuerpo y del mundo exterior a los que casi no prestamos atención; solo cuando nos encontramos en una situación desconocida o que nos atemoriza nos mantenemos alertas a todas estas señales que reciben los sentidos.

Por lo general, nuestra atención es altamente selectiva; pocas veces nos ponemos a pensar en las sensaciones que producen nuestros procesos orgánicos, incluso en las que causa la ropa sobre la piel. Cuando estamos leyendo una novela apasionante o concentrados en una tarea difícil, ni siquiera escuchamos un radio que suena a todo volumen en la habitación de al lado, o los chistes y las risas de los compañeros de trabajo que están cerca. En general, el cerebro ignora alrededor del 99% de los mensajes que recibe y con razón, ya que la mayoría son insignificantes o poco importantes para lo que interesa en ese momento.

¿Por qué la práctica hace al maestro?

Cuando repetimos una cosa -una frase musical en el piano, un golpe en el tenis o una lista de palabras extranjeras- es como si fuéramos abriendo un surco en el cerebro. No hay que tomar esta analogía literalmente; desde luego que no se forma realmente un surco en el cerebro, pero la repetición produce ciertos cambios anatómicos y químicos que fijan lo aprendido en la memoria y permiten fácil acceso a ello.

Nadie sabe con seguridad cuáles son esos cambios, pero es posible que las partes de las neuronas donde se almacena la memoria aumenten en número o tamaño. Hay pruebas de que la repetida estimulación de las neuronas hace que aumente su producción de ciertas proteínas que favorecen la memoria y, aparentemente, este y otros cambios refuerzan las conexiones entre las neuronas facilitando la transmisión de los impulsos nerviosos a través de ciertas vías.

Es importante tomar en cuenta que la práctica conduce a la perfección solo si lo que se practica es realmente lo que se quiere aprender. Si insistimos en repetir una nota equivocada en la frase musical o en pronunciar mal una palabra extranjera, fijaremos en la memoria errores que después será muy difícil borrar. Hay que estar seguros de hacer bien una cosa, la que sea, antes de empezar a repetirla para grabarla en la mente.

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