Las islas se clasifican en dos categorías: las oceánicas y las continentales.
¿Cómo se forman las islas?
Las islas se clasifican en dos categorías fundamentales. Las islas continentales, como Gran Bretaña y Japón, son fragmentos separados de un continente por lentos fenómenos geológicos. Las islas oceánicas, por el contrarío, se levantan directamente del fondo del mar y la mayoría, como Islandia y Tahití, son consecuencia de la actividad volcánica. También participan en su consolidación organismos vivientes. El coral forma la periferia de muchas islas volcánicas y a veces crece en bajíos donde constituye islas enteras, como las Bahamas. Los mangles son otros constructores de islas; en aguas poco profundas sus raíces elevadas pueden retener suficiente material de aluvión para formar tierras emergidas.
¿Cómo llegan los seres vivos a las islas?
A las aves y a los murciélagos les basta con volar a las islas recién formadas; también llegan por el aire otros colonizadores como las semillas, las esporas, los insectos y ciertas arañas que son arrastradas por el viento. Algunos arriban como huéspedes de las aves: el lodo adherido a las patas y las plumas de las aves que emigraron a una isla cerca de Java contenía 21 clases de semillas además de huevos de insectos y caracoles.
Otros colonizadores llegan por mar, ya que hay semillas que sobreviven mucho tiempo flotando en agua salada. En ocasiones las plantas arriban como masas de vegetación flotante arrancada de las orillas continentales y arrastrada por las corrientes. En esa especie de balsas van también polizones, como insectos, lagartijas y otros animales. Las famosas tortugas de las Galápagos llegaron probablemente de Sudamérica sobre balsas de ese tipo.