Qué hacer cuando el estrés alcanza dimensiones épicas (o, mejor dicho, qué hacer antes del burnout).
Todas las personas atraviesan períodos repletos de obligaciones, pero sentirse constantemente saturado, preocupado y abrumado puede abrir paso al burnout, o síndrome de desgaste profesional, un fenómeno que puede tener consecuencias graves.
El burnout puede explicarse como el estrés llevado a otro nivel. “Se define como un estado extremo de presión psicológica”, comenta YoungAh Park, profesora adjunta de la Facultad de Relaciones Laborales y Empleo de la Universidad de Illinois, Estados Unidos.
Es una respuesta ante la exposición prolongada y crónica a factores estresantes que exceden las capacidades de la persona o sus recursos disponibles para superarlos. Como muchas personas se sienten estresadas, puede ser difícil reconocer en qué momento se cruza esta línea.
En qué consiste el burnout
El verdadero burnout es diferente a sentirse agotado. Michael Leiter, profesor de psicología de la Universidad de Acadia, Canadá, explica: “El burnout combina tres dimensiones clave: agotamiento abrumador, sentimientos de despersonalización y sensación de desaliento, insuficiencia o bajo nivel de realización personal”. Sentirse agotado ya al comenzar la jornada laboral es una señal de alarma.
“Este es un indicio de que las demandas se acumulan más rápido de lo que logra recuperarse de ellas”, dice el experto. Esa fatiga evoluciona y se transforma en sentimientos de pesimismo y abandono, “lo que despierta actitud de irritación y negatividad respecto de tareas que solían encantarle”.
Ese es el estadio final del burnout, pero lleva tiempo llegar a ese punto. “Al principio, tal vez experimente hiperactividad y trabaje frenéticamente para reducir los factores de estrés, lo que lo llevará a realizar cada vez más malabares en forma simultánea”, comenta la doctora Emily Balcetis, profesora de psicología.
Desafortunadamente, esta desesperación puede llevarlo a cometer errores, perder la concentración o, incluso, comenzar a sentirse emocionalmente inestable, todas cuestiones que favorecen el desarrollo de más problemas crónicos.
Las consecuencias del burnout
Vivir con este nivel sostenido de estrés puede abrir paso a consecuencias graves para la salud, como desorden en los patrones de sueño, trastornos digestivos y mayor riesgo de experimentar depresión, afecciones cardíacas, diabetes y aumento de peso, según señala Balcetis.
Un estudio publicado en el Journal of Psychosomatic Research muestra datos escalofriantes: las personas que experimentan burnout crónico registran un riesgo un 35 por ciento más elevado de mortalidad temprana.
Medidas para controlar el estrés
Antes de que el estrés escale hasta ese nivel, intente tomar alguna de estas medidas:
1. ENCUÉNTRELE SENTIDO A SU TRABAJO
Es posible tolerar el estrés por más tiempo si cree que está haciendo algo significativo y que vale la pena. Balcetis afirma que es más probable experimentar estrés crónico resultante en burnout cuando todo parece estar fuera de control o cuando las cosas carecen de sentido.
Intente identificar de qué manera incluso la más pequeña de sus tareas diarias puede aportar valor a la vida de otros. “Si fuera posible, interrumpa o tercerice una o dos de aquellas actividades que personalmente no le resulten significativas”, recomienda.
2. BUSQUE INTERESES FUERA DEL TRABAJO
Si está intentando encontrarle el sentido a su trabajo, priorizar la vida fuera del ámbito laboral puede resultar beneficioso. Investigaciones publicadas en BMC Medicine señalan que las personas más proclives a experimentar mayor sensación de compromiso cuando se encuentran en el ámbito laboral son aquellas que tienen algún pasatiempo, el principal amortiguador del burnout.
3. SEPARE EL TRABAJO DE LA VIDA FAMILIAR
“Con fronteras tan difusas en la actualidad entre el trabajo y las actividades no laborales, las investigaciones sugieren que es preciso poner en práctica algunas tácticas específicas”, comenta la profesora Park.
Entre ellas, desactivar las notificaciones del correo electrónico laboral en el celular, usar cuentas de correo electrónico separadas para el trabajo y cuestiones personales, y establecer límites que separen el trabajo de la vida personal.
4. NO SE DESCUIDE
“Descuidar la dieta, comer rápido o consumir solo alimentos que produzcan bienestar pueden convertirse en mecanismos para lidiar con el estrés, pero así privará a su cuerpo y cerebro de los nutrientes necesarios para obtener energía y regular sus estados de ánimo”, comenta el terapeuta familiar Benjamin Maxson.
La actividad física también es esencial para combatir el avance de las hormonas del estrés. “Muchas personas se vuelven menos activas cuando se encuentran bajo estrés para poder descansar”, señala el experto.
Pero el movimiento es la respuesta evolutiva más natural del organismo ante el estrés. Incluso el movimiento suave ayuda a reducir el estrés y a eliminar las hormonas del estrés del torrente sanguíneo.
Para Wendy Reynolds, enfermera del área de terapia intensiva, el estrés había sido siempre parte de su trabajo. Luego llegó la pandemia y el estrés escaló a un nivel nuevo. “No dormía, me dolía la cabeza y siempre me sentía ansiosa por todo”, explica. “Sabía que debía irme de allí”.
Para resolver su problema de burnout comenzó a desarrollar un rol administrativo en el campo del cuidado de la salud donde era posible mantener el equilibrio entre su vida laboral y personal y aun así desarrollar una carrera que se alineaba con su pasión por la clínica médica.
“Me encanta mi nuevo trabajo”, dice. “Ahora puedo ver a mi familia y puedo utilizar mis conocimientos clínicos para ayudar a líderes de otros hospitales”.
Si experimenta burnout, la terapia puede ayudarlo a procesar el estrés vinculado con el trabajo y a desarrollar estrategias que le permitan lidiar con estas cuestiones para aprender a comunicarse con su empleador y establecer límites saludables.