Acortar las millas de los alimentos es una buena manera de fomentar la economía local y de apoyar a los negocios más pequeños en época de pandemia.
Pero el mayor impacto en su decisión es ecológico: el objetivo de acortar las millas de los alimentos es reducir el consumo de gasolina que conlleva el transporte de los alimentos desde el lugar de producción hasta su plato. Al hacerlo, estará ayudando a reducir la emisión de los niveles de dióxido de carbono que provoca el efecto invernadero en la atmósfera. Y de paso, beneficiará a su comercio local, generando un movimiento positivo en la economía interbarrial, muy perjudicada por la pandemia.
Las etiquetas de los alimentos que indican el lugar y el país de origen puede revelar mucho acerca de qué tan ecológica es su compra. Calcule las millas de los alimentos partiendo de la base de que, en promedio, transportando 1 kg de alimento 1000 km por aire, se genera 1,1 kg de dióxido de carbono comparado con 23 g si se transporta por agua, 290 g si es por carretera y menos de 30 g si es por tren.
Como regla, los alimentos altamente perecederos como las fresas y las judías verdes se transportan por aire, los menos perecederos como las cebollas, las papas, y las conservas en lata, se transportan por agua, carretera o tren. Para verificar, busque los símbolos de transporte aéreo que usan algunos comercios.
Compre productos locales y coma alimentos de estación
Los alimentos fuera de estación invariablemente se transportan de largas distancias, se cultivan en invernaderos calefaccionados o ambos. Cuando pueda, cultive sus propios alimentos y conserve el excedente para usar a lo largo del año. Mientras más sano y con menos químicos sea el alimento que usted ingiere, mejor ayudará su alimentación al sistema inmunológico.