Les preguntamos a profesionales de urgencias de todo el mundo cuáles son los 6 consejos más útiles para evitar accidentes.
Por Ann-Katrin Fett
Descuidos y percances en la cocina, mientras se maneja o se toma un baño pueden convertirse rápidamente en peligrosos e incluso acabar en urgencias. Los médicos de urgencias sufren a diario las graves consecuencias de los errores. En este artículo explican lo que debemos evitar a toda costa y cómo nos podemos proteger.
1. No confíe en flotadores o bracitos
Ya sea en un lago, en la playa o en una piscina cubierta: “No pierda nunca de vista a su hijo”, advierte Leana Wen, médico de urgencias de Baltimore, Estados Unidos. “El ahogamiento es una de las causas más frecuentes de muerte en niños pequeños”. A menudo, ocurre en solo 30 segundos y de forma totalmente silenciosa, ya que los niños entran en estado de shock y se hunden sin más. De hecho, las distracciones más breves pueden tener consecuencias fatales.
El doctor Robert Glatter, médico de urgencias del Lenox Hill Hospital de Nueva York, recuerda un incidente en el que un niño estuvo a punto de ahogarse en una piscina mientras sus padres estaban ocupados con sus teléfonos móviles a pocos metros de distancia. Muchos padres creen que los flotadores o los bracitos garantizan la seguridad de sus hijos. Se trata de un error muy peligroso: “Yo nunca confiaría en ese tipo de ayudas para nadar”, afirma la doctora Julia Rehme-Röhrl, autora del libro La mamá médico de urgencias. “Por muy buenas que sean las ayudas para nadar, hay que estar siempre atentos”.
Su consejo: asegúrese siempre de que alguien vigila a los niños. “De lo contrario, todos piensan que alguien más se ocupará de los pequeños y, al final, nadie se siente responsable”.
2. No se distraiga nunca al volante
¿Llamar por teléfono o escribir un mensaje de texto mientras maneja o busca la estación de servicio más cercana en el navegador? Una muy mala idea, dice el Glatter. Como médico de urgencias en Nueva York, ha atendido a innumerables víctimas de accidentes por distracciones al volante. Como por ejemplo, el hombre que leía un libro en su smartphone mientras iba conduciendo. “Al final se quedó dormido al volante y colisionó con un vehículo que circulaba en sentido contrario”, explica Glatter.
Puede que sea un caso extremo, pero los expertos calculan que hasta el 30 por ciento de los accidentes de tráfico se deben a distracciones. Incluso un vistazo rápido a la pantalla es peligroso. De hecho, ¡un segundo de falta de atención a 100 km/h significa conducir a ciegas durante 28 metros! Glatter se muestra inflexible en lo que respecta al uso del móvil al volante: “Sea lo que sea lo que quiera escribir, puede esperar”.
¿Y si es urgente? “Detenga el vehículo en un estacionamiento o en un área de servicio”, aconseja. “Ningún mensaje merece poner en peligro su vida o la de los demás”.
3. No circule sin casco
“No llevar casco cuando va en bicicleta está totalmente prohibido”, afirma la profesora Irit Nachtigall, especialista en anestesia y medicina intensiva del grupo hospitalario berlinés Vivantes. «Veo a muchos ciclistas que, por no llevar casco, sufren graves lesiones en caídas». Sin embargo, es fácil protegerse.
Según la Organización Alemana de Seguridad Vial, más del 80 por ciento de los traumatismos craneales graves que se producen en bicicleta podrían evitarse llevando casco. Y sin embargo, en muchos países, más de la mitad de la gente sigue montando en bicicleta sin protección para la cabeza.
“Muchos saben que deberían llevar casco. Pero creen que no les va a pasar nada”, opina la médica. “Eso es mentira. Todo lo que puede pasar, pasa. Y también le pasa a uno”.
4. No se suba a sillas o escaleras inestables
Subirse a una silla de la cocina para colgar las cortinas o cambiar una bombita y, en un abrir y cerrar de ojos, ya estamos tirados en el suelo. Las caídas son uno de los accidentes más frecuentes en el hogar. Según la doctora Nachtigall, el exceso de confianza en nuestras capacidades también juega un papel importante en este sentido.
Mucha gente piensa: “Sé que no se debe hacer, pero a mí no me va a pasar”. Y por desgracia, por culpa de esta idea la gente acaba a menudo en urgencias. Las sillas y las escaleras en suelos irregulares son extremadamente peligrosas, advierte la doctora Rehme-Röhrl. Las sillas con ruedas entrañan un peligro especial: “El accidente está asegurado”, subraya.
Una pequeña escalera de mano es la opción más segura, pero solo si está bien apoyada en el suelo y no se tambalea. “Pero si tiene 70 años o más, no debería subirse nunca a escaleras: el riesgo de caerse es demasiado grande”, explica Jonas Willmer, médico de urgencias de Uppsala, Suecia. También aconseja a los más jóvenes que dejen las reparaciones importantes a los profesionales: “No intente reparar cosas que deberían hacer carpinteros, instaladores de tejados o suelos profesionales”.
5. No quite el carozo ni corte una palta con un cuchillo
Las heridas por corte son algunas de las lesiones más comunes que Willmer ve en su trabajo diario. A menudo se producen al cortar frutas y verduras. Hay una fruta especialmente conocida por ello: la palta. “No intente nunca cortar o quitar el hueso de una palta con un cuchillo”, advierte el médico de urgencias Glatter. De lo contrario, se puede producir la llamada “mano de palta”, una lesión dolorosa, pero totalmente evitable, que el médico trata con frecuencia.
¿Dónde está el problema? Muchos sostienen la palta con una mano y lo cortan por la mitad con la otra. Si se resbala, la cuchilla no alcanza la fruta, sino la palma de la mano. Aún más peligroso es intentar pinchar el hueso, del tamaño de una pelota de golf, con el cuchillo mientras se sostiene la mitad de la palta en la mano. “Esto puede provocar cortes profundos y lesiones en tendones y nervios”, explica Glatter.
Es más fácil y seguro colocar la palta sobre una tabla de cortar en lugar de sujetarla con la mano. “Y no quite el carozo con un cuchillo, sino con una cuchara”, recomienda el profesional de urgencias.
6. Tómese en serio un dolor repentino
Dolor en el pecho, dificultad para respirar, sensación de opresión, náuseas, dolor abdominal o de espalda… Los síntomas de un infarto inminente pueden ser muy variados y, a menudo, aparecen horas, días o incluso semanas antes. Sin embargo, a menudo se ignoran, ya sea porque no se interpretan correctamente o con la esperanza de que desaparezcan por sí solos.
Pero cada minuto cuenta, sobre todo en caso de infarto ya que si el dolor o la opresión en el pecho duran más de cinco minutos, hay que llamar inmediatamente al servicio de urgencias (911).
Para la médica de urgencias Rehme-Röhrl, la prevención es lo más importante. Esto no solo incluye un estilo de vida sano y visitas regulares al médico de cabecera, sino también la voluntad de responsabilizarse de la propia salud informándose sobre los distintos cuadros clínicos: “Si sabe qué aspecto tiene un ictus, también puede juzgar cuándo debe llamar a los servicios de urgencias”, subraya.
Esto también sería muy beneficioso para los servicios de urgencias, que suelen estar sobrecargados. Jochen Stiefvater, médico de urgencias de Hospital de Lörrach, Alemania, confirma que muchas personas ignoran estos síntomas durante demasiado tiempo, aunque observa cada vez más el caso contrario. “A menudo se llama a la ambulancia por tonterías, lo que colapsa la capacidad de los servicios de emergencia” afirma. ”No hay que llamar a urgencias por un esguince en el tobillo o un chichón en la cabeza”.
“Solo tiene una vida y un cuerpo”, dice Julia Rehme-Röhrl. Por eso es importante ocuparse de la propia salud. Si está informado, puede evitar mejor accidentes y lesiones: “El primer paso es empezar por uno mismo”.
