Mitos y realidades que debe saber para combatir el resfrío.
1. El término
resfrío común es poco apropiado. Común implica que existe un único patógeno
corriente a quien responsabilizar por una nariz que gotea, tos y fatiga. Hay
una inmensa variedad de virus (más de 200) que inducen el resfrío, cada uno con
sus propios mecanismos para evadir las defensas del cuerpo. Por ello es poco
probable que se descubra alguna vez una “cura para el resfrío común” que
aplique a todos los casos.
2. Respecto al
término “resfrío”, los científicos no saben con certeza si las bajas
temperaturas afectan la capacidad de un virus para producir una enfermedad,
pero sí creen que son más frecuentes en invierno, en parte porque tendemos a
pasar más tiempo en espacios cerrados en contacto con personas y superficies
infectadas.
3. Lo cierto es
que respirar el aire seco del invierno reseca la mucosidad protectora que
recubre las cavidades nasales, por lo que el cuerpo no puede llevar a cabo su tarea
de atrapar microbios potencialmente peligrosos antes de que lleguen al sistema
respiratorio. “El organismo segrega más mucosidad con el fin de barrer
mecánicamente el virus”, afirma la doctora Evangeline Lausier, profesora
adjunta del área de Medicina Integradora de la Universidad de Duke, en Carolina
del Norte. Entonces, no responsabilicemos a la gripe cuando nuestra nariz
gotea: ¡se trata de nuestro propio organismo avisando que está combatiendo al
enemigo! (Beber mucho líquido contribuye a ayudar a la mucosidad en esta
lucha).
4. Los adultos
experimentan un promedio de dos a tres resfríos al año y algunos chicos, ocho o
más. Además, reduce la productividad laboral.
5. Dicho eso, el
mejor medicamento contra el resfrío es el reposo. Cuando nos enfermamos, lo
único que el cuerpo quiere hacer es derrotar al virus. Si ignoramos los
síntomas y continuamos con nuestra rutina, puede tener un impacto negativo. En
un estudio con cerca de 200 personas publicado en Brain, Behavior, and
Immunity, los investigadores advirtieron de que los participantes resfriados
mostraban bajos niveles de alerta, mal estado de ánimo y lentitud psicomotriz:
sus procesos de pensamiento eran confusos y sus tiempos de respuesta más
lentos.
6. Sin embargo,
no se recomienda descansar tirado boca arriba, ya que la gravedad puede hacer
que la congestión en los conductos nasales se desplace hacia la garganta, lo que produce dolor y tos. En su lugar, con ayuda de almohadas es mejor buscar
una posición elevada para “reducir la irritación en el área de los receptores
de la tos en la parte posterior de la garganta”, recomienda Lausier. Esto
también puede ayudar a la circulación de la mucosidad y de esa manera facilitar
la respiración.
7. ¿Otra forma de
mejorar más rápido? En un estudio de 2009 de la Universidad de
Wisconsin-Madison se mostró que aquellos pacientes que daban buenas
valoraciones a sus médicos en un cuestionario sobre empatía, estaban enfermos
un día menos que los pacientes con médicos menos sensibles. Los pacientes con médicos más empáticos también mostraron valores que duplicaban los niveles de
IL-8, una molécula de proteína que el organismo libera para combatir el
resfrío.
8. Lausier
asegura que una excelente forma de estimular el sistema inmune es con un poco
de actividad física. No es sorprendente que realizar ejercicio de forma regular
ayude al organismo a combatir los gérmenes. En un estudio de la Universidad de
Washington en Seattle se demostró que las mujeres posmenopáusicas con sobrepeso
u obesas que realizaban actividad física registraban menos cantidad de resfríos
que las que no tenían este hábito. En una revisión de 2014 se mostró que el
ejercicio regular de intensidad moderada puede ayudar a evitar el resfriado.
Una explicación puede ser que el ejercicio ayuda a expulsar los gérmenes de los
pulmones y vías respiratorias.
9. El caldo de
pollo ayuda. De hecho, cualquier tipo de sopa o caldo liviano ayuda porque el
líquido caliente puede aliviar la congestión y aumentar el flujo de la
mucosidad. “Creo que el caldo de pollo es muy bueno para la hidratación:
líquidos calientes, sal y electrolitos”, afirma Lausier.
10. No confiar
tanto en la vitamina C. En una revisión efectuada en 2013 de 29 ensayos
independientes, los suplementos de vitamina C no lograron reducir la incidencia
de resfriados en ningún lugar del mundo. Enormes dosis de esta vitamina para
los síntomas mostraron efectos leves solo en algunos estudios.
11. El zinc puede
reducir los síntomas. Según una publicación del doctor Brent A. Bauer en
mayoclinic.org, estudios recientes muestran que el jarabe o los comprimidos de
zinc pueden reducir un día la duración de un resfrío, especialmente si se toma
dentro de las 24 horas de la aparición de los síntomas. “El zinc es necesario
para el funcionamiento del sistema inmune”, asegura el nutricionista Jonny
Bowden. Se debe consultar al médico para asegurarse de que interfiera con otro
medicamento.
12. El virus del
resfrío puede sobrevivir hasta 24 horas o más fuera del cuerpo humano, por lo
que se recomienda lavarse muy bien las manos después de tocar picaportes en el
trabajo. En un pequeño estudio de 2011 se mostró que las personas infectadas
con rhinovirus, la causa más común del resfrío, contaminaron el 41 por ciento
de las superficies de sus casas, en picaportes, controles remotos y grifos. Una
hora después de tocar esas superficies, los dedos de casi el 25 por ciento de
las personas aún daba resultados positivos para el virus del resfrío.
13. Las gárgaras
pueden ayudar, hasta como prevención. En un estudio realizado en Japón, se
pidió a voluntarios de un grupo que hicieran gárgaras con agua de forma
regular. Tras 60 días, el grupo mostró una reducción de cerca del 40 por ciento
en el registro de resfriados respecto del resto. Para el dolor de garganta, se
recomienda hacer gárgaras con un cuarto a media cucharadita de sal mezclada con
250 ml de agua templada. (La sal ayudará a eliminar el exceso de líquido del
organismo).