¿Cuál es la ley más descabellada del planeta? La competencia es tremenda.
A la gente le encanta enterarse de las leyes más absurdas que tienen los países.
Sin embargo, al indagar más sobre estas supuestas normas, resulta que, en
realidad, muchas de ellas no existen, fueron revocadas hace tiempo o están
redactadas de tal forma que, a primera vista, parecen de locos, aunque, de
hecho, tienen sentido. Desde luego, abunda la legislación
disparatada que, en efecto, lo es. Así que vale la pena distinguir entre las
leyes descabelladas, las absurdas que no son reales… y aquellas que existen,
pero que resultan no ser tan ilógicas.
Por ejemplo, existe la idea generalmente aceptada de que, en
Francia, es ilegal llamar «Napoleón» a un cerdo. Desde luego, es cierto que había
una ley francesa de 1881 que prohibía la burla injuriosa del jefe de Estado
durante su mandato. Pero se promulgó 66 años después del reino del Emperador
Napoleón y once años después de que su sobrino, Napoleón III, fuera derrocado. Así,
jamás estuvo vigente mientras gobernó un Napoleón; después tampoco podía
aplicarse ya que no había uno en el poder. En todo caso, la disposición se
canceló en julio de 2013, después que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos
decretara que se habían violado los derechos de un manifestante al multarlo con
30 euros, en 2008, por “burla injuriosa” del entonces presidente Nicolás
Sarkozy, a quien le había dicho que era “un imbécil”.
Por otro
lado, en Francia es completamente legal contraer matrimonio con una persona muerta, siempre y cuando se pueda proporcionar evidencia de que el difunto
deseaba casarse con la pareja sobreviviente. La ley
que lo permite entró en vigor en 1959 después que el presidente De Gaulle
visitó Fréjus, un pueblo provenzal en el que había colapsado una represa, matando
a cientos de personas. Allí De Gaulle conoció a una mujer joven cuyo futuro
esposo había sido víctima del accidente. Suplicó que le permitieran celebrar su
boda y se adoptó la disposición. Actualmente, se realizan decenas de
matrimonios póstumos en Francia, motivados por el simple anhelo de hacer
realidad el sueño de casarse.
Es verdad que los
extraterrestres tienen prohibido aterrizar en los famosos viñedos de la comuna
Châteauneuf-du-Pape, en el suroriente de Francia. En 1954, el alcalde Lucien Jeune
proclamó: “Toda aeronave, conocida como plato volador o cigarro volador, que
aterrice en el territorio de la comunidad será puesta inmediatamente bajo
custodia”. Hace no mucho, en octubre de 2016, el alcalde Claude Avril afirmó:
“No pienso cancelar la prohibición”. Claro, ¿por qué hacerlo? Ni un solo
extraterrestre ha aterrizado en esta comuna. Evidentemente, ha
sido útil. Cruzando la frontera, en Suiza, existe la creencia de que los
residentes no pueden tirar la cadena del el inodoro después de las 10 p. m.
Resulta ser una verdad a medias. No hay una ley nacional en aquel
país que prohíba hacerlo, pero hay legislación que exige a las personas ser
considerados con sus vecinos. Entonces los cantones, municipios y propietarios
de edificios utilizan la ley para justificar normas contra el ruido, como el de
los zapatos con tacos en pisos de madera, bocinas de autos, mascotas ruidosas…
y el de los inodoros en la noche. Pero esto no quiere decir que los suizos, tan
sensatos, ordenados y pacíficos, no tengan sus propias leyes raras escondidas
en sus códigos.
Por
ejemplo, en Suiza es legal comerse un gato o un perro, a pesar de las
solicitudes al Parlamento para que se vete esta práctica. ¿Alguien quiere una soupe de perro? ¿Nadie? Me lo
imaginé. Cada cantón tiene la libertad de elaborar
sus propias normas. En Appenzel, cantón ubicado en el nororiente de Suiza, los
senderistas no pueden hacer su ejercicio favorito si están desnudos. Esta ley
entró en vigencia después de que las conservadoras autoridades locales se
alarmaran porque las colinas y los valles de su pintoresca región eran un imán
para los exhibicionistas.
Sin saber cuál sería
la sanción, los ingleses consideraban que era ilegal morir en el palacio de Westminster.
En una encuesta hecha en 2007, esta ley fue considerada la más absurda del
Reino Unido. Pero seis años después, la Comisión de Leyes de Inglaterra y Gales
concluyó que nunca se había aprobado semejante ordenanza.
La Comisión, sin embargo, comentó que sigue
vigente un estatuto de 1313, el cual prohíbe a los miembros del Parlamento usar
armadura en los recintos… sin considerar, claro está, que más de un asediado
Primer Ministro debió anhelar un yelmo o un peto. Pasando a temas que
conciernen a los plebeyos, la Comisión también confirmó que, en Londres es
ilegal llevar un tablón por la vereda, o disparar un cañón a menos de 275
metros de una casa. También es un delito menor en Inglaterra y Gales estar ebrio en un local autorizado para vender bebidas alcohólicas o borracho y a
cargo de un caballo.
Tal vez algunas de
estas leyes suenen más descabelladas de lo que son en realidad. ¿A quién, por
ejemplo, le gustaría ser golpeado con un tablón cuando la persona que lo lleva
dobla la esquina? Y hay una buena razón para que sea ilegal alimentar a las
palomas en Venecia. A estas aves les cabe mucho alimento en el estómago, pero
toda esa comida pronto se convierte en excremento, el cual daña las
edificaciones históricas que quienes atiborran a las palomas han venido a ver y
admirar. Así que, mientras menos ingieran, ensucian menos y son menores los
daños provocan.
¿Pero qué tan sensatas han sido las autoridades en Italia como
para prohibir peceras esféricas en Roma, insistir que a los perros en Turín hay
que sacarlos a pasear tres veces al día, u ordenar que, por ley, las mascotas
deben recibir su ración proporcional cuando se compran comidas compartidas, en
la ciudad Reggio Emilia?
¿Y realmente era necesario que los alcaldes de diversos destinos
turísticos prohibieran, por ejemplo, los castillos de arena en Eraclea, besarse
dentro de los autos en Eboli, colgar toallas en las ventanas para que se sequen
en Lerici, usar sandalias en cualquier sitio que no sean las playas de Capri, o
pasear por las calles de Vietri sul Mare o de Castellamare di Stabia con el
pecho descubierto, en bikini o “vistiendo prendas muy cortas”?
En Alemania, aparentemente, la mayor queja es
el ruido, por lo que existen normas muy estrictas sobre la antisocial Lärmbeästigung, o
contaminación acústica. El hombre promedio en cualquier otra ciudad del mundo,
pasaría la tarde del domingo cortando el césped u ordenando sus libros . Pero
no en Alemania, pues tanto taladrar como cortar el césped están absolutamente
prohibidos en domingo y en días festivos. Y el país que nos dio a Bach,
Beethoven, Brahms y Wagner también está en contra de los instrumentos
musicales. El Tribunal Federal de Justicia de esa nación decretó que tocar o
incluso afinar un instrumento, en departamentos de propiedad horizontal, está
prohibido, excepto de 8 a 12 y de 14 a 20.
Estados unidos es el país
al que se lo acusa de idioteces legales con mayor frecuencia. Por ejemplo,
Lorraine Lorne, bibliotecaria adjunta de la Biblioteca Jurídica de la
Universidad de Arkansas, investigó los rumores constantes que encontraba en
línea, acerca de que los hombres en el estado de Arkansas tenían derecho a
golpear a sus esposas… pero solo una vez al mes. Concluyó: “Ninguna ley de esa
naturaleza se encontró en los estatutos de Arkansas”. Sin embargo, luego añade:
“No obstante, los estados de Alabama, Arizona, California y Carolina del Sur
aparentemente permiten golpear a la esposa dentro de ciertas circunstancias
limitantes… con (e incluyendo) ¡el permiso de la víctima!”.
Las personas que visitan Nueva York deben tomar en cuenta que la
sección 255.17 del código penal estatal establece que el sexo extramarital es
un “delito menor de clasificación B”,
que se castiga con 90 días de cárcel o una multa de 500 dólares. En Kentucky
está prohibido “vender, intercambiar, exhibir o poseer pollitos, patitos (u
otras aves) o conejos que hayan sido teñidas o pintadas… en cualquier cantidad
menor a seis”. Es decir, cometerá un delito al vender un patito teñido de azul
fuerte, pero no si son más de seis patitos azules. En el estado de Hawai, es
ilegal ir a un bar y tener más de una bebida enfrente, a menos que pueda
señalar a la persona a la que invitaste a el trago adicional. Por cierto, por
ley, el pez oficial del estado es el humuhumunukunukuapa’a, también
conocido como pez ballesta Picasso. ¡Intente pedir eso en un restaurante con o
sin dos tragos delante de sus narices!. Quizá no lo logre.
La obsesión por las leyes descabelladas se está
regando por todo el mundo como si de una contagiosa infección legislativa se
tratara. En Singapur, la importación, venta y uso del chicle es ilegal desde
1992, a menos que tenga cualidades medicinales comprobadas. En Arabia Saudita,
la Comisión para la Promoción de Virtudes y Prevención de Vicios ha convertido
en delito que los hombres saquen a pasear a sus perros o gatos por miedo a que
utilicen sus mascotas para insinuarse a las mujeres a su paso.
China en cambio, tiene la mira puesta en el cielo. Los monjes
budistas en el Tíbet, empeñados en alcanzar el nirvana, no podrán reencarnar
después de su muerte a menos que presenten una Solicitud de Reencarnación en la
Oficina Estatal China de Asuntos Religiosos.
Por ser
pura demencia jurídica, el premio a la ley más descabellada del mundo le
corresponde, sin duda, a un pasaje de la Ley de Bienes y Servicios (1999) de
Australia, respecto al “nuevo sistema tributario”. Esta no solo es
descabellada: desafía explícitamente la realidad y crea un mundo irreal en el
que arriba es abajo y negro es blanco. Dice así: “El Comisionado podrá tratar
un evento en particular que en efecto sucedió como si no hubiera sucedido;
podrá tratar un evento que no sucedió como si hubiera sucedido, y tratar un
evento que realmente sucedió como si hubiera sucedido en un momento distinto al
que en realidad sucedió”. ¡Eso sí es estar loco de remate!