Es posible que hayas hecho mal estas cosas por años sin darte cuenta. Ahora, probá estas soluciones y ahorrate tiempo, dinero y vergüenzas.
No arruine su comida al calentarla
Error: limitarse a meter el plato con comida al microondas. Solución: incluya en el horno una taza pequeña llena de agua, o una toalla de papel húmeda, junto con el alimento para evitar que este se deshidrate. De esta forma se producirá una lenta liberación de vapor que mantendrá la humedad de su comida.
No arruine su espalda al estar sentado
Error: cruzar las piernas. Solución: para prevenir el dolor de espalda, distribuya uniformemente su peso. Doble las rodillas en un ángulo de 90 grados, asegúrese de que su zona lumbar toque el respaldo de la silla y apoye con firmeza los muslos sobre el asiento. Y no trabaje con demasiada tensión: para acentuar la curvatura natural de la espalda, eche hacia atrás los hombros y luego relájese un poco. ¡Qué alivio!
No arruine su vista al usar la computadora
Error: mantener constantes los ajustes de la computadora. Solución: ajuste el brillo de la pantalla conforme con la luminosidad del entorno donde acostumbra trabajar, y coloque el monitor de modo que la parte superior de la pantalla esté al nivel de sus ojos. Para evitar el cansancio visual, ponga en práctica la regla del 30-30-30: por cada 30 minutos de trabajo frente a la computadora, mire a unos nueve metros de distancia durante 30 segundos.
No arruine su cepillado de dientes
Error: usar habitualmente un cepillo de cerdas naturales. Solución: si bien un cepillo de cerdas naturales parece una opción saludable, en realidad atrapa gérmenes en su interior. Compre uno con cerdas de fibras sintéticas, que no son porosas y permiten eliminar las bacterias fácilmente al enjuagarlas. Cambie de cepillo cada tres meses, o después de haber estado enfermo (para prevenir el riesgo de reinfección).
No arruine su taza de té
Error: dejar la bolsita de té en la taza hasta que el líquido se haya enfriado lo suficiente para beberlo. Solución: deje el saquito de té en el agua caliente por solo dos minutos; luego vierta leche en la taza y deje reposar durante seis minutos antes de dar el primer sorbo. De esta forma la mezcla alcanzará la temperatura ideal de 60° C. Si deja el saquito dentro de la taza, obtendrá una infusión sobrecargada y amarga.