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Ginkgo biloba

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Hoy está extinto en su forma silvestre, pero es una de las hierbas más prescritas en la medicina natural occidental.

 ANTIOXIDANTE E ANTIINFLAMATORIO; MEJORA LA CIRCULACIÓN SANGUÍNEA, PREVIENE PROBLEMAS CIRCULATORIOS,  ENTUMECIMIENTO, DOLOR, CALAMBRES, PÉRDIDA DE MEMORIA Y ALZHEIRMER; SIRVE PARA TRATAR VÉRTIGO, TINNITUS, ASMA Y SÍNDROME PREMENSTRUAL.

JARDINERÍA El ginkgo biloba se cultiva desde hace mucho en Japón y China como un árbol sagrado. La planta tiene hojas con muescas en forma de abanico, parecidas al culantrillo, y es un atractivo árbol ornamental. La especie es dioica, de modo que los frutos con forma de ciruela y olor desagradable se forman solo cuando los árboles macho y hembra crecen juntos. Los “frutos” son semillas desnudas, pues los verdaderos se desarrollaron con la aparición de las plantas que dan flor. Dentro hay una semilla parecida a la almendra, muy apreciada en China y Japón, que se hierve, tuesta u hornea antes de abrirla. El árbol es caducifolio, y se pone amarillo dorado en el otoño.
• Ubicación. El ginkgo es muy resistente, le gusta el clima templado, el sol directo y una tierra fértil y bien drenada. Tarda mucho en crecer.
• Propagación. Podés propagarlo por semillas, y si querés frutos, plantá un macho con una hembra. Cultivá las variedades nombradas por injertos o esquejes de madera semimadura en el verano.
• Mantenimiento. Poca poda.
• Plagas y enfermedades. Prácticamente se halla libre de ellas.
• Cosecha y almacenamiento. Cosechá los frutos maduros cuando se caigan del árbol y sacá la semilla con forma de almendra. Cortá las hojas y secalas cuando empiecen a cambiar de color en otoño.    

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