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Guía para comprender la diabetes

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La información es la piedra angular del tratamiento. Cuanto más sepas acerca de la diabetes, más capacitado estarás para usar los recursos a tu alcance contra esta enfermedad.

El transporte irregular del azúcar a la sangre

El nivel del azúcar en la sangre normalmente fluctúa durante el día, aumentando después de las comidas. En las personas que no tienen diabetes, esas fluctuaciones cesan, estacionándose en un valor (medido en unidades de miligramos de glucosa por decilitro de sangre) que varía de alrededor de 70 a 140 mg/dl. Sin embargo, cuando la persona tiene diabetes, los patrones son más irregulares:
  • Los niveles de azúcar en la sangre suben de forma vertiginosa (en vez de ocurrir pequeñas elevaciones) después de las comidas.
  • Los niveles caen más lentamente a medida que el cuerpo metaboliza el alimento ingerido.
  • En promedio, los niveles de azúcar en la sangre son más altos que los considerados normales y saludables.
  • Cuanto menor sea el control de la diabetes, más probable será que oscile la glucemia, entre las elevaciones y caídas, o simplemente se mantenga alta todo el tiempo.

La tarea interna de la insulina

La glucosa puede ser la culpable de los daños causados por la diabetes, pero no debe responsabilizarse sólo a ella, pues la verdadera culpable es la hormona insulina, fabricada por el páncreas.

La tarea de la insulina consiste en “quitar la llave” o abrir las células para que la glucosa pueda entrar. A medida que la glucosa deja la corriente sanguínea y
entra en las células, la glucemia disminuye. Cuando eso sucede, los niveles de insulina también caen para que el azúcar en la sangre no baje demasiado –estado que recibe el nombre de hipoglucemia.

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Cuando la persona tiene diabetes, el delicado fluir de la glucosa y de la insulina pierde su equilibrio, ya sea porque el páncreas tiene problemas para fabricar la hormona o porque las células del cuerpo dificultan la tarea de la insulina. La expresión que describe esa última condición es la resistencia a la insulina, es decir, una pérdida crítica de la capacidad del cuerpo de utilizar adecuadamente esa hormona, y la causa subyacente de la mayoría de los casos de diabetes.

Los científicos todavía luchan por comprender con exactitud lo que causa la resistencia a la insulina. Pero la complejidad de la función normal de la insulina permite una variedad de oportunidades para que las cosas salgan mal. 

Es posible, por ejemplo, que haya resistencia cuando:

  • surgen problemas en la cadena normal de reacciones químicas que necesitan ocurrir para que la glucosa sea transportada a través de las membranas celulares.
  • Otra teoría es que se pierde la capacidad de percibir la presencia de la insulina y de reaccionar de acuerdo con lo esperado.

Por otro lado, aun cuando la biología todavía sea un poco misteriosa, es importante recordar que los factores que aumentan el riesgo de que una persona tenga diabetes son razonablemente bien entendidos.

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