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Manjares alemanes desde Chile

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Cientos de turistas llegan a Frutillar año tras año para disfrutar, entre otros placeres, de las exquisitas tortas alemanas.

¿Por qué en este pueblo las tardes son especiales?

Las tardes de Frutillar son especiales. Todos los días, alrededor de las cinco, cada callejuela de este pueblo, situado en el sur de Chile, es invadida por un intenso aroma a torta y café que se desprende de las chimeneas de decenas de reposterías del lugar.
Durante todo el año, cientos de turistas de todo el mundo llegan a esta pequeña localidad atraídos principalmente por sus paisajes y su gastronomía de influencia alemana.
En 1850, el gobierno nacional lanzó la idea de poblar las provincias del sur con inmigrantes alemanes. Seis años después nacía la Villa de Frutillar, que albergó a 47 familias de los primeros colonos germanos.
Los inmigrantes eran en su mayoría artesanos y carpinteros que trabajaban en la construcción de sus propias casas.
Pero fueron las mujeres las encargadas de desplegar en sus cocinas una variedad ilimitada de recetas que traían de Europa. Pronto se difundieron por toda la región del lago Llanquihué y hoy día la gastronomía alemana es una de las máximas atracciones del lugar.
El kuchen (en alemán quiere decir torta/bizcocho y se pronuncia ‘cujen’) es la tarta que todos quieren probar, cuando llegan a Frutillar.

Es un pastel de masa al que se le agrega una salsa dulce de frutas como frambuesas, frutillas, grosellas, sauco o cerezas, entre otras, y luego crema. Ésta es solo la receta básica de kuchen, ya que existen innumerables ingredientes que se pueden utilizar, como ricota, manzana y nueces.
La historia cuenta que a través del tiempo, las abuelas (oma en alemán) lograron cosechar un vasto conocimiento de cada receta de kuchen. Ellas guardaban celosamente las recetas y en forma secreta las transmitían a sus hijas y nietas, lo que representaba un tesoro familiar.
Cada familia tenía su propia forma de preparación de kuchen y en las fiestas era todo un desafío elegir quién llevaba el postre más delicioso.

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Semanas musicales en Frutillar

Además de ser conocida por el kuchen, Frutillar es una de las ciudades más importantes de Chile en cuanto a la cultura musical. Todos los años se realizan las «Semanas musicales», que se iniciaron en el verano de 1968 y hoy convocan a cientos de músicos. 
Alejandra Doepking, nacida en Frutillar y autora del libro “150 años de repostería alemana en el sur de Chile”, recuerda lo que representó el kuchen en su niñez. “Abrir la puerta de mi casa y sentir el aroma a canela, a vainilla y a frutas recién horneadas, que además habían sido cultivadas horas antes en una enorme huerta, era algo único. El ritual se repetía cada domingo”.
Bauernhaus, Guten Apetit, Kuchen Laden, Café Trayen y el Club Alemán son algunas de las más famosas casas de té ubicadas sobre la avenida Phillipi, principal arteria de Frutillar.
Para continuar con el paseo por Frutillar, el Museo Colonial Alemán, construido en 1972, rinde homenaje a los inmigrantes germanos que llegaron a mediados del siglo XIX.
En la actualidad, el lugar cuenta con cuatro edificaciones que reproducen las principales actividades de los colonos y su estilo de vida.
En la casa del molino se puede observar el proceso completo por el cual una enorme rueda era utilizada para moler granos, especialmente de trigo para la elaboración de harina.
La casona de campo, que ofrece una hermosa vista al lago Llanquihue y sus volcanes, recrea las dependencias de familias alemanas que habían llegado a la zona. Fue construida con maderas nativas nobles como: roble, avellano, lingue, laurel, tepa y coihue.

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