Expertos brindan sus mejores consejos para encarar la difícil situación de buscar trabajo a partir de los 45.
¿Es lo mismo encarar una búsqueda de trabajo a cualquier edad?
Suena cruel y hasta exagerado, pero lo arrojan las estadísticas y la experiencia de mucha gente: para el mercado laboral, las personas parecen tener una fecha de vencimiento
que las deja al margen del empleo formal mucho antes de lo que establece la edad de jubilación. La realidad actual indica que los mayores de 45 años tienen menos posibilidades de conseguir trabajo que los más jóvenes.
Según los datos de la Encuesta Permanente de Hogares del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), en el primer trimestre de 2008, la desocupación en la Argentina fue de 8,4 por ciento, lo que implica que alrededor de 1,3 millón de personas busca trabajo actualmente; de éstos, al menos 500.000 tienen más de 45 años, según
las estimaciones.
El Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina también destaca la situación laboral de los más grandes. Su responsable, el sociólogo Agustín Salvia, explica que “la población que se encuentra en el rango de edad de 45 a 59 años, que vive en los principales centros urbanos del país, tiene una mayor probabilidad de estar desocupada en comparación con otros grupos etarios, y en particular, si se trata de mujeres. A su vez, los datos evidencian que corren más riesgo de padecer situaciones de empleo precario o de subempleo aquellos mayores que no han finalizado los estudios secundarios”.
Antonio Navarro Martín, de 57 años, es especialista en Comercio Exterior y tiene un posgrado en Dirección de Empresas. “Trabajé durante quince años para filiales argentinas de empresas internacionales, situación que hizo que tuviera mi vida planificada.
Sin embargo, al profundizarse la crisis de los 90, la empresa en la que trabajaba sufrió un cambio del paquete accionario y los nuevos directivos resolvieron varios ajustes de personal. De esta manera, me encontré fuera del ámbito empresario, con 50 años de edad, y en medio de una crisis nacional tan aguda que hacía inútil cualquier intento de recolocación laboral”, recuerda.
Pero Antonio sabía que debía empezar a buscar nuevamente un trabajo y fue entonces cuando se enfrentó a una dura realidad: “Publiqué mi currículum en todos los sitios de
Internet que pude, contesté avisos de diarios y hasta me presenté espontáneamente en empresas y consultoras. Cada vez más, los avisos de trabajo aparecían con la cláusula ‘hasta 35 años’ y aunque siempre mencioné mi personalidad dinámica, el hecho de estar actualizado y de contar con la habilidad profesional solicitada, los resultados fueron nulos”.
¿Cuáles son las grandes diferencias entre jóvenes y adultos?
Julián Bautista, de la Asociación 50 a 60, una entidad que defiende los derechos de las personas mayores, comenta que “la gente joven tiene muchas cosas positivas, como empuje, fuerza, entusiasmo y búsqueda de proyección, pero los más grandes poseen otros valores y equilibran con otras cualidades: en primer lugar, aportan idoneidad
en una profesión o actividad, lo cual es fundamental para formar y capacitar a
los más jóvenes, y además suman sensatez, reflexión y madurez”.
Bautista enfatiza que las demandas y necesidades de los mayores de 45 también son otras. “No buscan un desarrollo futuro sino la tranquilidad de una estabilidad laboral y de
sentir que siguen siendo productivos. Hoy una persona de 45 años probablemente tenga por delante unos 30 o 40 años de vida, y no puede ni debería renunciar a tener un trabajo digno”.
También Guillermo Varona, director de Execuzone.com, uno de los sitios web líderes en búsquedas laborales, encuentra algunas ventajas en la mayor experiencia que supone la edad.
“Desde el punto de vista del mercado argentino, las empresas prefieren gente de
menor edad sólo en algunas posiciones gerenciales, ya que en otras funciones, la edad es un beneficio más que una carga y el límite de empleabilidad se extiende incluso hasta los 55 años”, dice.
Pero aun así, las ventajas que puede aportar la experiencia de una persona mayor de 45 años no parecen ser muy valoradas por las empresas. Un informe realizado por la
consultora de empleo Manpower refleja que sólo el 11 por ciento de los empleadores de la Argentina pone en práctica estrategias para tomar trabajadores mayores de 50 años, y un 17 por ciento ha impulsado planes para mantener a los profesionales de esta edad dentro de sus compañías.
Sin embargo, hay algunas empresas y organismos que están atendiendo a las demandas de las personas de mayor edad. La consultora Adecco Argentina desarrolla desde 2006
diversos programas para facilitar la reinserción laboral de aquellos individuos que superan los 40 años y que incluso han pasado mucho tiempo sin trabajar.
“Incluyen una recalificación y mejoramiento profesional, capacitación enfocada a las necesidades del mercado y reentrenamiento laboral”, explica Esther Parietti, directora de Responsabilidad Social Empresaria de Adecco Argentina.
Según las últimas estimaciones, un 20 por ciento de las búsquedas de Adecco está orientado a personas mayores de 40 años.
De 1.300.000 personas que buscan trabajo, al menos 500.000 desocupados tienen más de 45 años.
Por su parte, la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires creó, en junio de 2007, el Régimen Especial de Empleo para personas mayores de 45 años, que otorga un subsidio a
las pequeñas y medianas empresas que tomen como empleados a desocupados de esa
franja etaria. Martha Alles, especialista en recursos humanos y directora de la consultora Capital Humano, opina que el tema de la edad en el plano laboral debe analizarse en relación con otras circunstancias. “No es lo mismo un profesional con trayectoria que uno sin ella —admite—, y en algunos casos tener 45 años puede significar ser muy joven
Es cierto que si una persona no tiene una especialidad definida y desea encarar una nueva carrera, a esta edad puede ser más difícil. Si una señora, por ejemplo, dejó de trabajar a
los 25 años porque fue mamá y luego desea reingresar al mercado laboral a los 40, el problema no es que ella tenga 40 sino que dejó de trabajar hace mucho tiempo”.
Con respecto al tema salarial, Alicia Gaitán, presidenta de la Asociación 50 a 60, sostiene que generalmente se supone que los mayores son “más caros” para las empresas, ya que los jóvenes, al tener menos responsabilidades familiares e iniciarse en una ocupación desconocida, aceptan sueldos más bajos. “Sin embargo, las compañías no le preguntan al empleado que van a excluir si aceptaría continuar con un sueldo menor o con una reducción de la jornada laboral”, comenta.
No todo está perdido
“La situación para los mayores de 45 años ha mejorado bastante en los últimos tiempos. Son más buscados y necesitados. Luego de la crisis de 2001, cuando las empresas
redujeron al máximo sus dotaciones, paulatinamente se fue comprobando el incremento de la demanda de profesionales que acompañó al crecimiento económico”, asegura Marcela Romero, asociada senior de Heidrick & Struggles Argentina. Pero en la búsqueda de un empleo acorde a las condiciones que una persona considera que posee, los expertos coinciden en que no hay que bajar los brazos ya que existen empresas o rubros en los que la experiencia y la capacitación son siempre requeridas.
De acuerdo con Parietti, de Adecco, los perfiles más demandados para las personas mayores son: expertos en oficios o en informática, en servicios de asesoramiento, en
consultoría y especialistas en desarrollo de tareas concretas que requieren de un conocimiento específico.
A la hora de salir a buscar trabajo, Martha Alles aconseja leer cuidadosamente los avisos y elegir aquellos en los cuales se tenga posibilidad real de ser considerado. “Hay que
tener en cuenta los requisitos excluyentes, es decir, aquellos que sí o sí debe tener la persona para postularse. Si uno no los cumple, es mejor seguir leyendo hasta encontrar alguno que responda a las propias capacidades, conocimientos y competencias”, agrega.
Sólo el 11% de las empresas tienen políticas para emplear a personas mayores de 50 años. La experta recomienda postularse a posiciones en las cuales uno pueda demostrar su experiencia concreta y tener en cuenta que será llamado o no a una entrevista en función de su historia previa.
“Por lo tanto, hay que tener claro que un currículum es como una foto: debe mostrar quién es el postulante y, al mismo tiempo, brindar su mejor perfil, contar la historia de
vida completa, con mayor foco en los últimos años y en la experiencia laboral más destacada, siempre en relación con la posición que se desea alcanzar en este momento”, asegura. Por su parte Guillermo Varona, director de Execuzone.com, subraya que “todo sirve en el momento de buscar empleo. Las redes sociales, la red de contactos propia, los amigos. Hoy decir que uno está buscando trabajo no perjudica, porque nadie está exento de sufrir un traspié laboral. Hay que pedir entrevistas y no frustrarse por no lograrlas ya que muchas veces es difícil que nos atiendan”.
A Olga Rossi, una bioquímica de 56 años, su red de contactos le dio buen resultado. Trabajó durante 30 en laboratorios privados y en el Hospital de Clínicas de Buenos
Aires. Cuando tenía 42 años se quedó sin empleo. “Me despidieron del laboratorio en el que trabajaba y tomaron a gente más joven, por lo tanto más económica para la empresa. Al menos ésa fue la excusa que me dieron”, recuerda Rossi. La mujer salió inmediatamente a buscar un nuevo trabajo. “Llamé a todos los conocidos y, en ese momento, me fue fácil conseguir trabajo gracias al boca a boca’”, dice.
Internet, otra opción
El avance de Internet logró que podamos hacer muchas cosas como pagar una cuenta o comprar un libro desde una cómoda silla en nuestro hogar, e incluso buscar trabajo, aunque esto puede ser contraproducente si se convierte en nuestra única opción. Daniela de León, directora ejecutiva de Dale Carnegie Training, empresa de capacitación, comenta que muchos buscan trabajo sólo a través de Internet, “pero no deberían descartar la reunión cara a cara con personas. Siempre recomiendo dar sólo una mirada en la web después de la cena y no caer en la idea de que enviando algunos currículum por correo electrónico uno obtendrá fácilmente trabajo”.
Ella aconseja a los postulantes que ocupen sus días saliendo y visitando personas, y que se dirijan, por ejemplo, a los padres de los amigos de sus hijos; también que pidan trabajo a personas de ámbitos sociales y entre miembros de asociaciones profesionales de la propia especialidad.
Finalmente, si se logra concretar una entrevista de trabajo, ésa es una de las situaciones más relevantes para demostrar nuestra experiencia. De León sugiere “prepararse cuidadosamente, ya que es la oportunidad para lograr una primera impresión realmente buena”.
Esto incluye ser puntual, vestir apropiadamente y conocer algo acerca de la compañía a la que uno se está postulando (se puede visitar su sitio web).
Varona observa que, a veces, buscar trabajo después de los 45 años puede ser una experiencia frustrante y por ello menciona una alternativa: “El autoempleo sirve para
canalizar la energía en algo positivo. Hay que vivirlo como una oportunidad de independencia y desarrollo personal a través de una opción que tal vez ni se plantea si uno está empleado”.
Navarro Martín, el especialista en Comercio Exterior mencionado al comienzo de esta nota, asegura que nunca bajó los brazos en la búsqueda de empleo. Pasó por varios trabajos, hasta que pudo sacarle provecho a su experiencia y terminó asesorando a
pequeñas empresas.
Además, reunió a un grupo de personas en situación similar a la suya, gente con
oficios y que vive de empleos esporádicos, con la intención de generar un emprendimiento industrial y administrarlo como una cooperativa de trabajo.