Una vez más Julio Bevione nos ayuda a encontrar el equilibrio perfecto para estar bien.
«Leo libros de motivación, tengo mis metas por escrito y hago todo lo que puedo para concretarlas; sin embargo, he perdido el entusiasmo porque pasa el tiempo y no las veo realizadas. ¿Cómo puedo recobrar el ánimo?» Luis H.
Estimado Luis:
Cuando hacemos todo lo posible pero no vemos resultados, debemos revisar en un nivel más profundo: el de las creencias. Las cosas que de chicos oímos decir a los adultos y que ahora decimos nosotros, como “Esto no es para mí” o “Ya es demasiado tarde”, pueden ser barreras invisibles que no nos dejan alcanzar nuestras metas. Analiza tus frustraciones. Detrás de ellas se ocultan esas creencias; por ejemplo, si el rechazo te causa dolor o ira, cuestiónate cuánto valor le das a tu persona o a tu trabajo. Lo que pensamos termina por hacerse realidad. Por otro lado, inspírate en las enseñanzas de los libros, pero úsalas como guía, no como bastón. Quienes escribimos libros solemos contar experiencias personales. Tú puedes reescribir tu historia. Anímate a hacerlo a tu manera, confía en tu intuición y sigue tu propio camino. Todos estamos aquí para brillar, de lo cual tú estás muy consciente, y eso es lo que importa.
«Tengo el deseo de servir y hacer algo por los demás. Siento un vacío dentro de mí que solo podré llenar ayudando a las personas que lo necesitan. ¿Cómo puedo dar el primer paso?» Celia G.
Apreciada Celia:
Ante todo, recuerda que debemos servir solo cuando nos sentimos felices. Elige una actividad o únete a un grupo donde te sientas cómoda y puedas disfrutar; es la primera condición para que otras personas puedan recibir tu ayuda a plenitud. Trata de empezar por lo más cercano a ti. Cuando en nuestro afán de servir ponemos la mira muy lejos, es porque nos impulsa un ideal, pero lo que debemos valorar es el impacto real que puede tener nuestro aporte entre quienes nos rodean. En tu familia sin duda hay alguien que necesita ayuda; luego vuelve la mirada a tus vecinos: entre ellos seguramente también habrá alguien a quien le puedas ser útil. Esto no implica que debas excluir a todos los demás, sino ayudar primero a las personas que la vida te ha puesto cerca. Ese círculo inmediato es al que puedes beneficiar con tu apoyo y tus atenciones. ¡Adelante!
«Quisiera poder liberarme del dolor que me causa pensar en mi ex pareja. Sé que para lograrlo debo perdonar, pero no soy capaz de hacerlo. ¿Cómo puedo perdonar a alguien por quien siento tanto rencor?» Elisa N.
Estimada Elisa:
Debes entender que el perdón es un proceso gradual, y que tratar de perdonar de la noche a la mañana a tu ex pareja es tan difícil como intentar olvidar tu dolor. Date tiempo. En vez de desperdiciarlo rumiando tu rencor, debes buscar la paz para poder ver con comprensión a tu ex pareja y lo que vivieron juntos. Dar ese primer paso te llevará a perdonar. Ante todo, debes admitir honestamente que tu relación amorosa ya terminó. A veces nos aferramos al dolor porque no queremos soltar a la otra persona, y de esa forma conservamos un lazo emocional con ella. ¿Estás lista para aceptar que tu relación se acabó? La respuesta a esta pregunta te permitirá saber si el perdón que buscas es auténtico. Luego, revisa las historias que te cuentan acerca de lo que pudo haber sido y no fue. El dolor de las ilusiones rotas no nos permite mirar hacia adelante. Cuida las conversaciones que tienes, los sitios que visitas, lo que lees e incluso dónde pones tu atención. El rencor se alimenta de todo lo que puede, pero si intentas concentrarte en el presente, el pasado se irá borrando poco a poco. Con humildad y paciencia lo conseguirás. El premio del perdón es tan valioso, que no puedes dejarlo ir. Ese premio es la paz interior.