Reducir las emisiones de tu auto es una manera de contribuir con la causa ambiental.
1. Estilo de conducción
Acelere poco a poco y use la velocidad más adecuada para las condiciones del camino. Si su vehículo tiene control de crucero, úselo en los trayectos largos, y evite tanto como pueda las rutas que lo obliguen a hacer paradas frecuentes. Si se embotella el tránsito, apague el motor. Comparta su auto. Lleve a otra persona con usted, o deje el coche en la estación de ómnibus o del subterráneo más cercana a su destino, y complete el viaje en transporte público.
2. Fugas de energía
El equipo de sonido, el aire acondicionado, las luces interiores y exteriores, y la bocina utilizan energía. Trate de usarlos lo menos que pueda para alargar la vida de la batería y ahorrar combustible. En vez de utilizar el aire acondicionado, que suele gastar mucho combustible, abra las rejillas de ventilación natural.
3. Tamaño y carrocería
Un auto chico requiere menos potencia de motor para moverse. Una carrocería de aluminio pesa menos que una de acero, así que se necesita menos combustible para impulsar el auto. Algunos coches chicos incluso usan piezas de plástico reciclable en la carrocería.
4. Neumáticos
Use neumáticos de baja resistencia de rodamiento adecuados para su auto. A menor resistencia de rodamiento, menor pérdida de energía por fricción y mayor ahorro de combustible. Infle siempre los neumáticos a la presión correcta a fin de optimizar la eficiencia del combustible. Un medidor de presión de inflado cuesta poco y le permite ahorrar mucho.
5. Aceite y anticongelante
El aceite lubrica y limpia el motor, lo que evita que se acumulen sedimentos en él y le resten eficiencia. La viscosidad del aceite influye en el consumo de combustible: a mayor viscosidad, más energía se requiere para mover el auto. No use un aceite de motor con grado de viscosidad mayor al especificado por el fabricante y, por supuesto, cambie el aceite del motor y el filtro de aceite a los intervalos recomendados.
Para mantener el motor del auto a la temperatura de operación más eficiente, póngale al radiador un anticongelante biodegradable y no tóxico. Revise que el termostato funcione bien, pues, si está fallando, el motor puede tardar en calentarse o sobrecalentarse, lo cual afecta el rendimiento y aumenta el consumo de combustible y la emisión de gases de invernadero.
6. Resistencia al viento
Saque el portaequipaje de techo cuando no lo use. Opone resistencia al viento, y esto hace que el motor consuma más combustible. Cuando baja las ventanillas, el interior se refresca, pero también se produce mayor resistencia al viento, lo cual reduce la velocidad del vehículo y quema más combustible.
7. Biocombustibles
Son alternativas ecológicas a los combustibles fósiles, como el etanol y el biodiésel. A la nafta común bien procesada se le mezcla un biocombustible para reducir los gases de invernadero que se producen durante la refinación. Si el motor de su auto puede funcionar con biomezclas, cerciórese de que estas provengan de una fuente certificada como sostenible.
8. Consumo de combustible
Comprar un auto de segunda mano promueve la reutilización, pero sólo si el viejo motor aún funciona adecuadamente. Pida al mecánico que revise las revoluciones del motor y la emisión de gases, y que ajuste la proporción combustible/aire para tener un equilibrio óptimo. Si usted tiene un auto con más de 10 años de uso constante, es probable que sea ineficiente, lento, que queme aceite y que ya no tenga remedio. Mejor ahorre y compre uno más nuevo.
9. Opte por la bicicleta en la ciudad
Usar bicicleta en zonas urbanas tiene mucho sentido. En las horas de tránsito intenso, llegará a su destino más rápidamente que en auto, se pondrá en forma y no emitirá contaminantes. Sin embargo, moverse por una ciudad en bicicleta puede ser difícil, así que muchas grandes urbes ofrecen alternativas especiales a los ciclistas.
En Barcelona, por ejemplo, la empresa de ómnibus municipal complementa sus servicios con el alquiler de bicicletas. En más de 200 sitios distribuidos por toda la ciudad hay estaciones especiales para alquilar las distintivas “bicis” rojas. La persona desliza una tarjeta de transporte prepago, teclea una clave y saca la bicicleta de una jaula; luego, al llegar a la estación más cercana a su destino, mete la bici en otra jaula, ¡y listo! Existen servicios similares en Londres, París, Berlín, Copenhague y otras ciudades europeas, y todos ellos cobran una cuota módica. En el campus principal de la Universidad Nacional Autónoma de México también se ofrece a estudiantes y maestros un servicio gratuito de préstamo de bicicletas llamado Bicipuma, el cual es un medio rápido y limpio para desplazarse por las enormes instalaciones de esa institución.
En las ciudades que ofrecen estos servicios, con frecuencia existe una amplia red de ciclovías o carriles exclusivos en las avenidas para los ciclistas. En algunas urbes se proporciona también mantenimiento de bajo costo para las bicicletas en talleres subsidiados, así como planes de financiamiento accesibles para comprar bicicletas nuevas. Con todo, la mayor ventaja es que las personas pueden llegar más rápida y directamente a su destino en bicicleta que en auto, y eso les permite también admirar calles pintorescas y recorrer zonas arboladas. Es, sin duda, una alternativa inteligente de transporte.