Todos vimos alguna vez un caballo durmiendo parado al costado de la ruta. ¿A qué se debe este fenómeno?
¿Por qué los caballos duermen parados?
Los caballos pueden trabar los huesos y los ligamentos de las patas, lo que funciona como
soporte para mantener el peso del cuerpo suspendido sin tensión alguna mientras los músculos están completamente relajados. Así, los caballos no necesitan emplear energía para mantenerse de pie durante el sueño. La mayoría de los equinos duerme casi todo el tiempo parada, pero los hábitos difieren según el animal. Muchos veterinarios afirmaron que es habitual que los caballos permanezcan de pie un mes seguido o más. Siendo pesados, y de huesos frágiles, estar en la misma posición un tiempo largo puede ocasionarles calambres.
Si bien existen conjeturas sobre los motivos por los que el cuerpo de los caballos
evolucionó de esta manera, la mayoría de los expertos creen que los caballos
salvajes dormían parados a los efectos de poder defenderse. Wayne O. Kester,
doctor en Medicina Veterinaria y director ejecutivo de la Asociación Americana de Médicos Veterinarios Especialistas en Equinos, afirmó que, en su hábitat natural, el principal recurso de defensa y escape del caballo frente a los depredadores era la velocidad: “Eran mucho menos vulnerables de pie y menos propensos a que los tomaran por sorpresa en esa posición que si estaban echados”.
Sin embargo, recientes investigaciones indican que los caballos se echan más a menudo de lo sugerido aquí: cuando los caballos entran en el sueño profundo REM (movimientos
rápidos de los ojos, por su sigla en inglés), las patas suelen doblárseles. Por lo general, en la mitad de la noche, los caballos entran en el sueño REM y se echan de costado, de dos a cuatro horas seguidas. Si no pueden extenderse para dormir, suelen apoyarse contra la pared o contra cualquier objeto macizo cercano.
En la columna de preguntas y respuestas del New York Times se abordó este misterio varios años atrás y se citó a la doctora Katherine A. Houpt, fisióloga de la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de Cornell. Aunque Houpt admite que los caballos duermen menos en su hábitat natural, no está tan segura de que se queden parados para protegerse, y propone que “es más probable que ello se deba a que se alimentan de día y de noche en las épocas en las que no hay tanto alimento disponible. Durante el verano (cuando la comida es más abundante), permanecen echados más tiempo”. Houpt afirma que, cuando los caballos salvajes se echan, uno solo permanece de pie como centinela, mientras el resto duerme tranquilo.