¿Te gustaría descubrir algunos secretitos para gastar lo mínimo posible? Tomá nota sobre estos tips para reducir las cuentas, tanto en tus compras como en servicios contratados.
Sé selectivo:
Por atractiva que sea una oferta, nunca la adquieras si no te brinda un artículo que uses con regularidad. Aunque sean muy baratos, no contrates canales que no ves, productos que no consumís o paquetes telefónicos que jamás vas a utilizar.
Reducí la cuenta del cable:
Las compañías de televisión satelital o por cable nunca te van a llamar para decirte: “¡Está pagando demasiado por nuestros servicios!”, pero prácticamente todas están dispuestas a negociar sus tarifas, si sabés llevarlas a ello. Llamá al número de “Atención al cliente” que encontrarás en el recibo. Cuando consigas hablar con un ser humano y no con una grabación, decile que recibiste ofertas muy interesantes de una compañía de la competencia. El plan funcionará mejor si de verdad tenés en mente una oferta verdadera. Es factible que el operador te comunique a otro departamento. Decile a la siguiente persona que estás satisfecho con el servicio, pero que la diferencia en el precio te hace pensar en cambiarlo. Preguntale si te pueden igualar la oferta de la competencia. Lo más probable es que te hagan una buena oferta.
No quites los ojos de la caja registradora:
No lleves la cuenta mentalmente porque puede costarte caro. A lo mejor creés que los sistemas modernos de escáneres jamás fallan. Sin embargo, los estudios muestran que en un 5% de las operaciones se dan discrepancias entre el precio de la etiqueta y el registrado por el escáner. Si detectás un error, de inmediato hacéselo saber al cajero o al encargado del lugar; muchas tiendas incluso te obsequiarán el artículo en cuestión si les señalá sus errores.
Estudiá los ciclos de las ofertas del supermercado:
Aunque no lo acepten, muchos supermercados ponen sus productos en oferta de manera cíclica; por ejemplo, determinada marca de helado puede venderse a la mitad de precio cada cuatro semanas. Otros alimentos que suelen estar en oferta son los tortas, los jugos, algunas gaseosas, las salsas para pastas, la fruta, la verdura, los pescados y mariscos, el pollo, el yogur y los cereales. Una vez que identifiques los patrones de las ofertas, nunca volverás a comprar estos productos sin que estén rebajados.
Buscá “multiplicar” las ofertas:
A diferencia del resto de los comercios, los supermercados permiten obtener un mismo producto con varios descuentos al mismo tiempo. No es frecuente, pero de vez en cuando algún súper pondrá en oferta un producto que te encanta y que podrás comprar junto con una oferta distinta, por ejemplo, usando dinero electrónico. En estas ocasiones aprovechá, porque podrás adquirir casi gratis un producto del que sí disfrutás.
Andá directamente al origen de los cupones:
Casi todas las marcas comerciales tienen su sitio web y algunas de ellas ofrecen cupones para imprimir rebajas y otras ofertas especiales (en ocasiones, incluso muestras gratis). Una buena estrategia es leer los folletos de las ofertas en el súper para identificar lo que te interesa. Después, hay que visitar el sitio web de la marca y ver si existe otra oferta que se pueda aprovechar. ¿El resultado? Muchísimo dinero ahorrado.
Si cocinás, cultivá hierbas, no verduras:
Sin importar la época del año, las hierbas frescas en los supermercados son increíblemente caras. Los cocineros de verdad pueden ahorrarse una pequeña fortuna si cultivan albahaca, orégano, tomillo, menta y romero en su propio jardín o terraza. Con las verduras no se obtendrían los mismos ahorros, porque seguramente cosecharás las calabazas al mismo tiempo que las ofrecen muy baratas en las ferias del barrio.
