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¿Teme tu gato al veterinario?

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Si en cada visita se resiste o maúlla de miedo, ayudalo a afrontar sin estrés ese momento.

  • Antes de la cita. No espere hasta el último minuto para buscar la jaula de transporte de su mascota: el simple hecho de verla le causará pánico. Use una manta para convertir la jaula en un refugio acogedor. Juegue con su gato alrededor de la jaula. Lance dentro una pelota o un tapón de corcho. Haga que su gato entre y salga de la jaula varias veces; así no tendrá que perseguirlo para meterlo en ella.
  • El día de la cita. Rocíe con unas gotas de aerosol tranquilizante (de venta en farmacias veterinarias) en las esquinas de la jaula y en la manta.
  • En la sala de espera. Mantenga cerrada la jaula. Si hace falta, cúbrala con una toalla para que su gato no vea lo que ocurre afuera. Coloque la jaula sobre su regazo o en una silla cercana. Por ningún motivo deje salir a su mascota. Eso solo aumentaría su ansiedad, ¡e imagine el alboroto que armaría si se pusiera a correr por el consultorio!
  • Con el veterinario. Ponga la jaula sobre la mesa de examen y saque con cuidado a su gato. Acarícielo y luego aléjese de la mesa, pero manténgase dentro del campo visual de su mascota. Háblele mientras el veterinario la examina. Mediante una actitud serena y firme, demuéstrele que no hay ningún motivo para que se asuste o se resista.
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