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Los 12 mitos y verdades sobre la salud

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La medicina y la salud comparten muchas teorías, algunas son ciertas otras son puro mito.

ES VERDAD QUE…

1. No es necesario tomar ocho vasos de agua al día.

No hay evidencia científica de que ocho sea el número mágico. Quizá necesite más o menos; esto depende de factores como el clima y talla. Para mantenerse bien hidratado, basta con beber agua a lo largo del día.

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2. Sentarse con la espalda erguida no es tan bueno.

“Jorobarse, sin duda, es perjudicial, pero permanecer con la espalda recta también tiene sus repercusiones”, señala Neel Anand, profesor de cirugía ortopédica y director médico del Departamento de Cirugía por Traumatismo en Columna del hospital Cedars-Sinai Spine Center, en Los Angeles, Estados Unidos. “Sentarse erguido por períodos muy prolongados y sin descanso crea tensión en la columna”. Mejor recargue la espalda baja en el respaldo de la silla y mantenga las piernas juntas (no cruzadas), de modo que formen un ángulo de 90 grados con las rodillas. Levántese y estírese cada media hora.

3. Contener los estornudos es malo para la salud.

En los instantes previos a que estos se produzcan, la presión en los pulmones se eleva. El aire acumulado necesita circular y el organismo intentará expulsarlo; no obstante, si se tapa la nariz y la boca, podría dirigirse a los oídos. Aunque es inusual, enviar el estornudo en esa dirección podría provocar lesiones, como la rotura de la membrana del tímpano.

4. Se puede tener gripe más de una vez por temporada. 

Son varias las cepas de virus de la influenza que circulan en el ambiente cada año. Infectarse con (o vacunarse contra) una sola de estas no lo protegerá ni a usted ni a los suyos de todas. Por eso es importante prevenir: cúbrase la nariz y la boca con un pañuelo al toser o estornudar, y lávese las manos con agua y jabón.

5. Las sanguijuelas son un tratamiento legítimo.

En 2004, la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos aprobó el uso de sanguijuelas en algunos pacientes posquirúrgicos. Este tratamiento no tiene nada que ver con las sangrías de antaño, cuyo objetivo era extraer la enfermedad del cuerpo; eso no funciona. Sin embargo, los hematófagos pueden utilizarse sin riesgos para evitar la coagulación, lo que es útil en pacientes quirúrgicos propensos a presentar estancamiento sanguíneo en los vasos.

6. Una sesión de ejercicio no basta para revertir los efectos de permanecer sentado todo el día.

Durante un estudio en casi 8.000 adultos, quienes estuvieron sentados por más tiempo en general o por el período continuo más prolongado presentaron el mayor riesgo de morir, aun cuando hubieran conseguido hacerse un espacio para entrenar. Lo anterior no implica que ejercitarse sea inútil. No obstante, la rutina habitual no basta: es importante intercalar períodos de actividad a lo largo de la jornada.

7. Los probióticos atenúan la diarrea.

Si bien aún no se descubre qué bacterias «buenas» o cepas de hongos, y en qué cantidades, son las más útiles en el combate a este inconveniente, las investigaciones son prometedoras. Se ha comprobado que los probióticos previenen o mitigan la diarrea asociada al uso de antibióticos y que, además, calman los síntomas del síndrome de colon irritable. La pérdida de peso, así como la prevención de los resfríos y caries son otros de los beneficios que pueden aportar; aunque los estudios aún no son conclusivos.

ES MITO QUE…

8. Tener sobrepeso reduce la esperanza de vida.

Los investigadores se refieren al fenómeno como la “paradoja de la obesidad”, aunque sería más exacto hablar de la “paradoja del sobrepeso”. El primer padecimiento se asocia a una gran cantidad de problemas físicos, entre ellos la llamada mortalidad general; no obstante, en el caso del segundo, la evidencia no es definitiva. Durante una revisión reciente de diez estudios en más de 190.000 personas, se descubrió que, si bien corren mayor riesgo de desarrollar cardiopatía, las personas con sobrepeso son tan longevas como aquellas cuyo peso es normal.

9. El consumo excesivo de azúcar causa diabetes. 

Los alimentos dulces no elevan la glucemia de manera crónica por sí solos. Sin embargo, sí participan en el desarrollo de la obesidad, factor de riesgo de la diabetes. Por eso es buena idea llevar una dieta equilibrada y limitar las golosinas.

10. Cuando una persona convulsiona, corre el riesgo de ahogarse con su lengua.

Contrario a lo que dicta la sabiduría popular, introducir una cuchara a la boca del convulso no evitará que se ahogue y, en cambio, podría lesionarle la dentadura o la mandíbula. Mejor coloque al afectado de costado con objeto de evitar que se atragante con su vómito o saliva; proteja la cabeza de los golpes con una almohada.

11. Leer con luz tenue lastima los ojos.

 Aunque en el corto plazo es posible que canse la vista; no existe evidencia de que leer bajo luz tenue produzca lesiones permanentes. La iluminación debe concentrarse en la página, no en su hombro; así no lo deslumbrará el brillo.

12. Tronarse los dedos causa reumatismo articular.

No existen pruebas que establezcan un vínculo definitivo entre tal hábito y el trastorno en cuestión. No obstante, algunas investigaciones sugieren que tronarse los dedos lesiona los tejidos blandos (una posible fuente de inflamación) y merma la fuerza de prensión.

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