Cada año, circulan 500.000 millones de bolsas de plástico de un solo uso por el mundo. De media, cada bolsa se utiliza unos 12 minutos, pero tarda mil años en descomponerse.
Si no cambiamos nuestros hábitos, para 2050 habrá 12.000 millones de toneladas métricas de basura plástica en la Tierra, y según un informe de 2016 elaborado por la Fundación Ellen MacArthur y el Foro Económico Mundial, en nuestros océanos habrá más plástico que peces.
Pese a todo, hay esperanza: en 2018, unos 127 países implementaron políticas que regulan el uso de bolsas de plástico; en 2019, subió a 170 países que se comprometieron a “reducir significativamente” los plásticos para 2030. Y en noviembre pasado, en la Conferencia sobre Cambio Climático COP26 en Glasgow, la Universidad de Plymouth de Reino Unido creó un Centro de Política Global de Plástico para hallar soluciones a la contaminación.
Tanto con la prohibición de bolsas de un solo uso, la creación de alternativas sostenibles o la vuelta a hábitos tradicionales, hay un esfuerzo alrededor del mundo para reducir el plástico.
Costa Rica – Planes para desperdicio cero
Por su compromiso con la reducción de desechos, Costa Rica recibió en 2019 el premio Champions of the Earth, el galardón ambiental más importante otorgado por Naciones Unidas. El país centroamericano estuvo entre los primeros del mundo en garantizar la eliminación de todos los plásticos de un solo uso, desde bolsas, botellas y cubiertos, hasta sorbetes y palitos para el café. Para ello, el gobierno da incentivos a empresas e invierte en la búsqueda de alternativas. (Las opciones ya adoptadas incluyen bolsas hechas de mandioca/yuca y cajas para llevar de caña de azúcar). Otro objetivo: reemplazar el 80 por ciento de los envases de plástico desechables del país con materiales renovables capaces de biodegradarse en seis meses.
Luxemburgo – Bolsa ecológica de larga duración
Desde 2004, el Gobierno de Luxemburgo se ha asociado con Valorlux, una organización sin ánimo de lucro que gestiona residuos, para reemplazar las bolsas de plástico de un solo uso por Öko-Tut, una bolsa ecológica reutilizable. Más de 60 minoristas se han unido y ha permitido que el país, de 632.000 habitantes, elimine más de 1.100 millones de bolsas de plástico de único uso.
Guatemala – Vuelta a los métodos ancestrales
Hace seis años, un pueblo de Guatemala decidió liderar un movimiento en contra de los plásticos de único uso. Cuando la comunidad maya de San Pedro La Laguna estableció una política de tolerancia cero, puso en marcha la primera ley municipal contra los plásticos en el país. El gobierno proporcionó a los habitantes alternativas reutilizables o biodegradables, así como bolsas de caucho. Desde entonces, los vecinos han vuelto a un método ancestral de usar hoja de maxán (hojas grandes de la planta Calathea) para empaquetar carne, y servilletas de tela para llevar tortillas. Este cambio ha inspirado a otros municipios a incorporar sus propias prohibiciones de plástico de un solo uso.
México – Centrándose en materiales locales
Los ciudadanos han presionado en todo el país para reemplazar los plásticos. En 2018, por ejemplo, el Gobierno de Baja California Sur aprobó una ley restrictiva para reducir los plásticos de un solo uso; las alternativas creadas localmente incluyen sorbetes hechos de fibras de agave y cubiertos fabricados con huesos de palta. A la fecha, más del 85 por ciento de los estados del país han aprobado leyes que prohíben las bolsas de plástico de un solo uso; la prohibición de 2020 en la Ciudad de México ha traído de vuelta los conos de papel que tradicionalmente se usaban en la compra de granos y especias.
India – Reciclar, reutilizar
A pesar de las restricciones locales, las bolsas de plástico de único uso todavía están disponibles en muchos estados, especialmente desde la pandemia. Aun así, el Gobierno central de India anunció la prohibición de la mayoría de los plásticos de un solo uso, que entrará en vigor en julio. Para muchos vendedores, supondrá un gran ajuste, pero otros ya están preparados: en el estado de Kerala, es tradición servir comidas thali en hojas de plátano; en Rajastán, no es raro ver saris (tiras de tela) reutilizadas en bolsas de la compra. Y en el resto de India, el yute, fibra común en el país, está siendo aclamado como el material ideal para reemplazar el plástico en las bolsas.
Tailandia – Iniciativa desde los supermercados
Una iniciativa medioambiental de la cadena de supermercados tailandesa Rimping se volvió viral en 2019, cuando aparecieron imágenes de productos envueltos en hojas de plátano, en lugar de en plástico. Aunque las hojas funcionan como envoltorios y platos de alimentos en varias culturas, fue la primera vez registrada de una cadena de supermercados que adoptó la práctica. El año siguiente, 75 de los principales minoristas del país dieron un paso al frente y dejaron de dar bolsas de plástico a sus clientes.
Antigua Y Barbuda – Menos impuestos a las alternativas ecológicas
En 2016, Antigua y Barbuda encabezó en el Caribe el movimiento de desprenderse de los plásticos de un solo uso, al prohibir las bolsas de compras de plástico. Para reducir la carga financiera de los ciudadanos, el gobierno declaró libres de impuestos las alternativas ecológicas, incluidos los productos derivados de la caña de azúcar, el bambú, el papel y la fécula de patata. Además, en los principales supermercados se distribuyeron gratuitamente bolsas de la compra reutilizables, hechas por costureras y sastres locales.
Ruanda – Primer paso en África
Las restricciones para el uso de bolsas de plástico ahora son comunes en África: 34 de sus 54 países las tienen. Pero Ruanda fue el primero en el continente en implementar medidas, allá por 2008. Once años después, también emitió la primera prohibición total de los plásticos de un solo uso. (Dicho esto, la prohibición de Ruanda no es la más estricta: en Kenia, importar, fabricar o vender bolsas de plástico puede generar una multa de 40.000 dólares para las empresas, mientras que a una persona se le puede cobrar 500 dólares por usar una). Nombrado a menudo como el país más limpio de África, Ruanda ha tomado otras decisiones para ganarse ese título, como una limpieza obligatoria una vez al mes.
Bali – Escuchando a su juventud
A través de medios poco ortodoxos, una iniciativa creada por dos hermanas jóvenes en 2013 llamada Bye Bye Plastic Bags convenció al Gobierno de la isla indonesia de Bali para eliminar gradualmente las bolsas de plástico y los sorbetes. Primero hubo un desfile de moda con basura reciclada; luego, una campaña para lograr que un pueblo eliminase las bolsas de plástico; limpiezas anuales en toda la isla, y finalmente, el lanzamiento de una empresa social que contrata a mujeres locales para hacer bolsas sostenibles. El gobierno indonesio ha seguido el ejemplo de Bali, comprometiéndose a reducir los desechos plásticos marinos en un 70 por ciento para 2025.
Jamaica – No más importaciones de plástico
Hace tres años, Jamaica vetó la importación, fabricación y distribución de bolsas de plástico de único uso y de sorbetes. El año pasado también prohibió la importación de sorbetes adheridos a jugos y bolsas de bebidas. Las nuevas empresas locales han creado alternativas sostenibles, como cubiertos de bambú y tazones hechos con cáscaras de coco desechadas.
Nueva Zelanda – Un paso más allá
Cuando el Gobierno kiwi prohibió las bolsas de plástico de único uso en 2019, las empresas ya buscaban alternativas. Un año antes, 12 empresas, incluido el minorista local de alimentación Foodstuffs y la multinacional Unilever, se comprometieron a utilizar envases 100% reciclables para 2025. Pero van más allá: en 2022, la prohibición se ampliará para incluir artículos que contengan plástico, como toallitas húmedas y vasos de café.