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Dustin Hoffman tiene un secreto

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¿Una estrella de cine que prefiere a su esposa y a sus hijos antes que a Hollywood? ¡Qué… normal!.

Dustin hoffman es tan hábil para representar inadaptados porque, en sus propias palabras, él mismo lo es. Como Benjamin Braddock en El graduado, Raymond Bab­bitt en Rain Man o cualquier otro de los marginales que ha interpretado, Hoffman conoce “la sensación de estar fuera mirando hacia dentro” desde niño. “Se me hace difícil ir a los actos sociales de las celebridades”, confiesa. “Pregúntale a mi mujer”.

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Hace 27 años que Hoffman está casado con la abogada Lisa Gottsegen, adora a sus seis hijos, ya adultos, y a sus 70 años aún lo apasiona la actuación. Para él la fama palidece junto a los placeres del trabajo y la familia, pero en persona el actor, bronceado y en forma, irradia el carisma de una estrella. Hace poco nos concedió una entrevista en Los Ángeles y, festejando sus propios chistes con una sonrisa pícara, nos habló de la película de dibujos animados Kung Fu Panda en la que da voz a una criaturita roja.

SRD: Has dicho que nunca te sentiste a gusto en el medio hollywoodense.

Hoffman: En la escuela no era de los chicos “populares”, y durante mucho tiempo cargué con eso. Mi éxito es involuntario; siempre lo consideré una casualidad, porque me inicié como actor sin buscar fama ni riqueza.

SRD: ¿Cuál es el secreto de un matrimonio duradero?

Hoffman: El matrimonio tiene mucho de innatural. No me parece natural ser monógamo, estar hoy tan enamorado como ayer. Pero la fidelidad tiene sentido, y en ninguna relación se puede reemplazar la honestidad.

SRD: Entonces, ¿eres totalmente honesto con tu esposa?

Hoffman: De eso se trata. Si en una pareja ambos tratan de serlo, todo va bien. El amor se hace más profundo. Y es así porque sabes que el juego (es decir, la vida) tiene sus límites. Últimamente le digo mucho a mi esposa que el tiempo no me alcanza y no podré estar con ella todo lo que quisiera.

SRD: En la película das voz a un panda que es un maestro de artes marciales. El padre de un alumno suyo tiene un negocio de fideos y le dice a su hijo que para hacer sus deliciosas sopas utiliza un ingrediente secreto. ¿Sabes cuál es?

Hoffman: Voy a decirte un secreto de familia. Cuando era chico, una mujer iba de vez en cuando a mi casa a cocinar y limpiar. Yo la quería mucho y seguí tratándola de adulto, hasta que falleció. De chico no me gustaba comer, pero ella se las ingeniaba para convencerme. Me servía un plato y yo lo probaba y decía:

—¡Qué rico! ¿Qué tiene?

—Humm humm —contestaba ella.

Nunca me explicó qué era eso, pero supongo que cariño. Así que el ingrediente secreto quizá sea humm humm.

SRD: ¿Qué opinas de la moda actual de buscar la fama por la fama? ¿De Paris Hilton, por ejemplo?

Hoffman: Mis hijos la conocen. Solíamos pasar la Navidad en Hawai y se llevaban bien con ella. Hace poco la vi y sigue siendo tan dulce y amable como siempre. Mis hijos dicen que es muy buena persona. No sé qué delitos habrá cometido. El problema no está en ella, sino en nosotros.


«Mi personaje en Kung Fu Panda no es simpático. Por eso me gusta».


SRD: ¿Tienes algún consejo sobre la educación de los hijos?

Hoffman: Es imposible razonar con ellos. Te salen con: “¿Por qué tengo que hacer tal o cual cosa si Fulanito no la hace?” Al final encontré la respuesta perfecta: “Este país es una democracia, pero esta casa es una dictadura. Aquí mandamos mamá y yo, y no hay por qué que valga”.

SRD: Hablando de democracia, si te postularas para la presidencia, ¿en qué basarías tu campaña?

Hoffman: En el hecho de que los otros candidatos no hablan de problemas

reales porque son políticos. Su honestidad es discutible. Sería maravilloso tener un candidato tan honrado que dijera lo que realmente piensa.

SRD: El año pasado tu hijo Jake te convenció para que salieras en un video de la estrella del rap 50 Cent. ¿Cómo fue?

Hoffman: Jake es actor, director y disc-jockey aficionado, y conoce el rap al derecho y al revés. Un día llegó y me dijo que esa noche 50 Cent grababa un video y quería que yo saliera. Me negué rotundamente, pero él insistió: “¡No puedes rechazarlo!” Así que terminamos yendo al estudio, en Culver City, e hice el papel de un psicoterapeuta que hipnotizaba a 50 Cent. Fue de lo más divertido.


SRD: Si estuvieras condenado a muerte, ¿quié pedirías de última cena?

Hoffman: Diría: «Vuelvan después; necesito más tiempo para leer la carta».


SRD: ¿Qué chiste te ha hecho reír a carcajadas últimamente?

Hoffman: El presidente de McDonald’s consigue una audiencia con el Papa y le ofrece donar a la Iglesia 500 millones de dólares, con la única condición de que durante un año se sustituya la parte del padrenuestro que dice “Danos hoy nuestro pan de cada día” por “Danos hoy nuestra Big Mac de cada día”. El Papa responde que no puede acceder a tal petición, de manera que el ejecutivo duplica la oferta. Entonces el Papa le contesta:

—Déjeme consultar el asunto con los cardenales y después le respondo.

Reunido con el Colegio Cardenalicio, anuncia:

—Les tengo una noticia buena y una mala: la buena es que McDonald’s va a donarnos 1.000 millones de dólares; la mala es que habrá que deshacer nuestro trato con Burger King.

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