¿Sabías que el frío puede hacerte equivocar? ¿Y que dormir con frío podría no ser tan malo? Existen muchos mitos alrededor del invierno y las bajas temperaturas.
Pero aquí vamos a derribar algunos de ellos y vas a descubrir curiosidades sobre el frío que nunca oíste.
1. El frío es contagioso. Un estudio realizado en diciembre de 2014 por científicos británicos y alemanes reveló que, luego de ver videos de personas que metían las manos en agua helada, la temperatura de las manos de los participantes bajaba 0,2 °C.
2. Nadie se enferma solo por estar a la intemperie en la estación fría; hay que tener contacto con otra persona que porte, por ejemplo, un virus, dice David Proud, profesor de fisiología y farmacología en la Universidad de Calgary, en Canadá. “Se corre más riesgo de resfriarse en lugares cerrados y concurridos”.
3. Los betabloqueadores (usados para tratar la hipertensión) pueden aumentar la sensibilidad al frío. Si tomás estos fármacos, abrigate bien y pasá menos tiempo a la intemperie en tiempo de heladas.
4. Si hace demasiado frío para salir a correr, quedate un rato de pie al aire libre. En 2015 científicos estadounidenses confirmaron que temblar de frío equivale a hacer ejercicio, porque contrae los músculos, acelera el metabolismo y convierte el tejido adiposo blanco, que almacena energía, en tejido adiposo pardo, que quema calorías.
5. Los chapuzones en agua fría parecen mejorar la salud. Un estudio realizado en Finlandia en 2004 con sujetos que nadaban al aire libre en invierno reveló que al cabo de cuatro meses reducían su nivel de estrés y fatiga, y mejoraban su memoria y estado de ánimo.
6. El aire acondicionado de las oficinas es sexista. En 2015 un estudio publicado en Nature Climate Change observó que los termostatos de los edificios se ajustan según una fórmula obtenida en los años 60 y basada en parte en el ritmo metabólico de un hombre de 40 años. Como el metabolismo de las mujeres tiende a ser más lento, las oficinistas suelen helarse en el verano.
7. Los empleados que pasan frío se equivocan más. En 2004 investigadores de la Universidad Cornell, en Ithaca, Nueva York, subieron la temperatura de una oficina de 20 a 25 °C, y los empleados cometieron 44 % menos errores durante un mes.
8. En cambio, dormir con frío tal vez sea saludable. En un estudio realizado en los Estados Unidos en 2015, los cinco participantes, tras dormir un mes en un cuarto a 19 °C, casi duplicaron su tejido adiposo pardo. Los autores, de los Institutos Nacionales de Salud, creen que esto reduce el riesgo de contraer diabetes y otras enfermedades metabólicas.
9. Científicos de la Universidad de Toronto, Canadá, confirmaron que la frialdad afectiva infunde frío. Los sujetos del estudio que recordaban una experiencia de aislamiento social calculaban menores temperaturas en una sala que quienes recordaban sentirse aceptados.
10. En 2014 investigadores alemanes observaron que la temperatura ambiente afecta nuestra manera de juzgar a un delincuente. Cuando se encendía la calefacción, los participantes tendían a pensar que el reo había actuado al calor de un impulso, pero cuando la sala estaba helada los mismos delitos se consideraban premeditados y cometidos a sangre fría.
11. ¿Es cierto que la mitad del calor del cuerpo se pierde a través de la cabeza? En absoluto, dice un estudio publicado en 2008 en el British Medical Journal. La cabeza deja escapar apenas el 10 % del calor corporal.
12. La llamada “piel de gallina” es un vestigio de cuando nuestra especie tenía el cuerpo cubierto de pelo. Cuando los animales tienen frío, unos diminutos músculos en la piel se contraen y erizan el pelo, lo que forma una capa de aislamiento eficaz.
13. Si querés entrar en calor, no pienses en el dinero. En la primavera de 2016 investigadores austríacos y suizos pidieron a un grupo de voluntarios que metieran las manos en una taza llena de billetes (el grupo de control usó una taza llena de papeles). Quienes tenían las manos en contacto con dinero sentían más baja la temperatura.