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¿Puede haber vida en el intenso frío polar?

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Los vientos, las mareas y las corrientes mantienen el hielo flotante en perpetuo movimiento

¿Están congelados los mares polares?

La mayor parte del océano Ártico está cubierta por una masa de hielo que deriva lentamente; sus dimensiones aumentan durante el invierno y disminuyen en verano. Una zona de hielo flotante similar rodea la Antártida y también cambia de extensión según las estaciones.

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Los vientos, las mareas y las corrientes mantienen el hielo flotante en perpetuo movimiento, llegando a quebrarlo en trozos grandes y pequeños llamados témpanos. Como islas flotantes, los témpanos se van separando y quedan entre ellos canales de agua que acaba congelándose. Cuando chocan los témpanos, la fuerza del impacto empuja el hielo hacia arriba y forma crestas dentadas de hasta 6 metros de altura. Un témpano también puede montar sobre otro y crear un laberinto de bloques de hielo.

Pero ni siquiera estos desolados parajes carecen de vida. En la Antártida pueden verse focas y pingüinos sobre los témpanos flotantes, mientras que, en el extremo norte, los osos polares vagabundean en ocasiones por la capa de hielo a la deriva que cubre el océano Artico.

¿Qué es el permafrost?

Uno de los más importantes efectos del frío extremo en los parajes árticos es la existencia del permafrost, capa profunda de tierra permanentemente helada. En el Ártico norteamericano, el permafrost tiene un promedio de 300 metros de espesor, en algunas partes de Siberia llega a profundidades de más de 600 metros.

Solo unos pocos centímetros de superficie del terreno se deshielan en verano. La tundra -característica llanura sin árboles del Ártico- se transforma entonces en una región encharcada. Como el drenaje es muy deficiente, grandes zonas se cubren de incontables marismas, estanques y lagos superficiales. Cuando vuelve el invierno, la tierra y el agua se cubren de nuevo de una coraza de hielo y nieve.

El permafrost origina múltiples problemas a quienes quieren construir obras en el Ártico. Si se levanta la cubierta vegetal aislante -para construir una carretera, por ejemplo- el permafrost comienza a fundirse. El mismo efecto produce el calor que desprenden las casas defectuosamente aisladas. Cuando se funde el permafrost, la tierra se desplaza y se asienta, y las estructuras que se levantaban sobre ella se inclinan o se resquebrajan. Para evitar estos estragos, se recurre a técnicas especiales: las casas se levantan sobre pilotes profundamente asentados o sobre capas de grava aislante. Las carreteras se trazan, cuando es posible, sobre roca firme y, donde no se puede, se emplean gruesas capas de grava para proteger el vulnerable permafrost.

¿Cómo altera el permafrost el paisaje ártico?

La tundra ártica presenta diversas formaciones bien diferenciadas. La congelación y el deshielo sucesivos de las capas superficiales del permafrost disponen las rocas en anillos y polígonos geométricos. Los pingos -colinas en forma de cúpula con el centro de hielo macizo- se elevan a 30 metros o más sobre la llanura. Con el tiempo, el núcleo de hielo se puede fundir y forma una depresión semejante a un cráter que más tarde se puede llenar de agua. En tiempo cálido, las capas empapadas del estrato superior del suelo se deslizan lentamente, incluso por la pendiente más suave en un movimiento llamado «solifIucción».

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