Hay marismas que se hallan en las bocas de algunos de los grandes ríos del mundo, donde el agua dulce se mezcla con el mar.
¿Cómo son las marismas?
Las playas arenosas y las costas rocosas forman límites bien definidos entre la tierra y el mar, pero cuando en la región costera hay bajos pantanosos, la transición entre uno y otro medio suele ser más gradual. En las zonas tropicales y subtropicales, por ejemplo, los litorales cenagosos y los estuarios están generalmente bordeados de densos manglares que retienen los sedimentos entre sus enmarañadas raíces y van extendiendo lentamente la línea de la costa hacia el mar.
En las regiones templadas, las costas protegidas contra la marea suelen estar limitadas por marjales cubiertos por amplias extensiones de hierbas que toleran la sal, así como por otras plantas que pueden resistir las periódicas inundaciones del mar. Los marjales incluyen a veces grandes áreas de agua abierta y suelen estar entrecruzados por canales sinuosos por donde el agua de mar sale y entra con el flujo y reflujo de la marea.
Otro tipo de marismas son las que se hallan en las bocas de algunos de los grandes ríos del mundo, donde el agua dulce se mezcla con el mar. El delta del Mississippi es el ejemplo más notable de América del Norte; en Europa las más extensas se encuentran en la desembocadura del Guadalquivir, en España, y en la Camargue, pantanosa zona silvestre del delta del Ródano, en Francia; los deltas del Ganges y del Mekong, en Asia, están bordeados de enormes manglares.
Los cangrejos, pobladores de las marismas
Durante la marea baja, en las llanuras cenagosas de los marjales y los pantanos de mangles pululan cangrejos de muchas clases que corretean en busca de alimento que ha dejado el agua al retirarse. Algunos de ellos raspan la costra de algas verdes que cubre el barro; otros buscan trozos de vegetales y diversos restos orgánicos. Los más conspicuos son los cangrejos violinistas por la enorme pinza de brillantes colores con que están adornados los machos y que les sirve para atraer a sus parejas y amenazar a sus rivales.
Cuando sube la marea y comienza a volver el agua, los enjambres de cangrejos desaparecen con suma rapidez. Se esconden en sus madrigueras excavadas en el lodo donde están protegidos de la fuerza de las olas y de las corrientes que podrían arrastrarlos al mar. También durante la marea baja, cuando los cangrejos se están alimentando tranquilamente, se produce de repente una estampida general para escapar de las garzas, mapaches y otros predadores que acuden para cebarse en las llanuras cenagosas. La misma reacción provocan las personas que caminan por las cercanías.