Evangelista Torricelli tardó en darse cuenta de que la subida y la bajada del mercurio reflejaba los cambios en la presión atmosférica.
Mercurio para predecir el clima
El científico italiano Evangelista Torricelli estaba fascinado por las curiosas fluctuaciones del mercurio contenido en un tubo de cristal, abierto en su parte inferior y colocado por el extremo abierto sobre un recipiente lleno de este elemento. Tardó en darse cuenta de que la subida y la bajada del mercurio reflejaba los cambios en la presión atmosférica. Torricelli acababa de inventar el barómetro. Tras su presentación, en 1643, resultó cada vez más evidente que la columna de mercurio descendía con la llegada del mal tiempo y ascendía cuando el tiempo mejoraba.
Primeros avisos de tormenta
Años más tarde, en 1660, el físico alemán Otto von Guericke fue el primero en anticipar con éxito una tormenta, con ayuda de un barómetro. Pronto se descubrió, sin embargo, que la meteorología está influida por numerosos factores al margen de la presión atmosférica, y que para obtener predicciones más fiables era preciso coordinar las observaciones realizadas en una amplia zona. En el siglo XVIII se descubrió que la variación de la presión atmosférica en diferentes lugares estaba relacionaba con la velocidad del viento. Ello indicó que las zonas de altas y bajas presiones se desplazaban como sistemas meteorológicos.
En 1854 se creó el Instituto Meteorológico británico y a partir de ese momento se empezaron a ofrecer previsiones meteorológicas modernas basadas en las lecturas del barómetro y otros indicios.