Asombrosas adaptaciones naturales.
Insectos con protección comestible
Algunos insectos se han adaptado tan bien que no solo ponen sus huevos cerca del alimento, sino que usan ese mismo material para protegerse. Los campeones en esta especialidad son los gorgojos del abedul y las avispas de las agallas. La hembra de la carraca del abedul hace dos cortes en forma de S en una hoja de este árbol, uno a cada lado de la nervadura. Con sus patas, el gorgojo del abedul enrolla la mitad de la hoja para formar un cono y después enrolla la otra mitad en dirección contraria. Cuando termina esta labor, se mete en el cono y deposita sus huevos. Finalmente, el gorgojo cubre la abertura del cono para proteger los huevos. Así les asegura alimento y protección a sus vástagos.
Las avispas de las agallas se ahorran el trabajo de construir: usan plantas que lo hacen por ellas. Estos animales ponen sus huevos en la punta de un retoño o en la yema de una hoja. Cuando el huevecillo se rompe, la larva se alimenta del material que la rodea y estimula el crecimiento de un tejido anormal en la planta.