El método conocido como dendrocronología puede usarse para fechar madera vieja.
La edad de un árbol puede calcularse contando los anillos que se forman cada año en el tronco y cuya anchura varia según la temperatura y el clima imperantes. Por ejemplo, los anillos estrechos indican crecimiento mínimo en un ambiente muy seco o frío. Las pautas de crecimiento son similares en cada especie arbórea dentro de una zona bastante grande, y se han compilado patrones generales de diversas regiones con fines de comparación. Conocido como dendrocronología, este método puede usarse para fechar madera vieja (salvo que la muestra sea insuficiente): los anillos de crecimiento se comparan con un patrón general para establecer en qué año fue derribado el árbol.
Hasta 1989 solo era posible contar en forma manual los anillos de los troncos. Hoy esa tarea es realizada por un aparato electrónico inventado por unos científicos daneses y cuyo funcionamiento es similar al de los lectores de códigos de barras de los supermercados: la información se registra en una computadora y se analiza en forma automática. Mientras que un investigador puede estudiar tres muestras por día, dicho aparato puede leer 30 o más.