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Cuando baja la marea

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No todos los habitantes del mar reaccionan de la misma manera ante este fenómeno natural.

¿Qué ocurre cuando baja la marea?

Cuando baja la marea, la mayoría de los peces y de los demás animales móviles se limitan a alejarse hacia el mar; algunos se refugian temporalmente en los charcos de marea; otros resisten las breves exposiciones al aire ocultándose en hendiduras húmedas donde están al abrigo de la luz directa del sol, y muchos más tratan de mantenerse húmedos metiéndose entre las empapadas marañas de algas.

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Pero los animales permanentemente fijos, como los mejillones y los percebes, no pueden esconderse; lo que hacen es cerrar herméticamente sus conchas durante la marea baja guardando en el interior un poquito de agua para conservarse húmedos. Las lapas recurren a una táctica intermedia: durante la marea alta ascienden a la zona alta y se dedican a roer las algas de las rocas con sus lenguas rasposas; para cuando la marea baja, vuelven todas a la base, buscan las depresiones que cada una ha tallado en la roca y allí se quedan fuertemente adheridas con su pie muscular esperando que suba el agua durante la próxima marea.

¿Son peligrosos los charcos de marea?

Cuando la marea se retira, deja tras ella charcos de agua en las depresiones de las rocas. Los charcos grandes y profundos suelen ser un buen hábitat para ciertas plantas y animales marinos, pero solo los más resistentes pueden sobrevivir en los charcos superficiales o en los que solo se inundan durante las mareas más altas.

En los días de verano, estas pozas llegan a calentarse tanto como el agua de una tina, pero en invierno su temperatura es frígida; la evaporación puede hacer que el agua se vuelva intolerablemente salada, o un chaparrón repentino diluirla demasiado para los organismos marinos; puede incluso agotarse el oxígeno y sofocar a las criaturas que allí viven.

A pesar de todo, hay una sorprendente variedad de plantas y de animales que consiguen adaptarse a las cambiantes condiciones de los charcos de marea, desde algas y anémonas de mar, hasta estrellas y esponjas. Su riqueza de formas convierte la exploración de estos océanos en miniatura en una fascinante aventura.

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