¿Por qué el abecedario tiene el orden que conocemos? ¿Por qué la Z es la última letra? ¿Tiene algún sentido que las letras tengan cierto orden?
Esta es una incógnita de difícil respuesta; por eso, fue necesario abordar temas complejos, como la historia antigua, para investigar la cuestión a fondo. Hay que admitir, sin embargo, que esta es una versión acotada de la historia del abecedario; no se pretende hacer un análisis exhaustivo de los notables etruscos, por ejemplo. No obstante, para explicar por que? nuestro alfabeto tiene ese orden, es necesario explorar al menos cinco culturas.
El abecedario de los egipcios
Los egipcios escribían hacia ya miles de años cuando nació Cristo. Esta civilización se dio cuenta de que sería más fácil escribir sobre un papiro con un ca?lamo que tallar sobre piedra. Aunque los egipcios nunca tuvieron un alfabeto propiamente dicho, sus jeroglíficos evolucionaron de manera considerable durante el apogeo de su civilización. En un momento, llegaron a utilizar más de cuatrocientos jeroglíficos, pero su escritura fue agilizándose a medida que atravesó las siguientes cinco etapas:
- Jeroglíficos que representaban cosas. El jeroglífico de un caballo significaba “caballo”. Este método implicaba dibujar un jeroglífico distinto para cada palabra y divulgó una escritura que se basaba en cosas concretas en lugar de en conceptos abstractos.
- Dibujos que representaban ideas. El dibujo de una pierna no solo significaba “pierna”, sino también ideas asociadas con las piernas, como “correr” o “rápido”.
- Dibujos que representaban sonidos. En esa etapa, se utilizaban símbolos para describir los sonidos de las palabras que se pronunciaban, en lugar de utilizar imágenes gráficas de la palabra significada.
- Dibujos que representaban si?labas. Un si?mbolo representaba una si?laba de una palabra. En esa etapa, un mismo jerogli?fico podi?a aparecer en palabras que no estaban relacionadas entre si?, pero que teni?an una si?laba en comu?n.
- Símbolos que representaban los sonidos de las letras de una palabra. Este sistema de representacio?n desplazo? a los dos anteriores, puesto que los sonidos de las letras daban mucha más flexibilidad a la escritura, aunque fuera necesario usar ma?s jeroglíficos para crear una palabra. Al principio, habi?a cientos de sonidos de letras, pero los egipcios los combinaron de manera de poder eliminar muchas redundancias. Finalmente, redujeron la cantidad de sonidos a veinticinco.
Un abecedario es un sistema cerrado de signos escritos, cada uno de los cuales —en teoría— representa un sonido oral. En un alfabeto funcional, todas las palabras orales de un idioma deberi?an poder expresarse combinando esas letras. En la última etapa, cuando los egipcios desarrollaron símbolos que representaban los sonidos de las letras, estuvieron muy cerca de inventar un alfabeto como el que conocemos hoy. Pero pese a que tenían las herramientas para escribir “caballo” pronunciando los sonidos de las letras de la palabra en lugar de ilustrarla, ellos prefirieron seguir utilizando los primeros tres tipos de jeroglíficos y nunca llegaron a expresar la palabra “caballo” sin dibujar un caballo.
El abecedario de los ugaríticos
Aunque a los fenicios se los elogia por haber sido los inventores del alfabeto, en la actualidad, se reconoce que los primeros abecedarios aparecieron en la ciudad de Ugarit, al noroeste de Siria. Un estudioso alemán, Hans Bauer, encontró tablas con letras ugaríticas dispuestas frente a una columna de conocidos signos sila?bicos de Babilonia. Con esto se demuestra que los ugaríticos ordenaron su alfabeto en forma consciente. Lo que no queda claro es si esas tablas se utilizaron como un abecedario instructivo.
Si bien la fonética del abecedario ugarítico era idéntica a la de los si?mbolos fenicios, las letras en só eran diferentes del alfabeto fenicio posterior y de las anteriores lenguas egipcias y semitas.
El abecedario de los fenicios
Es probable que el alfabeto fenicio se haya desarrollado alrededor de la misma e?poca que el ugarítico, pero los fenicios fueron mucho más importantes en la historia de la lengua, dado que difundieron su abecedario en gran parte del mundo.
Al pueblo fenicio no le preocupaba lo estético. Eran comerciantes y no necesitaban un alfabeto para la literatura o para la historia —no se dedicaban a escribir libros—, sino para los negocios, es decir, para rastrear inventarios, para estandarizar procedimientos contables y otras tareas mercantiles. Hacia el a{o 1000 a. C., los fenicios llevaban su alfabeto con ellos a la mayori?a de los principales puertos del Mediterráneo.
Los fenicios abandonaron por completo los jeroglóficos (que representaban dibujos) y se quedaron con los símbolos (que representaban sonidos). La palabra fenicia aleph significaba “buey” y la letra “a” se dibujaba como una cabeza de buey. El buey, que era el animal ma?s importante de la granja en esos tiempos, constituyo? la base de la primera letra de la mayori?a de las lenguas europeas y semitas, e incluso, del español, años más tarde.
Más adelante, los griegos adaptaron el lenguaje fenicio a sus necesidades. Tomaron dieciséis caracteres de los fenicios, todas consonantes, y quedaba a criterio del lector decidir do?nde poner las vocales en una palabra.
Toda lengua oral tiene vocales y consonantes, pero una gran cantidad de lenguas antiguas escritas no incluían vocales en su abecedaro. Te?cnicamente, según el Diccionario de la Real Academia Española, una consonante es un “sonido en cuya pronunciación se interrumpe en algún punto del canal vocal el paso del aire espirado, como en p, t, o se produce una estrechez que lo hace salir con fricación, como en f, s, z”.
Las consonantes se forman con las cuerdas vocales con la ayuda de la lengua, los dientes o los labios. Las vocales, en cambio, se forman simplemente por el movimiento de las cuerdas vocales, sin obstruccio?n de los otros o?rganos del habla. La falta de vocales en el alfabeto fenicio es lo u?nico que lo aleja de la lengua moderna.
El alfabeto de los griegos
Los griegos recogían elementos de otras culturas; tomaban sus elementos preferidos de las lenguas fenicias y semitas, y los combinaban para crear los suyos. Alrededor del siglo IX antes de Cristo, por ejemplo, agregaron cinco vocales a las consonantes fenicias (alfa [a], e?psilon [e], iota [i], o?micron [o] e i?psilon [i/u]), La letra alfa se convirtió en la primera letra de la lengua griega.
Si sos un lector perspicaz, te preguntarás cómo puede ser que la letra fenicia aleph se haya convertido en la letra griega alfa si los fenicios no tenían vocales. En realidad, la letra alfa se tomó del abecedario hebreo, y no del fenicio, y su similitud con el fenicio se debe a que aleph también significa “buey” en hebreo. Las primeras letras del alfabeto hebreo son aleph, beth, gemel y dalth, que significan “buey”, “casa”, “camello” y “puerta”, respectivamente. Los equivalentes griegos son alfa, beta, gamma y delta.
Lo que promueve la adaptación de sonidos a la lengua escrita es saber si la lengua originaria puede expresar los sonidos que ya usaban en la oralidad los pueblos que la adoptaron. Los griegos necesitaban letras para expresar los sonidos de vocales que ya existían en su lengua hablada. El alfabeto fenicio no los tenía, y aunque la lengua hebrea si tenía sonidos de vocales, estos se utilizaban en forma irregular y esporádica. Sin embargo, los hebreos tenían consonantes que produci?an sonidos que los griegos no tenían. Ese era el caso de la primera letra del alfabeto.
En hebreo, la letra aleph era un sonido suave y entrecortado que no tenía un equivalente fo?nico en la lengua griega. Los griegos tomaron esas consonantes “inútiles” del hebreo y las convirtieron en vocales griegas. De esa manera, el origen de las vocales griegas era hebreo y el de las consonantes era fenicio.
Los griegos agregaron algunas consonantes propias y, así, tuvieron un alfabeto de veinticuatro letras. No teni?an un equivalente de la c y algunas letras representaban sonidos diferentes de sus equivalentes en la lengua moderna. Por ejemplo, la letra griega ro (P, p) sonaba como nuestra r. Sin embargo, en la actualidad, el orden del alfabeto griego es casi el mismo que el nuestro, con algunas excepciones evidentes; entre ellas, el hecho de que la z era la sexta letra del alfabeto, no la u?ltima.
El abecedario de los romanos
Los romanos fueron gobernados por los etruscos, pueblo que utilizó el alfabeto griego. Antes de su caída, los romanos adoptaron el alfabeto griego y luego comenzaron a efectuar cambios. Ellos establecieron el orden alfabético que utilizan los países de habla española hoy, pero el alfabeto romano contenía solo veintitre?s letras. La j, la u y la w se incorporaron mucho después del nacimiento de Cristo.
En sus orígenes, la letra j se utilizó como variante de la vocal i. Hasta el siglo XVII, el nombre de César, por ejemplo, se habría escrito Iulius. La w se expresó en la lengua anglosajona con la notaci{on uu o u hasta alrededor del año 900 d. C. La u se usó como variante de la letra v. A partir del siglo XVIII, la letra u se utilizó exclusivamente como vocal.
¿Por qué los romanos reordenaron el abecedario griego? Hubo varias razones para esos cambios, el más interesante quizá sea por qué se colocó la z al final del alfabeto. Al principio, los romanos descartaron la sexta letra griega porque crei?an que no era necesaria. Cuando Roma conquistó Grecia en el siglo I a. C., decidieron que necesitaban esa letra otra vez, sobre todo para transcribir las palabras griegas en latín. Sin embargo, para esa época, los romanos ya habían formalizado su alfabeto y, como la z había perdido el lugar que le correspondía, la pusieron en el último puesto. Otras lenguas romanas no tuvieron necesidad de reafirmar la posicio?n originaria de la z.
Queda claro que la ubicaciíón de las letras en el abecedariofue esencialmente arbitraria. Es probable que tuviera más sentido colocar todas las vocales juntas separadas del resto, al comienzo o al final del alfabeto; aprender el orden alfabético no importa demasiado para poder aprender español.
¿Leeríamos o escribiríamos peor si aprendiéramos el alfabeto al revés? Asi y todo, las tablas ugaríticas indican que el alfabeto se enseñaba en orden y los linguistas descubrieron, en la mayoría de las culturas, que las listas de alfabetos se escribían sin variación y en el mismo orden, a pesar de que el orden de las letras no tiene un significado intri?nseco, a diferencia del orden de los números.
Lo que hace que la explicación de esta incógnita sea tan atractiva es la casualidad total del orden de nuestro abecedario. ¿Alguien se imaginaría que la a está antes de la b porque para la cultura semita antigua el “buey” estaba antes que la “casa”?