El aventurero holandés Wim Hof ??es conocido como “El
Hombre de Hielo” (The Iceman) por una buena razón: estableció varios récords
mundiales de resiste…
Sin embargo, hasta ahora no se había estudiado cómo responde su
cerebro durante la exposición al frío y qué mecanismos cerebrales son los que
le pueden proporcionar esta resistencia.
Los profesores de la Facultad de Medicina de la Universidad
Estatal de Wayne Otto Muzik, Ph.D., y Vaibhav Diwadkar, Ph.D., cambiaron eso.
Su publicación, «Cerebro sobre el cuerpo: un estudio sobre la regulación
voluntaria de la función autonómica durante la exposición al frío»,
publicado en la revista NeuroImage, es el primero en estudiar cómo responde el
cerebro del Hombre de Hielo durante la exposición al frío controlado
experimentalmente en todo el cuerpo. Estas investigaciones forman parte de la
serie de estudios fundamentales lanzados por los científicos en 2014 sobre cómo
el cerebro humano responde a los desafíos de la termorregulación. Los
resultados documentan procesos cerebrales convincentes en The Iceman y
presentan posibilidades interesantes de cómo sus técnicas podrían ejercer
efectos positivos relacionados con trastornos del sistema inmune e, incluso, psiquiátricos.
Durante tres días, Muzik y Diwadkar estudiaron las funciones
cerebrales y corporales de Hof utilizando dos técnicas de imagen distintas, la
resonancia magnética funcional (fMRI) para estudiar su cerebro y la tomografía
por emisión de positrones (PET) para estudiar su cuerpo. Durante el proceso,
Hof usó un traje de cuerpo entero específicamente diseñado en el cual los investigadores
pudieron infundir con agua a temperatura controlada, mientras que los datos de
imágenes se adquirieron para relacionar los cambios en su biología con la
exposición al frío.
Los resultados del Hombre de Hielo en comparación con un grupo de
participantes sanos de comparación fueron sorprendentes.
La práctica del Método Wim Hof ??hizo que la temperatura de la
piel de Hof fuera relativamente invariante a la exposición al frío, un hallazgo
que los investigadores atribuyeron a su mayor inervación simpática y al consumo
de glucosa en el músculo intercostal revelado por la PET. El método pareció
permitirle generar calor que se disipa en el tejido pulmonar y calienta la
sangre circulante en los capilares pulmonares.
“La regulación deliberada de la temperatura de la piel y, por
implicación, la temperatura corporal central, incluso cuando el cuerpo está
siendo estresado con frío, es una ocurrencia inusual y puede explicar su
resistencia a la congelación”, dijo Muzik, profesor de pediatría, de neurología
y de radiología.
“De nuestros estudios previos, esperábamos que The Iceman mostrara
activaciones cerebrales significativas en una región conocida como ínsula
anterior, donde se encuentran los centros termorreguladores superiores del
cerebro. Sin embargo, observamos diferencias más sustanciales en un área
llamada sustancia gris periacueductal, ubicada en el tronco cerebral superior.
Esta área está asociada con mecanismos cerebrales para el control del dolor
sensorial y se cree que implementa este control mediante la liberación de
opiáceos y cannabinoides”, agregó Muzik.
Estos últimos resultados son sorprendentes, no solo por lo que
revelan sobre El Hombre de Hielo, sino aún más por las implicaciones de la
relevancia del Método Wim Hof ??para la salud conductual y física. Los
investigadores plantean la hipótesis de que al generar una respuesta analgésica
inducida por el estrés en la materia gris periacueductal, el Método Wim Hof
??puede promover la liberación espontánea de opioides y cannabinoides
(tranquilizantes naturales) en el cerebro. Este efecto tiene el potencial de
crear una sensación de bienestar, control del estado de ánimo y ansiedad
reducida.
“La práctica del Método Wim Hof ??puede conducir a cambios tónicos
en los mecanismos cerebrales autónomos, una especulación que tiene
implicaciones para manejar afecciones médicas que van desde enfermedades del
sistema inmune hasta afecciones psiquiátricas como trastornos del estado de
ánimo y la ansiedad”, dijo Diwadkar, profesor de psiquiatría y neurociencias
conductuales. “Estamos en el proceso de implementar estudios de intervención
que evaluarán estas preguntas utilizando evaluaciones conductuales y
biológicas. Estas posibilidades son demasiado intrigantes para ignorarlas”.
“No es misterioso imaginar que lo que practicamos puede cambiar
nuestra fisiología. El objetivo de nuestra investigación es determinar los
mecanismos subyacentes a estos cambios utilizando análisis objetivos y
científicos, y evaluar su relevancia para la medicina”, concluyó Muzik.