Dos de las afecciones respiratorias más comunes.
Catarro y gripe
¿Hay personas más vulnerables al catarro?
Es un hecho que cuanto más vieja se hace una persona, menos catarros tiene. La razón principal es que aparentemente la edad confiere un mayor grado de inmunidad a los virus del resfrío común, pero también contribuye el que las personas mayores se lavan las manos con más frecuencia y tienen más cuidado con lo que tocan.
Un bebé normal, por lo demás sano, suele sufrir de 6 a 12 catarros u otras infecciones respiratorias en el primer año de vida. Esa proporción va disminuyendo gradualmente; un adolescente probablemente no padezca más de dos o tres resfríos al año. La frecuencia sigue bajando, e incluso desaparecen los catarros, hasta que esos jóvenes se convierten en padres. Entonces, el estrecho contacto con niños que se enferman a menudo de catarro puede contrarrestar la inmunidad adquirida por los padres, sobre todo las madres, que con frecuencia comparten los resfríos de sus hijos pequeños.
Algunos estudios sobre la susceptibilidad a los catarros indican que los factores socioeconómicos pueden influir en la frecuencia con que una persona se acatarra. Las familias de más bajos ingresos padecen 33% más resfríos que las del nivel económico más alto, lo que quizá se deba a que están mal alimentadas y viven hacinadas.
Algunas pruebas parecen indicar que la tensión emocional puede favorecer los catarros, lo mismo que cualquier otra enfermedad. Aunque la razón no se conoce con certeza, los especialistas suponen que se debe a que la gente responde a las tensiones fumando, bebiendo o trabajando en exceso, y todo ello debilita las defensas inmunitarias del organismo.
¿Es la gripe simplemente un mal catarro?
Cuando se tiene la nariz tapada y la garganta irritada, uno no sabe, y probablemente tampoco le importe, si está resfriado o tiene gripe; las dos afecciones le hacen sentirse en un estado deplorable. Sin embargo, la gripe y el catarro son enfermedades distintas producidas por distintos virus, y la gripe presenta además otros síntomas característicos que van desde dolores de cabeza, escalofríos, irritación de los ojos y dolores musculares generalizados hasta una fatiga agotadora y fiebre de 39° o más.
La gripe está considerada como una infección potencialmente peligrosa que puede resultar muy grave para los niños pequeños, los ancianos y las personas que están debilitadas por una enfermedad crónica del corazón, o por una afección pulmonar. Algunos médicos recomiendan que las personas que pertenecen a cualquiera de estos tres grupos se vacunen todos los años contra las cepas más activas de los virus que causan la gripe.