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Bronquitis y asma

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Los motivos tras algunas enfermedades respiratorias.

Bronquitis y asma

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¿Qué es una bronquitis?

La bronquitis es una inflamación de la membrana mucosa que reviste los bronquios y puede estar producida por una infección bacteriana o viral. La bronquitis aguda, de corta duración, generalmente no es una enfermedad aislada, sino una complicación de otras enfermedades, como son el catarro común, la gripe, la sinusitis o el sarampión. Los síntomas característicos de la bronquitis son tos, con la que se eliminan flemas, fiebre moderada y malestar general. En una persona, por lo demás sana, el ataque de bronquitis suele ceder a los diez días, o antes si se trata con medicamentos. Sin embargo, hay que tener mucho cuidado cuando el enfermo es un anciano o un niño muy pequeño, porque puede complicarse con una neumonía.

La bronquitis crónica es una enfermedad seria porque puede causar una lesión permanente a las vías respiratorias, incluyendo inflamación, engrosamiento y pérdida de la elasticidad de los bronquios. Esto puede producir una obstrucción parcial y una excesiva secreción de moco viscoso que dificultan el paso del aire a los pulmones, haciendo que sea menor la cantidad de oxígeno transferido a la sangre. La bronquitis crónica también puede ser un síntoma de otra enfermedad pulmonar anterior.

Se considera que una persona sufre de bronquitis crónica si los síntomas duran por lo menos tres meses y recurren en dos o más años consecutivos. Hay más hombres que mujeres con este tipo de afección, que predomina más en las áreas urbanas que en las rurales. A ello contribuyen el tabaquismo y la contaminación atmosférica.

¿Qué es lo que produce el asma?

Probablemente todos hemos oído de alguien que no puede tener perros o gatos en la casa porque es alérgico a los pelos de estos animales y le producen reacciones diversas que pueden llegar al asma bronquial.

Sin embargo, los pelos de los animales no son las únicas sustancias extrañas que provocan asma; también puede deberse al polen de las plantas, al polvo, a las plumas y a diversas sustancias químicas y alimentos. Normalmente, el ataque se produce cuando el asmático inhala la sustancia a la que es alérgico, llamada alérgeno, y los músculos hipersensibles que forman la pared de los bronquiolos se contraen en un fuerte espasmo. Esta contracción puede llegar a reducir la luz de los conductos al grosor de un alfiler provocando una sensación de asfixia, y el paciente suele tardar unos días en recuperarse totalmente.

El asma no se cura, pero puede controlarse con una combinación de terapias una vez que se ha identificado el alérgeno. En algunos casos, el asmático puede ser desensibilizado con vacunas que previenen los ataques. Si se presenta un ataque agudo, se puede recurrir a medicamentos que dilaten los bronquios. En casos extremos, hay necesidad de hospitalizar al paciente y darle respiración mecánica.

El asma generalmente aparece por primera vez en la infancia pero, afortunadamente, muchos de los enfermos ya han superado esta sensibilidad cuando llegan al estado adulto. Aunque en algunas personas hay factores psicológicos que afectan la intensidad de los ataques, todos los casos de asma tienen su origen en una hipersensibilidad fisiológica a los alérgenos.

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