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Bancos, barras y dunas

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Los granos de arena de una playa están en constante movimiento.

Bancos, barras y dunas

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¿Cuál es el origen de los bancos y barras?

Los granos de arena sueltos están en constante movimiento a lo largo de una playa. Las olas que golpean oblicuamente la costa les obligan a describir zigzags en el borde de la playa. La corriente costera, que generalmente fluye paralela al litoral, también recoge arena y la lleva consigo.

Si al final de la playa la costa describe una curva acentuada, se puede formar un banco, ya que la arena, en lugar de rodear la curva, continúa avanzando en línea recta hacia alta mar. Con el tiempo, se acumula arena suficiente para formar una barra submarina, y, si prevalecen las mismas condiciones, la barra llega a emerger y se convierte en un estrecho banco sobre el agua.

En ciertas circunstancias, las olas y las corrientes determinan que la punta del banco se curve sobre sí misma, como un anzuelo. Los bancos que se forman en la boca de una bahía son a veces tan largos que pueden cerrarla por completo y transformarla en una laguna.

¿Cómo se forman las dunas?

Incluso un viento suave puede levantar los granos de la arena seca de la playa y hacerlos rodar por la superficie. Pero cuando encuentra un obstáculo, por ejemplo una mata de hierba, disminuye su velocidad y deja caer la arena a sotavento del escollo. Con el tiempo se puede acumular allí suficiente arena para formar una duna de buen tamaño.

La mayoría de las dunas costeras miden menos de 15 metros de altura, pero a veces alcanzan muchos más. Las dunas de la costa norteamericana de Oregon y del litoral de Carolina del Norte, cerca del cabo Hatteras, tienen más de 30 metros de altura, y algunas de la región de la Gironda, en Francia, alcanzan más de 90.

Las dunas nunca dejan de cambiar a medida que crecen; algunas incluso avanzan lentamente hacia tierra. Los vientos fuertes y constantes recogen arena del costado de barlovento de la duna y la dejan caer en el de sotavento, haciendo que el montículo avance. Estas dunas pueden enterrar edificios o incluso bosques enteros situados en su camino.

Las dunas pueden estabilizarse si empiezan acrecer en ellas hierbas u otras plantas que protejan la arena del viento y la fijen con sus raíces. Pero, a pesar de sus dimensiones, las dunas son frágiles. Si se destruye la cubierta vegetal a causa de fuego, de caminar sobre ella o por otros motivos, el viento reanuda su ataque; rápidamente amplía la zona erosionada y, al poco tiempo, toda la duna se encuentra otra vez en movimiento.

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