En la edición de Selecciones, de junio de 1982, en la víspera de la Copa Mundial de Fútbol España 82′, un joven y vital Diego A. Maradona compartió, en una columna publicada en nuestras páginas, sus nervios, esperanzas, junto con su mirada sobre el deporte que, pocos años más tarde, lo coronaría como su máximo rey. Compartimos el artículo con ustedes, como una manera de homenaje.
(…) Es importante, en el juego, no perder la alegría. Yo juego al fútbol básicamente porque me divierte, porque me permite desarrollar mi habilidad y la creatividad para la cual estoy dotado.
(…) Yo soy parte de un equipo, el cual está integrado por una veintena de compañeros y por el técnico. La relevancia de mi aporte irá en relación directa con el esfuerzo de todos ellos… y con el apoyo constante de todo un país que ha cifrado sus esperanzas en nosotros.
(…) Sé, también, que en este tipo de competiciones no pueden ganar todos, pero los resultados deportivos son, en ocasiones, secundarios.
(…) Creo que el Campeonato Mundial de Fútbol es un acontecimiento que propicia la conjunción de esfuerzos, alegrías, de destrezas, como ningún otro puede lograrlo. Y eso me lleva a una reflexión: qué lindo sería que otras actividades brindaran tantas perspectivas como el fútbol.
(…) Estoy seguro de que los lectores de Selecciones entenderán mis palabras, porque esta revista siempre ha hecho precisamente eso: alentar los esfuerzos colectivos, la alegría sana, la competencia positiva, y mostrar las mejores y más valiosas virtudes del deporte.