Golpes de la vida: Sabía que el 35 por ciento de los traumatismos cerebrales se asocian a las caídas
¿Se golpeó en la cabeza recientemente? Aunque a simple vista parecen meras heridas superficiales, las conmociones cerebrales son lesiones que sobrevienen cuando el afectado recibe un golpe, impacto o sacudida y el cerebro se mueve de un lado a otro dentro del cráneo, donde flota en el líquido cefalorraquídeo. De acuerdo con un informe de 2017 publicado en The Lancet, entre 30 y 50 millones de personas sufren conmociones y otros traumatismos cerebrales cada año, y las caídas son la causa más frecuente.
La gran mayoría de las conmociones cerebrales se consideran leves. Estas pueden generar jaqueca o cansancio; aparecen minutos u horas después del percance y se resuelven en 24 horas. Las conmociones de mayor gravedad dejan a los pacientes en un estado más delicado, con síntomas como náuseas, problemas de equilibrio, mareos, alteraciones de la vista, trastornos del sueño, cambios de humor y sensibilidad al ruido y a la luz. Casi todas estas molestias desaparecen tras una o dos semanas de descanso, menor exposición a estímulos visuales —se recomienda evitar los monitores y la lectura— y una reincorporación mesurada a las actividades habituales. Sin embargo, algunos síntomas de conmoción cerebral persisten meses o años, con lo cual dificultan las labores de la vida diaria.
Eso no es todo. Según un estudio de 2018 publicado en The Lancet Psychiatry, sufrir un traumatismo cerebral grave en los 20 eleva en un 63 por ciento la propensión a padecer demencia 30 años después; si el percance se produce en los 30, el riesgo es del 37 por ciento. Lo más alarmante es que hasta una sola conmoción leve incrementa el riesgo del afectado, sin importar su edad, en un 17 por ciento.
Por esta razón, el tema de las conmociones cerebrales se ha vuelto apremiante, especialmente en el mundo deportivo. Según un estudio de 2019 publicado en New England Journal of Medicine, el riesgo de morir de demencia es 3,5 veces mayor para los jugadores profesionales de fútbol que para la población general.
Al decir del doctor Michael Grey, experto en lesiones cerebrales de la East Anglia University en Norwich, Reino Unido, los golpes fuertes suelen dar lugar a la acumulación de proteínas alrededor de las neuronas que transmiten impulsos nerviosos, lo cual desestabiliza la comunicación entre el cerebro y el resto del cuerpo. De hecho, los traumatismos constantes en la región de la cabeza —como al golpear la pelota de fútbol, chocar durante un partido o intercambiar golpes en una pelea de boxeo— pueden lesionar las neuronas al paso del tiempo.
Su sugerencia es practicar deporte con todas las medidas de precaución necesarias, mantenerse alerta para detectar la presencia de signos de conmoción y, si ese fuera el caso, acudir a consulta médica sin demora. Si no se tratan de inmediato, los traumatismos cerebrales, en especial los más graves, pueden dar lugar a la formación de coágulos o causar convulsiones y hemorragias cerebrales. En casos muy poco frecuentes, la inflamación cerebral provoca la muerte.
También vale la pena aclarar que, aunque es recomendable utilizar casco durante la práctica del ciclismo y muchas otras actividades deportivas, estos accesorios solo protegen contra fracturas. El riesgo de sufrir un traumatismo cerebral persiste.
En el caso de los niños, Grey sugiere lo siguiente: “Intente inscribirlos a sitios que se tomen en serio el tema de las conmociones. En caso de duda, evite que participen en actividades de riesgo”.